
El Ayuntamiento de Leganés se sentó la pasada noche a negociar los hilos sueltos que quedan en el nuevo convenio de los trabajadores públicos de la localidad. La presión ejercida por los trabajadores a lo largo de las dos últimas semanas fue decisiva para que los responsables municipales retomaran la negociación. El pasado miercoles, Rafael Montoya el alcalde de la localidad envió a numerosas dotaciones de policía local BESCAM para desalojar de inmediato a los trabajadores que protestaban en el interior del consistorio desde hacía al menos tres días. "No hubo contemplaciones, a las 12 de la noche vino la policía, tal y como nos indicó el alcalde" comenta un representante sindical.
El desalojo se convirtió en una reubicación del encierro y la protesta se trasladó a otras centricas dependencias municipales. Ahora llevan más de 9 días dentro y han colocado una decena de tiendas de campaña a las puertas del edificio. Los trabajadores manifiestan su clara intención de persistir en la protesta hasta que se llegue a un acuerdo favorable y que cumpla las espectativas de la plantilla.
"Nuestras reivindicaciones no se centran unicamente en la subida salarial, queremos que se entienda que el proceso privatizador de los servicios públicos en la Comunidad de Madrid esta intimamente relacionado con la perdida de derechos laborales". Así es como explican sus reivindicaciones los encerrados. Entre los puntos más importantes de la negociación se encuentra el reconocimiento de la categoria profesional a corde con la función que desarrollan los trabajadores. "Hay que potenciar unos servicios públicos de calidad para los vecinos y contrarrestar la privatización" señalan a La Haine.
Hoy mismo se volvera a reunir el comité unitario y el equipo de gobierno. Los trabajadores esperan un resultado favorable y digno: "nuestro encierro se acaba cuando cumplamos nuestros objetivos" sentencia el representante sindical.