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Estado español :: 22/02/2010

Las mentiras de la UNED

Carlos X. Blanco
Menos cuento con esta universidad, donde hay nepotismo, señoritos feudales, y se explota a los investigadores noveles

Desde luego, el programa “Informe Semanal” ya no es lo que era desde el punto de vista periodístico. Desde hace tiempo es una sucesión de publi-reportajes al servicio del Gobierno o de determinadas instituciones oficiales. El sábado 20 de febrero de 2010, el publi-reportaje versó sobre la Universidad Nacional de Educación a Distancia (U.N.E.D). Allí se mostraron las “maravillas” de una Universidad supuestamente al alcance de todos, incluso de los currantes, los emigrantes, los alumnos de “segunda oportunidad”, etc.

Todo era calidad, cercanía, esfuerzo.

Un alumno “modelo” se bajaba del tractor y miraba por internet las cotizaciones que en la bolsa internacional alcanzaba su cereal. Se le trataba como “labrador”, aunque yo más bien vi a un rico empresario… Pero en fin, más allá del carácter pre-fabricado del publi-reportaje de RTVE, yo quisiera hablar de algunas de las sombras de esta institución. ¿Por qué no hablar de los profesores de las sedes centrales? Su nepotismo, su pluri-empleo, el uso que hacen de su labor docente e investigadora como un simple “complemento” de sus respectivos chiringuitos privados y lucrativos? ¿Por qué no hablar de su soberbia y su escasísima entrega a la docencia? Baste recordar que mientras un maestro o un profesor de instituto trabajan directamente con sus alumnos entre 18 y 30 horas semanales, de lunes a viernes, hay profesores de la UNED tan “distantes” que apenas aparecen por sus despachos. En una hora o dos liquidan su jornada. De lunes a miércoles liquidan su semana. En las ciencias experimentales no se les conoce en el laboratorio, pero firman en todas las publicaciones donde tienen puesta su bota o disfrutan de derechos feudales.

Esta es la UNED señoras y señores. Un bunker no ajeno al imperio del Opus Dei, donde abundan los “meritorios”, es decir, los falsos becarios que no cobran nada por sus investigaciones a cambio de ser recomendados , quizá dentro de un año, quizá dentro de diez, quizá nunca, por alguno de esos señoritos del feudo académico. Feudo académico, por cierto, que en sus días fundacionales se llenó con esposas, primos, sobrinos, correligionarios (en el sentido exacto de la palabra), y demás familia. La meritocracia, en ese Madrid tan castizo (y en “provincias”, como se sigue diciendo en la capital del Estado y en la sede central de la UNED), siempre ha cedido el paso al olor a sobaco, a los vínculos de sangre y a la lealtad a “la Obra”.

Hay gente allí que trabaja, que se esfuerza, que lo hace bien. No quiero ser injusto generalizando. Pero reconocerán todos que este dinosaurio tentacular que es la UNED, no es tan bonito como nos lo quiere pintar la publicidad institucional -mal encubierta- de RTVE, y que sigue siendo el paraíso a distancia del nepotismo, la jerarquía y la explotación encubierta.

La Haine
www.asturbulla.org

 

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