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Venezuela :: 14/05/2019

La nueva estrategia de EEUU en Venezuela

Adrián Sotelo Valencia
Dividir a las fuerzas armadas para concretar el golpe

Ante los constantes fracasos de EEUU y de sus esbirros de la derecha venezolana para concretar el tan proclamado y nunca concretado golpe de Estado del 30 de abril, la nueva táctica que están ensayando es el intento de fracturar a las fuerzas armadas del país. Así lo muestra los constantes llamados y chantajes desde el Departamento de Estado y del presidente bufo Guaidó a sectores de su clientela política domesticada para presentarse a los cuarteles del país y lograr la adhesión de las fuerzas armadas para realizar la presunta "transición" y celebrar nuevas elecciones.
El diputado opositor y autoproclamado presidente encargado, que dirigió el fallido intento de golpe de Estado, logró escaso apoyo el sábado 4 de mayo en las manifestaciones en Caracas y reconoció, en entrevista con el Washington Post, que la oposición sobreestimó el respaldo que tenía dentro de las filas militares, el cual en el mejor escenario fue ínfimo. No hubo fotos aéreas de multitudes ondeando banderas, ni discursos grandilocuentes y medios de comunicación espectaculares. Ese sábado, la convocatoria de Guaidó apenas contó con la presencia de un centenar de adeptos fanáticos que quedaron desangelados a eso del mediodía.
En términos de logística, el objetivo central de los golpistas norteamericanos es la fractura de las fuerzas militares bolivarianas para contar con un apoyo interno que pudiera soportar el golpe sin un respaldo ampliamente popular.
Hechos como el de un grupo de desconocidos fuertemente armados que emboscó a una comisión militar mixta la madrugada de ese mismo día dejó tres efectivos muertos en la Carretera Magdaleno, en la ciudad de Palo Negro del estado Aragua (en el centro-norte) y fue asesinado el director de la Escuela de Formación de Tropas Profesionales de la Aviación Militar y general de brigada, Jackson Silva Zapata. Se registró un saldo de cuatro militares y dos policías muertos. Ocurrió también el desplome de una aeronave donde viajaban los efectivos que resguardaron al mandatario venezolano, Nicolás Maduro, cuando la aeronave se precipitó a tierra en una zona montañosa del estado Miranda donde desafortunadamente siete integrantes de la Guardia presidencial perdieron la vida en las inmediaciones del sector El Volcán, municipio El Hatillo del estado Miranda (centro-norte).
Dentro de esa estrategia golpista de Washington, el gobierno bolivariano operó la identificación del grupo golpista encabezado por un general, que al momento del golpe era el director del Servicio Bolivariano de Inteligencia Nacional (SEBIN) denunciado por haber sido cooptado un año antes por la CIA y hoy expulsado y degradado, además de prófugo de la justicia; y al menos diez diputados en desacato que fueron desaforados para ser detenidos y juzgados por delitos graves, entre otros, el de traición a la patria. Entre ellos se detuvo a Edgar Zambrano diputado de la derecha fascista que aparece felicitando, en el distribuidor Altamira de Caracas, a los golpistas ante la ilusión óptica de haber "concretado el golpe", abrazando al bufo y a Leopoldo López este último fugado del arresto domiciliario y posteriormente alojado en las instalaciones de la embajada española en Caracas.
El ministro de Defensa de Venezuela, Vladímir Padrino López, denunció y reclamó a las autoridades militares de EEUU que respetaran las aguas territoriales del país suramericano, tras la incursión del buque USCG James que fue detectado navegando ilegalmente a 14 millas náuticas de la costa venezolana entre el 8 y 9 de mayo. Después de advertencias por parte de la marina venezolana, el buque invasor abandonó las aguas territoriales fronterizas.
Todos estos hechos, aparentemente aislados, constituyen un todo dentro de una estrategia global encaminada a destituir al presidente Nicolás Maduro del poder presidencial e instituir un régimen de excepción gobernado por Washington a través de sus marionetas, tipo Guaidó y López.
Mientras tanto, aquél no ceja en su empeño de mantener su accionar hasta lograr la caída del gobierno constitucional bolivariano. Incluso, para ello, ha declarado públicamente que estaría dispuesto a entablar conversaciones con el comando Sur de EEUU para "autorizar" y "coordinar" una eventual intervención militar con tropas de ese país. Situación que el gobierno constitucional ha denunciado y rechazado sistemáticamente.
A estas alturas de la corta historia de los variados intentos de golpe de Estado en los últimos veinte años impulsados por EEUU y la llamada oposición venezolana, cada vez más se refuerza la hipótesis de que esta tarea sólo se podrá realizar con éxito fundamentalmente a través de la intervención militar y de una eventual fractura en el seno de las fuerzas armadas. Lo que, sin embargo, resulta improbable dado que en las distintas manifestaciones ante los medios de comunicación y en distintas estancias de la vida pública del país por parte de los dirigentes militares, estos han dado muestras de fehaciente cohesión y de su incuestionable adhesión y apoyo al gobierno constitucional legalmente establecido mediante el proceso electoral democrático. Y ya no se diga en el campo popular donde trabajadores, campesinos, indígenas, estudiantes y otros sectores de la sociedad -- incluso de la propia oposición -- han dado muestras de oponerse a cualquier intervención
  militar por fuerzas extranjeras y, de una manera muy importante, expresado su apoyo al gobierno en turno que mantiene las riendas del poder y el conjunto de instrumentos de carácter económico, social, político y militar para la manutención de la nación para impedir, a toda costa, la intervención de EEUU en una eventual invasión al estilo de las ocurridas en el pasado en América Latina y el Caribe.

La Haine

 

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