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Pensamiento :: 03/11/2009

Alta Voracidad en Extremadura: imposición disfrazada de derecho

Enrique Menasalvas
Estos proyectos desarrollistas intentan imponer un modelo de sociedad acorde a los intereses del capitalismo actual a costa de los de siempre y del medio ambiente.

Se va a cumplir un año desde que dieron comienzo las obras del AVE hispano-luso en algunos de sus tramos por tierras extremeñas. Un mega proyecto desarrollista que supondrá un desembolso público sólo en el tramo de Extremadura de más de 2.700 millones de euros, es decir, unos 450 mil millones de la antiguas pesetas. El proyecto adolece paradójicamente de lentitud en su desarrollo, confusión respecto al trazado y la fecha de comienzo y finalización de las obras en sus diferentes tramos. Además, Portugal ha expresado su dificultad para comenzar con las obras debido al gran desembolso presupuestario (unos 4.500 millones de euros) en un momento en que su deuda asciende a 40.000 millones de euros. Estos factores hacen que la metáfora se desarrolle por sí sola: debemos contribuir de forma decidida a que esa lentitud en la “alta velocidad” se transforme en un descarrilamiento perpetuo de tal proyecto.

Todo lo que gravita alrededor de esta descomunal obra en forma de inversiones, intereses especulativos, impacto ambiental, concesiones de obras, “interés” social, etc es deliberadamente silenciado bajo los continuos gritos autocráticos con que nos intentan vender la moto, mejor dicho el trenecito, una vez sí y otra también los políticos de turno. El AVE discurrirá por suelo cacereño y pacense, arañando territorios tan delicados como las vegas de Talayuelas y Navalmoral de la Mata, zonas limítrofes al parque nacional de Monfragüe, las cuencas del Tajo y el Alagón y diversos espacios protegidos por las llanuras y dehesas de Cáceres y Badajoz.

El constante griterío de los “comerciales” de la muerte y la destrucción no deja espacio para escuchar con nitidez esas otras voces que ya han comenzado a romper el imperativo silencio, voces que se alzan desde las gargantas de aquellos que desconfían de las bondades del AVE y que abiertamente cuestionan ese pretendido axioma según el cual, los intereses de la clase política y financiera son los intereses del pueblo.

Hace un mes aproximadamente leíamos en diversas páginas de contra información la reivindicación de un sabotaje contra 5 máquinas y 2 camiones usados en las obras del AVE a su paso por Cáceres. El comunicante anónimo nos recordaba que “esta acción forma parte de la guerra cotidiana contra este sistema de dominación. La lucha no cesará hasta que la tierra y quienes la habitamos seamos libres”*.

Como todos sabemos, en otras partes del estado se están desarrollando luchas autónomas de oposición a la Alta velocidad. En el caso del Ave Vasco, el TAV, la fuerte oposición que este proyecto genera tanto en los grupos ecologistas como en la inmensa mayoría de los pueblos por donde transcurre el trazado y gran parte de la sociedad vasca, está siendo silenciada y criminalizada con el mismo argumento de siempre, que ETA está detrás de dicha oposición. Aquí no nos interesa profundizar en los intereses que le muevan a ETA a estar en contra del TAV vasco, sino el interés por parte de los medios del capital en invisibilizar la existencia de una fuerte oposición al proyecto más allá de las acciones de ETA e incluso en contra de la injerencia de esta organización armada en dicho conflicto** que engloba a ecologistas de todas las tendencias, anarquistas y autónomos, abertzales tanto de izquierdas como afines al propio PNV(promotores y beneficiarios del TAV) y a la mayoría de los ciudadanos de las poblaciones que están sufriendo el impacto medioambiental y social de su construcción. En otras partes del territorio ibérico también se están desarrollando grupos de oposición a los proyectos de la Alta Velocidad como en Cataluña o Asturias.

Con un mínimo de sensibilidad y olfato común, no nos será difícil percibir el hedor que desprenden todos estos proyectos desarrollistas que intentan imponer un modelo de sociedad acorde a los intereses del capitalismo actual a costa de los de siempre y del medio ambiente. La forma de aprobar estos proyectos, vender sus bondades a la sociedad, destrozar el territorio y criminalizar a las voces opositoras deja en evidencia la dictadura tecnocrática y capitalista que haciendo gala impunemente de su alta voracidad, nos aboca al desastre social y medioambiental.

Pero como cualquier conflicto necesita de cabeza además de corazón, necesitaremos profundizar en la crítica anti desarrollista y aportar algunas reflexiones para comprender la verdadera “naturaleza” del AVE y cómo una vez más el binomio estado-capital construye un privilegiado medio de transporte para la movilidad del capital (ejecutivos, mercancías, políticos, turistas adinerados, directivos de empresas, etc) y un lastre social, económico y medioambiental disfrazado de desarrollo y progreso para el resto de la gente.

Extremadura continúa siendo blanco de los intereses financieros y especulativos, chantajeando a su población, intimidando a quienes se oponen con firmeza a colaborar en la destrucción del territorio y desarrollando con carta blanca proyectos que destruyen el territorio e imponen un modelo de no-vida. En el Valle del Ambroz llevamos ya algunos lustros siendo ignorados en la propuesta para la puesta en funcionamiento del tren de la vía de la plata en su tramo Plasencia-Salamanca, mientras, los mega proyectos económicamente inviables, ecológicamente agresivos y descaradamente autoritarios en su ejecución como el de la Refinería Balboa o el AVE siguen en marcha, eso sí, no sin experimentar en algunos casos una oposición que se ha extendido y desarrollado de manera inusual por estas tierras de los extremos del Duero. A nuestro parecer y sin ánimos de desprestigiar las luchas llevadas a cabo sino de pincelar algunos apuntes necesarios para su extensión y radicalización, esta oposición, se encuentra demasiado encorsetada en los estrechos límites de la protesta ciudadanista y con poca iniciativa para profundizar en la crítica antidesarrollista y anticapitalista. Poco a poco esta oposición deberá ir transformándose en un movimiento autónomo con ganas de analizar de forma crítica y profunda los impactos humanos y ambientales de las políticas dictatoriales del capitalismo tecnocrático. Contra la imposición de la dictadura del cemento y la violación del espacio humano y natural a costa de los presupuestos públicos, se han de extender las voces disidentes, los análisis estratégicos y las acciones oportunas para no permitir que el desastre se siga consumando de forma consentida y asumida con irremediable.

Notas:

* Comunicado que reivindica el sabotaje en las obras del Ave en Cáceres:
http://klinamen.org/article6372.html

** La Asamblea Contra el TAV exige a ETA que no intervenga en el conflicto.
http://www.lahaine.org/index.php?p=34757


Los Cornudos de la Mundialización: El AVE por Extremadura
x Miquel Amorós
 

Enlace al artículo: https://www.lahaine.org/cA49