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Colombia :: 05/10/2019

Iván Duque da pena

Pablo Nariño
A las 4:42 de la tarde del miércoles 25 de septiembre, el narco-presidente habló ante la ONU. A la misma hora asesinaban a un ex-guerrillero

Al igual que el discurso promocional selfi del nuevo iPhone 11 de Apple, presentado por Bukele, presidente de El Salvador, y la exhibición de la nueva “fisiología ambiental” de Bolsonaro del Brasil, con su “Es falso que la Amazonía sea el pulmón del mundo”, la intervención del presidente Duque ante la 74ª sesión de la Asamblea General de la ONU fue algo así como el interludio entre actos de una ópera seria.

Las naciones del mundo debatían sobre el futuro del planeta, la violación flagrante de los principios de soberanía recogidos en la Carta de la ONU, la preocupación por el retiro de EEUU del tratado nuclear con Irán, se hacían llamados en contra de la intervención extranjera bajo el pretexto de defender la democracia mientras se aterroriza a los pueblos con la amenaza de una invasión o con sanciones que los sumergen en la pobreza, se conferenciaba sobre la gravedad de que hoy penda de un hilo el destino del Tratado De Reducción De Armas Estratégicas [START III] y el peligro real de una guerra nuclear, un conflicto "en el cual no puede haber ganadores".

A las 4:42 de la tarde del miércoles 25 de septiembre, Iván Duque se dirigió a la Asamblea General de la ONU en Nueva York. Aseguró ante los delegados de 99 naciones del mundo, que en Colombia “la paz con legalidad” se viene construyendo con “paso firme” y que cumplirá a quienes dejaron las armas genuinamente, refiriéndose al proceso de paz con las FARC-EP. Ese mismo día, y casi a la misma hora de su discurso, caía asesinado Carlos Celimo Iter Conde, excombatiente de las FARC, comprometido con la implementación y quien había solicitado semanas antes el esquema protección a la UNP [Unidad Nacional de Protección].

Al día siguiente, 26 de septiembre, caerían asesinados los líderes sociales Jairo Javier Ruiz Fernández en Balboa y el líder indígena Marlon Ferney Pacho en Tierradentro, todos en el Cauca.

Y aunque el tiempo para el tema país era corto (¿e inconveniente?) para el presidente de Colombia, ya que el cuerpo de su intervención sería dedicado a la República Bolivariana de Venezuela, a Iván Duque le alcanzó para presumir ante la ONU con los proyectos productivos que vienen ejecutando los excombatientes. Ocultando que en su inmensa mayoría, estos han sido logrados por la gestión y el compromiso que la guerrillerada ha realizado con organismos internacionales, en razón del incumplimiento por parte del Estado colombiano de los compromisos pactados.

Pero el 29 septiembre, desde el ETCR [Espacios Territoriales de Capacitación y Reincorporación] de Pondores, La Guajira, se denunciaría ante la comunidad nacional e internacional que “Lo único que no le ofrecieron a los reincorporados, y es de lo que le están dando en abundancia, es físico plomo”. El documento agrega que a la fecha han sido vilmente asesinados “177 camaradas reincorporados, bajo una total impunidad, como solamente puede brindarla un Estado cómplice”.

En el comunicado de este espacio territorial se denuncia que “Próximos a cumplirse tres años de la firma del Acuerdo de Paz, los resultados son deplorables” mientras Iván Duque, Emilio Archila, Miguel Ceballos y Andrés Stapper “se pavonean en el exterior pregonando a los cuatro vientos su compromiso con el Proceso de Paz y el cumplimiento de lo firmado en La Habana”, la realidad es bien distinta, “lo que se respira es desconfianza en la palabra gubernamental, acompañada de una progresiva incertidumbre como resultado del incumplimiento, tanto en la Implementación en general como de la Reincorporación en particular”. Aquí el comunicado completo: bit.ly/2mK6ysd.

Iván Duque también habló del tema de moda y se refirió al supuesto empeño de su Gobierno en la protección ambiental. Aun cuando las comunidades de varias regiones del país se encuentran en máxima alerta por el visto bueno dado recientemente por el Consejo de Estado a las recomendaciones hechas por expertos de su Gobierno a la implementación de uno o varios “Proyectos Pilotos de Investigación Integral (PPII) que permiten generar conocimiento y evidencias” para la producción comercial mediante el fracking.

