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Madrid :: 28/02/2011

Comunicado de agradecimiento ante la detención de Leyla

Plataforma de Solidaridad con Colombia
Agradecemos el gran apoyo que nos han brindado todas las organizaciones y todas las personas con la delicada situación que se ha presentado a nuestra compañera Leyla.

Desde la Plataforma de Solidaridad con Colombia, agradecemos el gran apoyo que nos han
brindado todas las organizaciones, políticas, sociales, populares, a todas las personas que lo
han hecho en nombre propio, a toda esa gran cantidad de amigos y amigas que nos han
acompañado de muchas maneras, con la delicada situación que se ha presentado a nuestra
compañera Leyla.

Este apoyo refleja en la mayoría de los casos, el compromiso de la solidaridad con el
pueblo colombiano, porque cuando se criminaliza la protesta social, cuando se
intentan acallar las voces que denuncian la represión existente, y tanta gente se
pronuncia, quiere decir que les estamos acompañando.

Como muchos y muchas de ustedes saben, Colombia es el país al que se le concede el
privilegio, desde la comunidad internacional, de tener la “DEMOCRACIA” más antigua de
América Latina. Y entonces viene la pregunta de siempre ¿qué entiende la comunidad
internacional por democracia; esa que según su origen filosófico, es EL PODER DEL PUEBLO,
POR EL PUEBLO Y PARA EL PUEBLO?. Creemos que no tienen muy claro este concepto.

Colombia es democracia porque cada 4 años los ciudadanos y ciudadanas con derecho al voto,
acuden a las urnas para elegir un nuevo gobierno. Pero nadie se pregunta si existe el
abstencionismo (en Colombia supera con creces el 50%), la compra de votos, el fraude
electoral, la coacción, y una amalgama de herramientas que permiten que sea una elección
legal, pero no legitima.

Los gobiernos colombianos han desaparecido a mas personas por su condición ideológica, que
todas las dictaduras del cono sur, y continúan desapareciendo opositores políticos e
ideológicos. Colombia, ocupa el segundo lugar en mayor número de desplazados internos, más
de 4 millones y medio de colombianos y colombianas que han sido sacados de sus tierras por
el accionar de grupos paramilitares afines al gobierno que mediante masacres colectivas,
hacen que la gente tenga que huir a ocupar los cinturones de miseria de las grandes ciudades.
Colombia es también el segundo en desplazamiento externo, por motivos políticos y por
motivos económicos; es decir, refugiados políticos y personas que se han visto obligadas a
buscar en otro país del mundo un lugar idóneo donde trabajar y poder sostener a sus familias,
porque los colombianos y colombianas carecen de un estado de bienestar, que equivale a CERO
Justicia Social.

Y en montar escenarios de fantasía para dilapidar a los “Políticamente incorrectos”, no se
quedan cortos. Ahí están las ejecuciones extralegales[1], puestas de moda por el actual
presidente de la república Juan Manuel Santos, entonces ministro de defensa bajo el gobierno
de Alvaro Uribe, con la finalidad de demostrar a los Estados Unidos que el dinero que les han
dado para el proyecto contrainsurgente tiene buen rendimiento, y demostrar a sus partidarios
que pueden dormir tranquilos porque sus intereses están protegidos y la guerrilla
prácticamente exterminada. Cuando todas y todos sabemos que lo que hacen es asesinar a
jóvenes de los barrios populares, de las zonas menos favorecidas, presentarlos ante los medios
de comunicación (otra arma siniestra del estado), para que estos difundan masivamente que
se trata de guerrilleros caídos en combate.

Otro escenario de montaje se el portátil de Raúl Reyes. Extrañamente todos y todas las
personas y organizaciones que denunciamos día a día los crímenes de estado, aparecemos en
el ordenador. Somos tantos que llegará el día en que ya no quepamos en el ordenador. A ver
que se le ocurre al señor Santos para dar continuidad a su gran circo mediático.

Por tanto, hoy más que nunca estamos seguros de que nuestro trabajo debe continuar; que
debemos reclamar a la comunidad internacional, en este caso a la europea, que exijan al
gobierno colombiano el cese de hostilidades contra el pueblo colombiano, representado en los
movimientos populares, sociales, estudiantiles, sindicales, defensores de derechos humanos,
etc. Esto viene a significar, en primer lugar auditoria en las hacinadas cárceles colombianas,
donde los 7.500 presos políticos padecen torturas constantes, indefensión al no tener derecho
a juicios justos, pero no solo por los presos políticos también por los condenados por delitos
comunes, porque todos somos seres humanos. En segundo lugar que se deje de criminalizar y
perseguir la protesta social. La libertad de expresión es un derecho de las democracias en un
estado de derecho debidamente establecido. Que se termine con el espionaje a las
organizaciones que trabajan con la solidaridad en Colombia, por ejemplo las chuzadas del
DAS2. Por último, reclamar el apoyo a una salida política y negociada al conflicto colombiano
que lleva más de 60 años.

No estamos pidiendo nada extraño, estamos guiándonos por las reglas y las legislaciones que
los regidores de la democracia han establecido, y si se han establecido para que todos los
gobiernos, llamados democráticos las apliquen, pues entonces deben exigir que sean aplicadas
por los mismos.

Sin más dar nuevamente las gracias, en nombre de todas y todos los colombianos, de todas
las organizaciones que trabajamos a diario por una salida política y negociada al conflicto, en
nuestra búsqueda de un país en paz y con justicia social.

Fraternalmente
PLATAFORMA DE SOLIDARIDAD CON COLOMBIA


[1]Es la privación arbitraria de la vida por orden de agentes del Estado o con su complicidad o tolerancia o
aquiescencia, sin un proceso judicial o legal. Incluye los casos de muerte como resultado de: a) la
aplicación de tortura o de tratos o penas crueles, inhumanos o degradantes, durante la detención o
prisión; b) el uso excesivo de la fuerza por la policía, las fuerzas armadas u otras fuerzas estatales o
paraestatales; c) las agresiones cometidas por individuos o grupos paramilitares bajo control oficial; d)
las agresiones cometidas por individuos o grupos que no se hallan bajo control oficial, pero que actúan en
colusión o con la connivencia de las autoridades; e) las desapariciones forzadas. f) circunstancias poco
claras, estando la víctima en poder de sus aprehensores.

 

Enlace al artículo: https://www.lahaine.org/cQ9l