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Medio Oriente :: 07/01/2020

2020, el año del fin para Gaza

Gideon Levy
Hay un Chernobyl en Gaza, a una hora de Tel Aviv. Y al régimen sionista no le preocupa. Tampoco al resto del mundo

El tiempo vuela. Hace ocho años, en 2012, las Naciones Unidas emitieron un informe titulado "Gaza en 2020, ¿un lugar habitable?". La respuesta estaba contenida en el cuerpo del informe: no. No, a menos que se tomen medidas para salvarla.

No se han tomado medidas reales, pero las proyecciones de ese grave informe tampoco se confirmaron, la situación es mucho peor de lo previsto.

El 1 de enero de 2020 comenzó el año del fin de Gaza. A partir del 1 de enero 2 millones de seres humanos viven en un lugar inhabitable.

Hay un Chernobyl en Gaza, a una hora de Tel Aviv. Y a Tel Aviv no le preocupa. Tampoco al resto del mundo. Las revisiones de noticias de la última década incluyeron todo lo demás, pero no el desastre humanitario en el patio trasero de Israel del cual Israel, ante todo, es el responsable.

En lugar de asumir la responsabilidad de haberlos expulsado y conducido a Gaza en 1948 e intentar compensar y expiar lo que se hizo [devolviéndoles su país], Israel continúa aplicando las políticas de 1948 de una manera diferente: una jaula en lugar de expulsión, cárcel en lugar de limpieza étnica, asedio en lugar de desposesión.

Es dudoso que haya muchas otras regiones del mundo donde los desastres hayan durado con continuidad por más de 70 años y todo esto es producto de actos humanos malvados. El recuerdo de Gaza debería habernos perseguido día y noche. En cambio Gaza está olvidada. Solo el disparo de un cohete Qassam es capaz de proporcionar un recordatorio de que existe.

Cuando se escribió el informe de la ONU la tasa de desempleo en Gaza era del 29 por ciento. Han transcurrido ocho años y ahora, según el Banco Mundial, la tasa de desempleo ha alcanzado un inimaginable 53 por ciento, 67 por ciento entre los jóvenes.

¿Alguien entiende eso? 67 por ciento de desempleo. ¿Alguien entiende cómo es una vida así, cuando la gran mayoría de los jóvenes no tiene presente ni futuro?

Hamás es el culpable. Hamás es culpable de todo. ¿E Israel? De ningún modo. ¿Cuánta represión, negación y lavado de cerebro requiere esto? ¿Qué mentiras, inhumanidad y crueldad? Un país repugnantemente apático ante el desastre que ha creado en su frontera e incluso está agravando la situación.

Alrededor de la mitad de los residentes de la Franja de Gaza viven con menos de 5,50 dólares diarios. En la Cisjordania ocupada, en comparación, solo el 9 por ciento de la población subsiste con esa suma. 

Hamás es culpable. Como si Hamás hubiera impuesto el asedio. Está obstruyendo las exportaciones, las importaciones, los lugares de empleo. Dispara al pescador de Gaza. Impide que los pacientes con cáncer reciban tratamiento médico. Ha bombardeado Gaza matando a miles de civiles y destruyendo innumerables casas. Está claro.

El informe de la ONU de 2012 predijo que en 2020 Gaza necesitaría al menos 1.000 médicos más. Pero en la Franja del año 2020 se han marchado 160 médicos en los últimos tres años. Cualquiera que puede se va.

Una joven cirujana en el Hospital Shifa de Gaza, la doctora Sara al-Saqqa, dijo a The Guardian la semana pasada que gana 300 dólares por 40 días de trabajo. Si no fuera por su madre anciana también se habría ido.

Hay cosas peores por venir. Como predijo el informe de la ONU, el 97 por ciento del suministro de agua de Gaza no es apto para el consumo. Un total de 100.000 metros cúbicos de aguas residuales al día fluye hacia el Mediterráneo, que también es nuestro mar. Ashkelon se está bañando en las aguas residuales de Gaza, pero eso tampoco molesta a nadie.

Tres años después de la publicación del informe de la ONU, las Naciones Unidas publicaron su informe de 2015. La guerra israelí de 2014 en Gaza, la Operación Margen Protector, dejó a medio millón de personas sin hogar y dejó Gaza aplastada. Pero eso tampoco provocó nada más que un gran bostezo. Y luego llegó el informe de 2018, esta vez del Banco Mundial: la economía de Gaza estaba en estado crítico. Déjalos asfixiarse. Israel está con Naama Issachar, la mujer israelí encarcelada en Rusia que ha sido transferida a otra prisión.

Haaretz. Traducido del inglés para Rebelión por J. M. Extractado por La Haine.

 

Enlace al artículo: https://www.lahaine.org/cR3I