Principal |
Mundo :: 31/08/2019

El incendio del Amazonas y la catástrofe climática es barbarie capitalista

Claudio Testa
El incendio de la Amazonia es un episodio más del poder destructivo del capitalismo sobre el medio ambiente

El cambio climático ha llegado ya a un punto catastrófico que se hace sentir en todo el mundo. Bolsonaro, como Trump, es cómplice explícito y descarado de la destrucción de la naturaleza.

En el Hemisferio Norte en gran parte impera un calor infernal que, especialmente en muchas ciudades, ha llegado a ser insoportable, produciendo víctimas y toda clase de problemas.

Este cuadro es cualquier cosa menos inesperado… y nos advierte, una vez más, no sólo lo que puede ocurrir en el Hemisferio Sur en los próximos meses sino también los gravísimos peligros a mediano plazo que se esbozan para todo el planeta. Son peligros que el capitalismo mundial y sus gobiernos se están mostrando incapaces de hacer frente seriamente… y entonces una buena parte de ellos prefiere silenciarlos o directamente negarlos, como hacen criminalmente Donald Trump y ahora también el gobierno de Brasil con Bolsonaro… que a su vez son los dos grandes amigos internacionales de Macri… que tampoco jamás dice una palabra sobre el tema.

El problema inmediato a subrayar es que este año, con lo que viene sucediendo en el Hemisferio Norte, se ha dado otro paso hacia el abismo… aunque aquí, en el Hemisferio Sur, muchos lo hayan notado bajo la forma falsamente “benigna” de un anticipo primaveral.

Graves advertencias

Ya a principios de este año, la “Metoffice” (“Meteorological office”del Reino Unido) había hecho predicciones catastrofistas nada tranquilizadoras sobre las perspectivas climáticas del 2019. Lo mismo hicieron el organismo similar de la Naciones Unidas y otras entidades especializadas europeas.

Esos y otros pronósticos –en un artículo titulado“El colapso de la Tierra está cada vez más cerca”– se resumían así:

“Las Naciones Unidas (ONU) dieron un alerta claro y contundente: el planeta se dirige hacia el colapso climático, sanitario y social. Pero también se resaltó la solución (que aún es posible): reducir las emisiones de gases de efecto invernadero (que provocan el cambio climático), disminuir los niveles de consumo, proteger el agua y la biodiversidad (entre otras). Son algunas de las conclusiones que publicó en su informe «Perspectivas del Medio Ambiente Mundial». En diversos apartados, la ONU alerta que, de no producirse cambios drásticos y urgentes, habrá consecuencias devastadoras…

“«Estamos causando el cambio climático y la pérdida de biodiversidad: No habrá mañana para muchas personas, a menos que nos detengamos», afirmó Joyce Msuya, directora ejecutiva de «ONU Medio Ambiente».…

“El cambio climático es producto del aumento de la temperatura por la acción humana e implica cambios drásticos en el ambiente (inundaciones, sequías, derretimiento de glaciares). La causa principal es la emisión de gases de efecto invernadero, principalmente el dióxido de carbono (CO2). La quema de combustibles fósiles (gas, petróleo, carbón) está entre los principales causantes. El informe de la ONU hace eje en el cambio climático, pero no apunta a los responsables. Es que las grandes potencias económicas son las principales culpables: el 76 por ciento de las emisiones provienen de los países del G20, encabezados por China, EEUU, la Unión Europea, India, Rusia, Japón y Alemania….”.(Página 12, 08/05/2019)

Hoy estas advertencias de agravamiento pronosticadas apenas meses atrás, están teniendo un cumplimiento terrorífico en el Hemisferio Norte y también a escala mundial.

“Julio de 2019 va camino a convertirse en el mes más cálido de la historia”

Con ese título, un artículo de La Nación (18/07/2019) describía la crisis climática que golpea el Norte del globo terráqueo:

“Las temperaturas extremas en varios lugares del norte del planeta en las últimas dos semanas podrían convertir a julio en el mes más cálido registrado en la historia de la Tierra, según científicos especialistas en cambio climático.

