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EE.UU. :: 16/09/2008

Nuevo comunicado del preso ecologista Jeffrey Luers

La Cizalla Acrata
Ya no es suficiente apoyar la lucha sólo creyendo en ella o yendo a manifestaciones de forma ocasional. Cada uno de nosotros deberá contribuir con su tiempo y su energía para aportar efecto al cambio que necesitamos ver.

Jeffrey Free Luers- Comunicado desde la cárcel -30 de agosto, 2008

Durante los últimos meses he tenido unas fabulosas conversaciones a través del email con alguien que está profundamente involucrada en la defensa de los bosques al igual que lo estaba yo hace años.

Las historias y fotografías que ha compartido conmigo sobre la campaña para proteger el Weld Valley en Tasmania me han inspirado profundamente(para saber más sobre dicha campaña puedes visitar http://www.huon.org/). Me he sentido vigorizado por el intercambio de ideas y estrategias, incluso con la excitación les he enviado gráficos que explican la forma en que yo construía las plataformas en los árboles.

Esta repentina participación en el activismo me ha hecho ser más consciente de cuánto he permanecido apartado de ello durante los últimos años. De hecho, recientemente confesé que no sé de qué forma quiero implicarme de nuevo.
Esto ha sido consecuencia de una combinación de sentirme quemado, una necesidad de focalizar mis energías en mi lucha personal y la sensación de haberme quedado estancado.

Me he convertido en buen protagonista cuando he necesitado llamar la atención acerca del calentamiento global y las catástrofes medioambientales. Cuando todavía el gobierno americano trataba el cambio climático como un mito o una patraña de los liberales, era bastante fácil saber qué hacer. Tenía motivación e inspiración para pasarme el tiempo que fuese necesario buscando investigaciones científicas, artículos de prensa y otras fuentes de información que me permitiesen hablar y escribir sobre el problema con conocimiento de causa y crear conciencia sobre una de las mayores amenazas para la humanidad. No obstante, esa batalla está de sobra ganada. Sólo un ignorante o un corrupto puede negar hoy en día las evidencias sobre el calentamiento global, lo que me hace sentir confuso cuando pienso en la forma que mejor puedo contribuir a un futuro cambio social.

Tengo buena práctica cuando se trata de señalar los problemas. Sin embargo, como muchos otros, fracaso cuando de lo que se trata es de aportar y desarrollar soluciones.
Los problemas están ya claros, aun así, no tenemos soluciones o alternativas creativas que ofrecer.
Como resultado de ello, nuestro movimiento ha llegado a un punto donde incluso ha aportado ideas a las instituciones contra las que hemos estado combatiendo. Los mismos y ambiciosos gigantes corporativos que tanto daño han hecho al planeta, son los que se están promocionando como “ecológicos” y como parte de la solución.

El hecho de estar consiguiendo el objetivo de ese lavado de cara hacia lo “verde” es una bofetada en la cara de aquellos que han dedicado tanto esfuerzo y tiempo a desenmascararles.
Está aceptado científicamente el hecho de estar atravesando el sexto periodo de extinción masiva de especies. El primer periodo en el que las extinciones masivas están provocadas por la acción de una sola especie, la humana.
Ahora estamos entrando en un momento geológico. Cambios que normal y sutilmente ocurren a lo largo de miles de años, están sucediendo en lo que dura la vida de un ser humano. Lo que eso quiere decir es que nuestro hijos y nuestros nietos, vivirán en un mundo radicalmente diferente al que conocemos y en el que nos hemos criado.

El hecho de reconocer que esos cambios están ocurriendo no es suficiente. Ni mucho menos permanecer paralizados ante las promesa de cambio que hace la misma industria que se ha enriquecido enormemente rechazando continuamente la verdad sobre el calentamiento global.
Tampoco podemos idiotizarnos creyendo que somos inocentes ante todo esto. Todos compartimos la culpabilidad de lo que está pasando. Todos debemos actuar en consecuencia.

Como activistas esto nos deja en una única posición. Debemos trasladar nuestra atención desde la investigación y la oposición, a los proyectos comunitarios. Organización comunitaria y preparación deben ser ahora el objetivo principal. Algunos proyectos pueden ser tan simples como construir técnicas para recoger el agua de lluvia o cualquier otra solución para la predecible escasez de agua.
Otros podrían ser la construcción de huertos comunitarios donde se alivie el impacto que genera el transporte de comida hacia los núcleos urbanos. Proyectos más complejos pueden ser el diseño de molinos de viento para las necesidades energéticas tanto individuales como colectivas o el diseño de sistemas para reciclar las aguas fecales.

Las posibilidades son infinitas, pero eso requiere que nos dediquemos a tareas completamente novedosas. Va a ser un duro y dedicado trabajo el que nos lleve al cambio que necesitamos y desmarcarnos así de las industrias de las que hemos estado dependiendo.

Hay una cosa clara. Ya no es suficiente apoyar la lucha sólo creyendo en ella o yendo a manifestaciones de forma ocasional. Cada uno de nosotros deberá contribuir con su tiempo y su energía para aportar efecto al cambio que necesitamos ver.

Un mundo completamente nuevo está llegando. Eso no podemos cambiarlo ya. Podemos, sin embargo, ayudar a darle forma. Allí donde aquellos que nos han precedido han fracasado en el intento de crear una sociedad en armonía con nuestro entorno natural, nosotros podemos tener éxito. En muchos sentidos el desafío es incluso mayor que la lucha por el reconocimiento de los problemas, pero la recompensa puede ser mucho mayor también.

-Jeffrey Free Luers

La Cizalla Ácrata

 

Enlace al artículo: https://www.lahaine.org/bN5Q