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Estado español :: 21/03/2011

Libia: Las tropas españolas con permiso para disparar

La Haine
Los aviones españoles tienen el permiso para bombardear Libia. Trinidad Jiménez se reunió con la oposición Libia garantizándoles asistencia

Foto: Base militar española de Rota(Cádiz), donde se concentrarán los buques españoles con destino Libia

Los aviones de la Fuerza Aérea española integrados en la misión internacional para el derrocamiento del gobierno libio ya están a las órdenes del mando aliado aunque, hasta el momento, no han recibido la orden de actuar y continúan a la espera en la base italiana de Decimonannu, en la isla de Cerdeña. Los cuatro cazabombarderos F-18 y el avión de reabastecimiento españoles en vuelo entrarán en acción cuando lo estime oportuno el general al mando de las fuerzas aliadas, el estadounidense William Walt. Los pilotos españoles están "autorizados para abrir fuego si es necesario", según explicó ayer a la prensa el jefe del Mando de Operaciones, el teniente general Jaime Domínguez Cruz, tras la reunión del Estado Mayor de la Defensa convocada por la ministra Carme Chacón para analizar la situación en Libia. Se trata del despliegue militar español más amplio desde la guerra de Irak, y el más grande de la historia de España en la OTAN en cuanto a capacidad de combate.

Los F-18 españoles participan en la fuerza aliada para hacer cumplir la zona de exclusión aérea sobre Libia acordada por el Consejo de Seguridad de la ONU. A la operación aliada se unirá también próximamente la fragata Méndez Núñez que ayer zarpó de la base naval de Ferrol (A Coruña) y se dirigía a la de Rota (Cádiz) para "preposicionarse", según explicó el teniente general Cruz. El objetivo del buque, uno de los más modernos con los que cuenta la Armada, es llegar a la zona de operaciones para hacer cumplir el embargo de armas al gobierno libio que planea la OTAN. La aportación de la Armada española a este dispositivo incluye igualmente el submarino S-74 Tramontana, que todavía se encuentra en su base de Cartagena (Murcia).

Los rebeldes libios obtuvieron respaldo de España en una cita secreta con Jiménez

La ministra de Asuntos Exteriores, Trinidad Jiménez, se reunió el pasado día 12 en El Cairo (Egipto) con dos representantes del llamado "Consejo Nacional de Transición", que actúa como Gobierno de la sublevación libia. La entrevista, cuya existencia se ha mantenido en secreto y fue, revelada ayer por la agencia Efe, se produjo en la residencia del embajador español. Según fuentes diplomáticas, los representantes de los rebeldes libios llegaron a pedir a Jiménez armas y equipos militares para defenderse de la ofensiva de las tropas leales a Gadafi, a lo que la ministra les respondió advirtiendo que el embargo decretado por la ONU afecta a las dos partes en conflicto. No obstante, ha trascendido en varios medios internacionales el apoyo logístico que varios países europeos han dado a la oposición, entre ellos España, desmientiendo así la información difundida por la agencia oficial española.

El Gobierno español asimismo está considerando necesario elevar el nivel de alarma terrorista ante la posibilidad de que el gobierno libio intente acciones en Europa, lo que implicaría no solo un aumento de la capacidad operativa de las Fuerzas Armadas en territorio Libio, sino también determinadas restricciones constitucionales ya en territorio español, aunque el Ejecutivo sabe que en estos momentos Libia carece de capacidad operativa para llevar acciones armadas en el continente europeo.

Por otra parte, la empresa española Indra vendió a Libia entre 2006 y 2009 el sistema de navegación y tráfico aéreo del país y, de no haber estallado el conflicto bélico, también hubiera instalado un complejo sistema de defensa aérea. El contrato civil, aunque incluye elementos de doble uso, fue de 48 millones de euros y el de defensa, muy avanzado, ascendía a 200, pero Indra asegura que no llegó a firmarse. En ese sentido, y a través de esta empresa de tecnología militar y civil, España posee cuantiosa información sobre los sistemas de defensa que tiene el ejército regular libio.

El Gobierno niega que esta agresión se compare con Irak

Varios miembros del Gobierno defendieron ayer el apoyo militar de España a la coalición internacional que lucha contra el Gobierno libio, y lo hicieron recordando que la intervención aliada cuenta con el respaldo del Consejo de Seguridad de la ONU, organismo que se abstuvo de llevar a cabo acciones ante los casos de genocidio en Palestina, el Golpe de Estado en Honduras, o los desembarcos militares de EEUU en varios países latinoamericanos en los últimos meses. El ministro de la Presidencia, Ramón Jáuregui, subrayó las "enormes" diferencias entre la operación militar en Libia y la guerra de Irak, que contó con el apoyo del Gobierno del ex presidente José María Aznar a pesar de que la intervención no contaba con el beneplácito de la ONU.

"Aquí no hay foto de las Azores, lo que hay es una resolución de Naciones Unidas. Aquí no hay mentiras, hay una violación masiva de los derechos humanos y vamos a liberar al pueblo de Libia y por eso vamos a trabajar, no para iniciar una guerra, sino para acabar con ella", declaró José Blanco, ministro de Fomento. Blanco se abstuvo de responder a las preguntas de varios periodistas sobre la sintonía del Gobierno con casi todos los presidentes conservadores europeos sobre la materia.

Apoyo casi unánime del arco parlamentario

Esta es la primera vez que el Gobierno español envía tropas al exterior sin la autorización previa del Congreso de los Diputados. Se trata de una medida excepcional que recoge la Ley de Defensa Nacional para situaciones de máxima urgencia. El presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, comparecerá el martes en el Congreso de los Diputados para explicar los detalles de su decisión, que el Parlamento tendrá que ratificar a posteriori. El presidente cuenta con el apoyo del líder de la oposición, Mariano Rajoy, y también del resto de grupos parlamentarios, salvo Izquierda Unida, que se ha limitado a denunciar al gobierno libio pero sin apoyar la intervención.

 

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