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Europa :: 11/02/2020

Llamado a las armas, ‎la OTAN movilizada en dos frentes

Manlio Dinucci
Siguiendo un proyecto que data de 2013, Alemania ha convencido al ‎mandamás Trump de desplegar en Medio Oriente tropas europeas bajo las órdenes ‎de la OTAN

NATOME. El presidente Trump, orgulloso de su talento para crear acrónimos, ha bautizado así el despliegue de la OTAN en el Medio Oriente, despliegue que solicitó telefónicamente al secretario general de la alianza, Jens Stoltenberg. Este último aceptó de inmediato que la OTAN debe desempeñar «un mayor papel en el Medio Oriente, en particular, en las misiones de entrenamiento».

Así que Stoltenberg participó en la reunión de ministros de Exteriores de la Unión Europea subrayando que la UE debe mantenerse junto a EEUU y a la OTAN porque, «aunque hemos hecho enormes progresos, Daesh puede volver». EEUU trata así de implicar a sus aliados europeos en la situación caótica provocada por el asesinato, con luz verde del propio Trump, del general iraní Suleimani cuando acababa de pisar suelo iraquí, en el aeropuerto internacional de Bagdad.

Luego de que el parlamento iraquí se pronunciara expresamente por la retirada de los más de 5 000 militares estadounidenses desplegados en Irak, junto a miles de mercenarios contratados por el Pentágono, el primer ministro iraquí, Abdul-Mahdi, solicitó al Departamento de Estado el envío de una delegación para establecer el procedimiento para la retirada estadounidense. Pero la respuesta del Departamento de Estado fue que, en efecto, enviará a Irak una delegación, pero «no para discutir sobre la retirada de las tropas sino la disposición adecuada de fuerzas en el Medio Oriente», agregando que en Washington están estudiando un acuerdo sobre «el fortalecimiento del papel de la OTAN en Irak en correspondencia con el deseo del presidente de que los miembros de la alianza compartan la carga en todos los esfuerzos por nuestra defensa colectiva».

El plan está claro: sustituir total o parcialmente las tropas estadounidenses en Irak por tropas de los aliados europeos, que se verían así en las situaciones de mayor peligro, como lo demuestra el hecho que, a raíz del asesinato del general Suleimani, la OTAN misma suspendió las misiones de entrenamiento en Irak.

Además del frente sur, la OTAN está movilizada en el frente oriental. Para «defender Europa de la amenaza rusa», la OTAN prepara actualmente en el ejercicio Defender Europe 20, que implicará en abril y mayo el mayor despliegue de tropas de EEUU en Europa de los últimos 25 años: 20 000 soldados, incluyendo varios miles de la Guardia Nacional de 12 Estados estadounidenses, llegarán de EEUU para incorporarse a los 9 000 soldados estadounidenses ya desplegados en Europa, para un total cercano a los 30 000. Junto a ellos habrá 7 000 soldados de 13 países europeos miembros de la OTAN, como Italia, y de dos países asociados a la alianza atlántica, Georgia y Finlandia.

Además del armamento que vendrá del otro lado del Atlantico, las tropas estadounidenses utilizarán 13 000 tanques, cañones autopropulsados, blindados y otros vehículos militares provenientes de los «depósitos preposicionados» de EEUU en Europa. Convoyes militares, incluyendo vehículos blindados, recorrerán 4 000 kilómetros a través de 12 grandes arterias, operando en coordinación con aviones, helicópteros, drones y unidades navales. Paracaidistas estadounidenses de la 173ª Brigada e italianos de la Brigada Folgore saltarán juntos sobre Letonia.

Debido a la agravación de la crisis en el Medio Oriente, el ejercicio Defender Europe 20 reviste gran importancia en la estrategia de EEUU y de la OTAN. Después de haber enviado al Medio Oriente 14 soldados más en 2019, el Pentágono está enviando ahora a esa región ciertas fuerzas que se preparaban para la guerra en Europa: 4 000 paracaidistas de la 82ª División Aerotransportada (incluyendo varios cientos que se hallaban en la provincia italiana de Vicenza) y 4 500 marines, entre los que se cuentan los del navío de asalto anfibio USS Bataan.

Antes o después del ejercicio en Europa podría producirse el envío de otras fuerzas al Medio Oriente. Pero, según precisa el Pentágono, no hay cambios en la planificación de Defender Europe 20. Lo cual quiere decir que 30 000 soldados estadounidenses se entrenarán en defender Europa ante una hipotética agresión rusa. El ejercicio estará basado en un escenario poco probable -en caso de enfrentamiento, en el terreno no habría tanques sino misiles nucleares- pero útil para quien está interesado en exacerbar la tensión y alimentar la idea de que existe una amenaza.

Il Manifesto

 

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