Big Stick o “Gran Garrote” es el nombre puesto por el presidente Roosevelt a la incipiente política imperialista de EEUU para América Latina: lo había sacado del dicho africano que reza “habla suavemente y lleva un gran garrote, así llegarás lejos“. La propia experiencia de Washington en las últimas décadas y en todo el planeta ha mostrado cuán erróneo es este concejo.
Mientras los venezolanólogos nos informan sobre las causas internas de la actual crisis de este país, el interés mostrado por las potencias mundiales (quienes ignoran la gravísima situación humanitaria de Sudán, Yemen o Congo) indica que existen razones complementarias. Que Donald Trump y sus aliados se preocupen por las libertades en Venezuela mientras tienen magníficas relaciones con el reino del terror saudí revela la estafa de sus “valores democráticos”. EEUU y Europa consideran enemigos a aquellos estados que resistan a sus pretensiones colonizadoras. Si la verdad siempre es la primera víctima de todas las guerras, ¿cuál es la de Venezuela?
Las “razones” de EEUU
Venezuela ya intentó en 1960 salvar su industria del expolio de las “Siete Hermanas” angloestadounidenses que dominaban el mundo del Oro Negro, fundando la OPEP. Hoy, produce 1.245.000 barriles al día (en 2000 fueron 3,4 millones) de los que 600.000 son enviados a EEUU
Rusia también tiene acuerdos de cooperación militar, cultural (con Rusia Today en castellano al frente) y económica con Venezuela. Con una inversión de 17.000 milllones de dólares desde 1999, ha negociado con Caracas un préstamo de 6.000 millones de dólares, para empezar a pagarlo a partir del 2023, a la vez que ha condonado 2.000 millones de la deuda de Venezuela a cambio de fortalecer la presencia de Rosneft en el mercado del país.
Tanto Beijing como Moscú eran conscientes de la crisis política del país cuando firmaron los acuerdos a largo plazo con Venezuela: su relación es estratégica. Rosneft, que produce el 8% del petróleo de este país, en 2017 firmó con Caracas un acuerdo explotación del gas de Trinidad para 30 años.
Medidas de EEUU
Fabricar líderes “de oposición”: Según Wikileaks, entidades estadounidenses como National Endowment for Democracy (NED) o USAID (que controla Afganistán), la CIA, y el Instituto Albert Einstein, reciclaron la organización anticomunista yugoslava Otpor, creada en 2003 para desestabilizar al gobierno de Sloben Milosevic, con el fin de planificar un “Regime change” en Caracas. Para ello contactaron con el hoy autoproclamado presidente de Venezuela Juan Guaidó. La prensa de EEUU ya habla abiertamente del complot de Trump-Guaidó tejido de forma secreta. La Casa Blanca ha designado a Elliot Abrams, uno de los patrocinadores del terrorismo de los Escuadrones de Muerte en Centroamérica, para organizar la “transición democrática” en Venezuela.
Estrangular la economía venezolana bajando el precio del petróleo. Eso hundió la industria petrolera venezolana, que además padece la “enfermedad holandesa” propia de las economías “rentistas”. La fórmula del “petróleo por préstamo” ha reducido los ingresos de divisas de Venezuela, que han sido destinadas en los últimos años para sacar a millones de personas de la pobreza. China ha financiado parte de los programas sociales de Venezuela para viviendas sociales, hospitales, escuelas, etc. Al pacto Trump-Suad (conseguido gracias al asesinato de Khashogi) para bajar el precio del petróleo se unió Rusia, aumentando su producción, a pesar de la fuerte oposición de Irán, Irak y Venezuela. Irán es otra de las víctimas de esta política, aunque, paradójicamente, si hay sanciones contra el petróleo venezolano, Trump no tendrá otro remedio que renovar la exclusión de ocho países, entre ellos China e India, de las sanciones al petróleo iraní. Otro beneficiario del aumento de la demanda del Oro Negro será Rusia que desde el 2015 por primera vez en la era pos-soviética consiguió producir 10,74 millones de barriles por día, convirtiéndose en el primer productor mundial.
Suspender líneas de crédito (de compañías como BlackRoak y Goldman Such), impedir que Caracas acceda a la renta de su petróleo para enviárselas a la oposición derechista, privando al gobierno venezolano de unos 11.000 millones de dólares: habrá hambre y pobreza: una vez que lleguen los “salvadores”, los medios dejarán de mostrarnos las calamidades que sufre el pueblo.
Preparar una invasión militar delegada (proxy): consciente de que la ONU no autorizará una intervención militar en Venezuela, Trump ha encargado a Colombia, Brasil y Perú preparar a sus tropas. En noviembre del 2017 dichos países junto con EEUU y otros 22 estados como observadores realizaron la maniobra militar “AmazonLog 17” en suelo de Brasil, mirando a Venezuela. En Siria Obama delegó la misión de allanar el camino de sus tropas al Estado Islámico. En mayo del 2001, EEUU promovió La Operación Balboa, asignado a España la organización del simulacro militar de una invasión a Venezuela desde Colombia y Panamá. Así es: El Estado Profundo ignora a Trump y su intención de que EEUU dejase de ser “la policía del mundo”.
¿Es posible que los socios europeos de EEUU prefieran que Trump se entretenga en Venezuela y se olvide de Irán (¡aunque allí estarán Israel y Arabia Saudí para recordárselo!)
El fallo del plan Trump - Bolton
La codicia enturbia la mente: tienen diseñados cómo: 1) derrocar a Maduro, 2) declarar a Guaidó presidente y 4) llevarse los recursos de Venezuela. ¡Falta el 3): cómo aplastarán la resistencia de millones de venezolanos!
Tampoco lo consideraron en Irak, donde los invasores no han sacado provecho a la ocupación: Por un lado, tiene que cohabitar con Irán, y por otro, ver cómo las compañías chinas y rusas ganan la oferta por el petróleo iraquí. Los chinos compran casi la mitad de la producción petrolera iraquí: 1,5 millones de barriles por día. En Venezuela también se vislumbran años de inestabilidad.
Hace tiempo que la guerra ha dejado de ser “el último recurso para resolver el conflicto entre los estados” para convertirse en un suculento negocio. Ahora habría que esperar “incidentes de bandera falsa” con el fin de “justificar” ante la opinión pública una intervención agresiva de EEUU
Aún estamos a tiempo para impedir una nueva guerra, esta vez contra el pueblo venezolano.
blogs.publico.es. Extractado por La Haine