“La quincena pasada ha sido testigo de temperaturas insólitamente altas en el ártico canadiense, sequías extremas que han dejado a la ciudad de Chennai en India sin agua, una ola de calor sofocante en Europa que ha sido suficiente para cerrar al público algunas atracciones al aire libre como la acrópolis en Atenas e incendios forestales que han obligado a los turistas en el sur de Francia a abandonar sus campamentos. Incluso la fuerza aérea de Indonesia tuvo que llevar a cabo misiones de desbroce de nubes con la esperanza de provocar lluvias.

“Si las tendencias de la primera mitad del mes continúan, van a vencer el récord anterior de julio 2017por 0,025°C, según cálculos que la científica especializada en cambio climático en la Universidad de Oxford, Karen Haustein, compartió con el diario The Guardian.

“También superaría al junio más caliente de la historia, el mes pasado, según confirmó esta semana la NASA y el Centro de Satélites de la Unión Europea. La temperatura global fue aproximadamente 0,1°C más alta que la de junio más cálida anterior, que se registró en 2016.

“En respuesta a las nuevas cifras, Michael Mann, el director del Centro de Ciencias del Sistema de la Tierra en la Universidad Estatal de Pennsylvania tuiteó: «Esto es significativo. Pero estén atentos a los números de julio. Julio suele ser el mes más cálido del año a nivel global. Si este julio resulta ser el julio más cálido (tiene una buena oportunidad), será el mes más cálido que jamás hayamos medido en la Tierra»…”.

Conclusiones necesarias

Estos datos irrefutables sobre el empeoramiento cada vez más acelerado del cambio climático obligan a sacar conclusiones y sobre todo actuar en consecuencia. La humanidad está ante un desafío inédito en el que, en última instancia, se está jugando su supervivencia. Y la cosa, evidentemente, va más rápido de lo esperado.

Dicho de otra forma: o se impone un cambio drástico, revolucionario, en las formas y relaciones de producción que logren dar marcha atrás al envenenamiento y destrucción de la naturaleza, o la vida de la humanidad y otras especies sobre la tierra corren un peligro mortal que se agrava y crece sin pausa.

En su momento, ante las distintas conferencias y pactos mundiales para enfrentar este peligro, hemos denunciado que éstos no iban a fondo y fracasarían. Ante los intereses del gran capital (que en aras de las ganancias no le importa envenenar el planeta), quedaban todos muy por atrás de lo necesario… El último gran ejemplo fue la Conferencia de París de diciembre de 2015.

A menos de cuatro años de firmados los acuerdos de París, el hemisferio Norte está en una situación de calentamiento mucho más grave de lo imaginado, el polo y otras regiones enteras del Norte se derriten… mientras que en especial las grandes ciudades se hacen cada vez más inhabitables en los días de calor extremo.

Lamentablemente, las críticas y negros pronósticos que hicimos en su momento se están cumpliendo a una velocidad que no imaginamos.

Esto se va agravando aún más por la gravitación de gobiernos y sectores particularmente nefastos, como Trump, Bolsonaro & Cía, que llegan al extremo de ser negacionistas de que existe un cambio climático, aunque éste se despliega frente a nuestros ojos en un modo cada vez más contundente y dañino.

Frente a esta peligrosa encrucijada de la humanidad, ratificamos más que nunca la necesidad de luchar y derrotar a esas pandillas de negacionistas. Pero también es necesario denunciar y enfrentar a los políticos hipócritas que se lamentan de las catástrofes climáticas, mientras desde los distintos gobiernos no toman las imprescindibles medidas porque ellas afectan los bolsillos de los capitalistas culpables de la contaminación y el calentamiento global.

Izquierdaweb

 

Enlace al artículo: https://www.lahaine.org/cJ73