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Estado español :: 17/06/2011

El Movimiento 15-M y la Transición sin ruptura

Malime
Las visiones idealistas dificultan que se genere un pensamiento que permita ir más allá de las denuncias y el llamamiento a los políticos para que corrijan sus errores.

Jorge Semprún (1923-2011). “La amnesia de la transición no puede ser eterna”.

Dice Jorge Semprúm:

“Durante años he tenido sueños, que en realidad eran como pesadillas, en los que conseguía la mayoría necesaria para transformar la política del PCE, que años más tarde se utilizó con el nombre de Eurocomunismo. Podría haberse hecho antes, pero antes habría sido una política inventada por Claudín y apoyada por Sánchez y no la política de Carrillo. En la última entrevista que tuve con Carrillo, ya fuera de partido, le dije eso: un día te encontrarás con que esas ideas que ahora criticas las defenderás y estarás solo. Y él contestó con mucha razón, pero con mucha arrogancia, porque es un hombre muy seguro de sí mismo y engreído: "Sí, pero serán mis ideas".

Aprovecho esta cita de la entrevista realizada a Jorge Semprúm (Federico Sánchez durante la clandestinidad franquista) donde hace referencia a Claudín como paladín ideológico de la transición, en la idea de contribuir a argumentar la experiencia personal que viví durante el franquismo, la transición “democrática” y lo que ha supuesto en la actualidad la dictadura “democrática” del capitalismo hegemonizada por la gran oligarquía financiera y monopolista nacional e internacional.

En tiempos de la dictadura franquista la única fuerza política que tenía capacidad de influir política y organizativamente entre los trabajadores, los estudiantes y los intelectuales era el PCE, no porque sus militantes tuvieran una formación adecuada con la que llevar a término la revolución popular, sino porque la rebeldía de los que entonces nos oponíamos a la represión franquista, facilitaba una respuesta política y organizativa antifranquista. Esto se podrá analizar si profundizamos en el desarrollo del movimiento obrero, como movimiento sociopolítico que fueron las clandestinas Comisiones Obreras –más tarde convertidas en un sindicato integrado en el orden capitalista y subvencionado por el Estado capitalista, algo que en su origen no disponía, una organización que se mantenía gracias al compromiso militante de las personas integradas en aquel movimiento-, aquel movimiento fue ejemplo de desarrolló también en el Movimiento Vecinal, estudiantil, intelectual e incluso militar con la UMD.

Como critica Semprúm a Santiago Carrillo, aquella idea sobre la transición controlada de la forma de dominio franquista a la “democrática” capitalista o como dice Semprún al Eurocomunismo, no surgió de Carrillo, sino de Fernando Claudín que entonces era el responsable ideológico del Cte. Ejecutivo del PCE, que como reconoce Semprúm también fue apoyada por él, lo que les supuso ser expulsados del PCE acusados por Carrillo de traidores y reformistas. En la revista Nuestra Bandera del PCE de 1965 (no recuerdo el mes), figura el informe que hizo Claudín al Cte. Central sobre su propuesta de transición y la respuesta oficial donde se justificaba su expulsión. En síntesis Claudín proponía que el proceso de transición del franquismo a la “democracia” tenía que ser hegemonizado por la burguesía democrática.

En realidad Carrillo lo que hizo tras las expulsiones fue robar la tesis de Claudín y con su lenguaje ampuloso y aparentemente revolucionario las puso en práctica. En su libro “Después de Franco ¿Qué?” ya induce a desarrollar la idea reformista, que luego desarrollaría más, como comenta Semprúm al referirse al Eurocomunismo, en su obra “Eurocomunismo y Estado”.

El PCE para poder supervivir frente al franquismo necesitaba tener una estructura organizativa revolucionaria. Su organización a través de Comités y de Células permitía a los militantes vincularse a las bases populares e influir ideológica y organizativamente desde las fábricas, los barrios, las universidades, algún centro de cultura, etc. De ahí que el movimiento espontaneo que fueron las Comisiones Obreras que surgieron en un principio en la mina La Camocha de Asturias, -sin más objetivo que el reivindicar lo que el Sindicato Vertical franquista no defendía-, posteriormente gracias a la estructura organizativa del PCE influyó para que aquellas formas espontaneas de organización y de lucha, que desaparecían una vez pasado el momento que las impulsó, se dotaran de una organización permanente.