Extraña voluntad en la protección ambiental cuando son conocidos en el mundo con suficiencia los efectos de esta técnica, tales como la fracturación del suelo, la sismicidad inducida, fugas de metano, elevado consumo y agotamiento de las fuentes de agua.

El presidente Duque prosiguió y habló del compromiso de su gobierno en la lucha contra el narcotráfico y la corrupción, fraseando sobre faros "éticos, sociales y políticos", como guías de su Gobierno. Aunque no cabe duda de que en la memoria colectiva internacional resuenan aún los titulares de hace unos días y persisten en la retina las fotos en las que quedaron evidenciadas acciones conjuntas entre funcionarios del Estado colombiano y el grupo narcoparamilitar Los Rastrojos para que el autonombrado Juan Guaidó, acusado de desfalco y corrupción, cruzara hacia Colombia para ser recibido con honores de presidente. Lo cierto es que, pese a todo, las Naciones Unidas no reconocen al diputado opositor Juan Guaidó como presidente interino de Venezuela. De hecho el Secretario General de la ONU Guterres desmintió que pensara siquiera reunirse con Guaidó en Nueva York, como trató de especularse.

Duque prosiguió su discurso ante las Naciones Unidas y declaró ser respetuoso de "un orden internacional basado en el multilateralismo, la solidaridad y la autonomía". Sin embargo su Gobierno “conspira públicamente”, y haciendo uso de una especie de necromancia “diplomática” ayuda a traer de regreso el cadáver del TIAR. Tratado que fue dispositivo de los EEUU para intervenir y subordinar política y militarmente las naciones del continente durante la Guerra Fría, y que murió con el fin de ésta.

Agregó que Colombia “no es un país agresor”, pero preparaba para el viernes 27 de septiembre la llegada de marines a Colombia, según informaron las Fuerzas del Cuerpo de Marines de los EEUU. Desde el 30 de septiembre al 5 de octubre, la Infantería de Marina de EEUU y la Armada de Colombia iniciarían una serie de “ejercicios militares conjuntos” en una base de entrenamiento de Infantería de Marina en Coveñas, Sucre, con el objetivo de ensayar una "entrega de ayuda humanitaria".

Ayuda humanitaria que no fue tal y cuyo objetivo, aparte del artificio propagandístico para atrapar incautos, fue y al parecer quiere volver a serlo, solo el burladero para generar actos violentos y desestabilizadores contra Venezuela.

Pero si fue escándalo mundial el descubrimiento de las “cándidas” e inobjetables fotos de Guaidó, jefe del "Gobierno paralelo" de Venezuela que Duque alberga y auspicia, horas después de su intervención en la Asamblea de la ONU, el mundo volvería a asombrarse con otro episodio. Un informe que “demostraba” la supuesta presencia de guerrilleros colombianos en Venezuela, elaborado por la inteligencia del Gobierno Duque y que este había anunciado en su discurso, resultó que contenía fotos con datos falsos. El resto de la historia ya es conocida por los colombianos y el mundo entero, el periódico El Colombiano y la Agencia Francesa de Prensa descubrieron la estafa, una que no sería para el simple consumo interno, sino de dimensión planetaria. 

Maduro por su parte atinó a decir: “Da pena”. Solo el muy investigado y antipopular Donald Trump, quien la mayoría de la opinión pública de los EEUU según las últimas encuestas considera que “debería ser sometido a un juicio político”, salió en defensa del impopular Iván Duque.

La clase dominante colombiana insiste en hacer creer a la comunidad internacional que Colombia está rebosante de democracia, al tiempo que trabaja a través de los ministros Guillermo Botero, de Defensa, y Nancy Patricia Gutiérrez, de Interior, en políticas autoritarias como la estructuración de una ley estatutaria para la regulación de la protesta social en Colombia.

La élite colombiana concibió al Esmad [Escuadrón Móvil Antidisturbios], que ha dejado en la presente década una veintena de muertos, cientos de heridos y múltiples casos sin investigar.

Los más recientes hechos de represión injustificada y desproporcionada contra los estudiantes por parte de la policía expresan una proscripción de hecho, no solo de la protesta sino de la denuncia, ya que se trataba de movilizaciones estudiantiles pacíficas en rechazo a graves actos de corrupción administrativa en sus universidades y en los cuales están involucrados funcionarios públicos y políticos.

Iván Duque simula ante en la Asamblea General de la ONU, ser “restaurador de democracias” ajenas en Suramérica, mientras en Colombia, declara sin más preámbulos: ¡Se necesita más Esmad!

CALPU

 

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