Las lógicas duales de la territorialidad y el capital son enmascaradas por el fetichismo geopolítico. Mientras bajo las formas más antiguas del imperialismo, como la expansión territorial a través de la conquista militar directa y la dominación política desde la metrópolis, tenían un lugar protagónico en el proyecto colonial, en el nuevo imperialismo, el estatus de la tierra y su propiedad están ocultos. Laura E. Lyons (2010) ha planteado la necesidad de análisis fundamentados de la globalización y las relaciones geopolíticas en los países realmente existentes, pero es precisamente este aspecto lo que desaparece cuando se representa la intervención militar estadounidense en Afganistán.