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Bolivia :: 14/11/2019

Bienvenidos a la dictadura

Marco Teruggi
El proceso de consolidación del golpe avanza en sus pasos: nombra ministros, cambia generales y cuenta con respaldos internacionales

El derrocamiento de Morales tiene varios objetivos, entre los cuales está el de regresar a la conformación del país perdido para las clases dominantes: el de una Bolivia gobernada por ellas y para ellas. 

“Bienvenidos a la dictadura” dijo una señora mientras corría de los gases lacrimógenos, las motos, las camionetas con jóvenes detenidos, las motos y las tanquetas militares. La escena sucedió en el centro de la ciudad de La Paz, en horas de la tarde, luego de que hubieran reprimido a la presidenta del Senado, Adriana Salvatierra, y la autoproclamada presidenta Jeanine Añez hubiera nombrado un nuevo alto mando militar. 

Los acontecimientos suceden a una velocidad vertiginosa en Bolivia. El bloque que lleva adelante el golpe de Estado tiene una serie de pasos que cumplir y los lleva adelante. La autoproclamación de Añez, evangelio en mano y con la banda tricolor puesta por la Fuerza Armada Boliviana fue uno de ellos. Este miércoles sucedió el siguiente, el de ficcionar el gobierno, es decir ponerse en posición de dar órdenes.

Esos pasos tienen una paradoja: mientras intentan hacer ver que existe un nuevo gobierno apegado a las leyes, la forma anticonstitucional en que lo hacen evidencia la dimensión de golpe de Estado. No solamente para analistas, partidos y diplomáticos, sino para una gran parte de la población que ve en la autoproclamación un hecho imposible de justificar democráticamente.

Esa situación se vio reflejada en el levantamiento en la ciudad de El Alto iniciado el lunes, que este miércoles se convirtió en cabildo abierto masivo para luego descender de manera unificada a La Paz [donde a su vez hubo otro cabildo abierto masivo de los maestros]. La cantidad de gente movilizada es cada vez mayor, y su radicalidad se consolida. 

La situación en ese territorio clave de la historia y dinámica política boliviana grafica las tensiones y unidades. Por un lado, las movilizaciones tienen dos puntos de unidad indiscutibles: la defensa de la whipala, que fue pisoteada por los golpistas -“es la revolución de las whipalas”, dijo un dirigente aimara- así como que Añez, que dio declaraciones anti-indigenistas, deje una presidencia ilegal.

Por otro lado, existe un punto en debate: el retorno de Evo Morales. Un sector lo canta, pide, y lucha para que sea realidad, mientras que otro se afirma como no perteneciente al Movimiento al Socialismo (MAS) –“no somos masistas”, dicen-, pero tiene claro que debe enfrentar el golpe de Estado que no distingue entre masistas o no, y persigue, reprime y asesina por igual.

Esa situación parece estar en una espiral ascendente donde la violencia policial potencia el levantamiento. Ya se han registrado dos muertos en El Alto -posiblemente tres, y según otras fuentes citadas por Telesur, hasta diez- y la represión prolongada durante horas este miércoles potencia la separación ya nítida: El Alto, la whipala, las naciones indígenas, contra el golpe de Estado encabezado por quienes los desprecian y humillan. 

La dirección del golpe intenta construir mensajes ante eso, como colocar whipalas arriba de las tanquetas militares, o emitir videos de Fernando Camacho -principal cara civil y empresarial del golpe- y Añez donde afirman estar unidos y respetar la diversidad y la whipala.

Los mensajes no dan el efecto esperado y la conformación de un proceso de resistencia avanza. No solamente en El Alto, sino también en zonas rurales, con movilizaciones locales, en carreteras, ciudades, y otras que confluyen hacia la ciudad de La Paz, a donde llegaron el miércoles los Ponchos Rojos [milicia conformada por reservistas aimaras del ejército boliviano que defiende a Evo]. ¿Tendrá lugar el cerco a La Paz? Es uno de los temores principales que se viven a estas horas [sobre todo en los grandes despachos]. 

El temor es justamente lo que mueve a muchos de quienes apoyan el golpe, lo celebran, y se organizan en sus calles de zonas de clases medias y adineradas para defenderse de lo que se representan como las invasiones de El Alto y los indígenas. 

El miedo y la revancha son dos de los motores que mueven el golpe. El derrocamiento de Morales tiene varios objetivos, entre los cuales está el de regresar a la conformación del país perdido para las clases dominantes: el de una Bolivia gobernada por ellas y para ellas. Avanzan en ese objetivo, y en la noche del miércoles fueron designados once ministros del nuevo gabinete luego de la represión y de las noticias de muertos.

Se multiplican en redes sociales las noticias de represiones, persecusiones, arrestos, disparos de bala contra manifestantes, pero la velocidad, la censura, la ruptura del Estado de derecho y la falta de gobierno abre un campo de impunidad que no parece tener límites. ¿Quién mandó hasta esta noche sobre la Fuerza Armada Bolivia?¿Quién manda sobre los grupos armados de la derecha que tienen listas de masistas a ser asesinados?

El proceso de consolidación del golpe avanza en sus pasos y cuenta con respaldos internacionales. Además del gobierno norteamericano y el secretario de la Organización de Estados Americanos, Luis Almagro, se sumaron el gobierno colombiano, y la alta representante de la política exterior de la Unión Europea, Federica Mogherini, apoyó el nombramiento de Añez como presidenta interina.

El próximo paso del golpismo será avanzar sobre el poder legislativo, donde el MAS tiene la mayoría en ambas cámaras. Mientras eso tiene lugar, el proceso de resistencia irá creciendo, movido por un conjunto de demandas, indignaciones y potencias, con una incertidumbre acerca de la direccionalidad y la estrategia para hacer frente al golpe.

Telesur / La Haine

 

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