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Estado español :: 22/05/2010

Reacciones ante los recortes sociales y salariales del Gobierno español

David Delgado
El FMI, mantiene que con los brutales recortes del Ejecutivo de Zapatero no era suficiente, y que los países del sur de Europa deberían aplicar la receta griega

Transcurrida más de una semana desde que el miércoles 12 de mayo el Gobierno del PSOE anunciara una serie de recortes que afectarían principalmente a los trabajadores públicos y a los pensionistas (además de a las familias que en el futuro tengan hijos, a los discapacitados, etc.), las reacciones en forma de opinión por parte de multitud de organismos, partidos políticos, instituciones internacionales y sindicatos ya han sido emitidas. ¿Qué dicen los capitalistas y sus gestores políticos sobre lo que está sucediendo?

Unas cuantas cosas están ya muy claras a estas alturas: las políticas de austeridad del gasto público (incluyendo, cómo no, el gasto público social), y los planes de ajuste del déficit público, que con distintas características, pero guardando la misma esencia, se han anunciado y se impondrán en los Estados griego, español, irlandés, portugués y rumano, se extenderán a Reino Unido, Alemania, y al resto de países de la eurozona como Italia, Bélgica, etc. Por lo tanto, en esta nueva fase de la crisis capitalista que se está desarrollando, se agudizará en toda Europa la lucha de clases como consecuencia de las políticas promovidas por el Fondo Monetario Internacional (FMI), la Unión Europea (UE), el Banco Mundial (BM), el Banco Central Europeo (BCE) y EEUU, que es quien dirige, de hecho, las más poderosas instituciones económicas internacionales.

Con respecto al particular paquete de recortes que llevará a cabo el Gobierno español, John Lipsky, “número dos” del FMI, desde el principio afirmó que el ajuste fiscal previsto se quedaba corto. Que con los brutales recortes del Ejecutivo de Zapatero no era suficiente. Y dejó claro, al hilo de lo expuesto en el párrafo anterior, que durante el transcurso de los próximos años será necesario un ajuste fiscal “de forma sostenida en virtualmente todas las economías avanzadas”. El FMI, mantiene que los países del sur de Europa deberían aplicar la receta griega. Y en eso se está trabajando.

No obstante, a pesar de que al FMI le hubiera satisfecho un plan de ajuste español más contundente contra los salarios y derechos de los trabajadores, coinciden con la Comisión Europea y la CEOE en que la socialdemocracia española está trabajando en la dirección correcta. Sin embargo, todos piden más. Aplauden a Zapatero, pero al mismo tiempo le recriminan la lentitud con que se están tomando las decisiones, porque los capitalistas saben que se nos vienen encima muchos más recortes y medidas en un futuro a corto plazo, como la contrarreforma laboral y la revisión de las pensiones, pero ellos exigen más rapidez. Y aunque esta petición no se hace únicamente al Estado español, al FMI le preocupaba especialmente el Reino borbónico porque, según sus pronósticos, iba camino de convertirse en el país con el mayor déficit público del mundo si no se hubiera actuado.

Por su parte, el Eurogrupo fijó el siete de junio como la fecha en la que presentará su informe sobre la eficacia y suficiencia del plan español, aunque el BCE ya reclamó más reformas.

¿Y qué pasa con la gran burguesía financiera? Porque la banca está detrás del origen de la crisis, de la ulterior transferencia del agujero financiero a los Estados en forma de planes de rescate multimillonarios, que irremediablemente les llevan a la quiebra, de las decisiones políticas más importantes que se toman y, en definitiva, es el sector de la burguesía que más poder detenta.

El marqués consorte de O´Shea (título que tiene después de que el monarca español nombrase marquesa a su mujer en julio de 2008) y multimillonario banquero Emilio Botín, los días previos al anuncio del plan anti-déficit, requirió a Zapatero que se pusiera las pilas porque los vaivenes de la bolsa y los temores de contagio le quitaban el sueño. Por ello fueron los primeros en salir a la palestra a palmotear al Gobierno por haber reaccionado. Y es que el Banco Santander no es cualquier banco, puesto que por capitalización es el mayor de todos los de la zona euro.

Alfredo Sáenz, vicepresidente segundo y consejero delegado, en referencia a la capacidad que tendrá que este plan de “devolver la confianza a los mercados”, reflejó su desconfianza. Como todas las instituciones imperialistas, el sector financiero también quiere mucho más.

El BBVA va más allá y, en un informe que prepara su servicio de estudios, expone que los recortes y la contención de salarios en el ámbito público tendrán un “efecto arrastre” sobre los salarios pactados convenios colectivos. O sea, que los trabajadores asalariados que venden su fuerza de trabajo a empresas privadas también saldrán perjudicados. Por su puesto, para el BBVA todo esto tiene su cara provechosa: las ganancias empresariales serán mayores a costa de la intensificación de la explotación de los trabajadores.

Con esta argumentación defienden que el plan de ajuste español sí que tendrá consecuencias positivas para la actividad económica. El ejemplo de Dinamarca e Irlanda en los años 80, donde los planes de austeridad provocaron una disminución de salarios en el sector privado (y, por lo tanto un descenso de la capacidad adquisitiva de la mayoría del pueblo), inspira a la banca.

Hasta el mes de abril, los salarios subieron un 1,3%, mientras que el índice de Precios de Consumo Armonizado (IPCA) sufrió un incremento del 1,6%. Aún es pronto para conocer como quedará finalmente el resultado de las negociaciones colectivas, sobre todo porque este año está muy retrasada dado que los capitalistas pretenden arrastrar más plusvalía para sus bolsillos aprovechando las circunstancias, y el acuerdo entre la patronal (CEOE) y los sindicatos CCOO y UGT habla precisamente de una subida máxima del 1% para este año, y entre el 1% y 2% para el siguiente.

Por lo tanto, el plan anti-déficit de Zapatero para ahorrar 15.000 millones, que es una cantidad similar a los beneficios que ganaron el Santander, Telefónica, el BBVA y Endesa sólo en el primer trimestre de este año, haciendo pagar la crisis a los trabajadores asalariados, autónomos, pequeños empresarios y pensionistas, perjudicará a todos. No sólo a quienes se les reduce y congela directamente sus ingresos. Perjudicará también como hemos visto a los trabajadores asalariados del sector privado, y la merma de ingresos de todos los trabajadores y todos los sectores, así como de los pensionistas, menoscabará la actividad económica de las empresas (sobre todo de las pequeñas), provocando más paro.

Y este círculo vicioso irá a peor. Porque cada vez habrán más parados que no cobren ningún tipo de prestación y menos actividad económica por la escasez de demanda. Habrá más desesperación en las filas obreras y las luchas económicas irán madurando y transformándose en huelgas políticas. Y los capitalistas no pueden solucionar el problema, porque ellos son el verdadero problema. La solución pasa por el socialismo. Y entra directamente en contradicción con los intereses de la clase dominante. La solución somos nosotros: los comunistas, las fuerzas de la izquierda anticapitalista y la mayoría del pueblo trabajador.

Vivimos tiempos convulsos, de tribulaciones del sistema. Preparémonos para las revoluciones que se acercan.

PRC Canarias

 

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