El PCE supo aprovechar la legalidad que permitía el Sindicato Vertical franquista para impulsar paralelamente las Comisiones Obreras en cada fábrica, aprovechando el trabajo militante de sus miembros entre los trabajadores de mayor sensibilidad y disposición para comprometerse organizativamente militando en la Comisión Obrera clandestina. No todos los miembros de las Comisiones Obreras eran comunistas, la mayoría no pertenecía a ningún partido, en ellas estaban también trabajadores procedentes del Movimiento Católico, Hermandades Obreras de Acción Católica (HOAC). Así surgieron multitud de comisiones que se organizaron por ramas de producción y a nivel local y nacional. Generándose organizaciones de dirección donde las diferentes ramas estaban representadas y donde se repartían responsabilidades en las comisiones a nivel directivo, siendo principalmente la comisión política, la de organización y la de propaganda las que garantizaban su funcionamiento.

En Madrid la INTER-Comisión que era el órgano de dirección la encabezaba Marcelino Camacho que junto a Julián Ariza eran miembros del Jurado de Empresa del Sindicato Vertical donde trabajaban en la fábrica Perkins, donde también constituyeron su Comisión Obrera clandestina. Nicolás Sartorius era el responsable de la comisión de propaganda, desde donde se editaban los panfletos llamando a la movilización, y también la edición de las revistas UNIDAD órgano de la INTER y FORJA de la comisión de Metal que era la más fuerte y necesitaba disponer de una revista propia. La distribución de los panfletos y la revista se canalizaba a través de la comisión de organización, que era la que estaba estructurada de tal forma que podía conectar con todas las comisiones de ramas.

Algunas de las reuniones de la INTER se celebraban en los locales que cedía el padre Llanos en el Pozo del Tío Raimundo. En la iglesia de Orcasitas se celebró la asamblea de Comisiones Obreras donde se definió como movimiento socio político unitario de los trabajadores.

Merece la pena resaltar un acontecimiento poco conocido hoy, pero que en su momento en Madrid, si tuvo importante repercusión entre las personas necesitadas de un espacio de libertad. Me refiero al CAUM (Club de Amigos de la UNESCO de Madrid) del que este año cumple su 50 aniversario. Aquel Club que en un principio era un parnasillo de intelectuales con cierta preocupación “democrática” con el poeta Luis Rosales como Vicepresidente, se reunía en los locales que entonces a principios de los años 60 le cedía el Centro Aragonés, situado en la calle Hortaleza, 84. Aquella pequeña libertad fue muy bien aprovechada, lo que tradujo en un “golpe de estado democrático” en la Asamblea General donde se eligió una nueva junta rectora que se planteó en sus estatutos estos fines y objetivos que entresaco de sus estatutos:

“la libre investigación de la verdad objetiva, el desarrollo social de la cultura, la ciencia, la educación y la información permiten establecer como Principios la convicción de que no existe en absoluto nada fatal ni inmutable… proscribir las causas de la desigualdad y la injusticia e implantar definitivamente los principios democráticos de la igualdad.”

“contribuir a transformar la vida de todos los seres humanos en un acto creador, de estudio, trabajo, ocio y debate crítico permanente, destinado a desarrollar y salvaguardar una concepción del mundo que sitúe al ser humano como fin de toda actividad, en una sociedad sin clases sociales antagónicas”

“dar a conocer la información disponible sobre la creciente desigualdad”

“profundizar la lucha por la participación de las gentes en la vida cultural … educar para cambiar la sociedad desde una base científica sólida, dando a conocer los verdaderos intereses de los pueblos y su incompatibilidad con los intereses de los grupos monopólicos de poder económico y político que practican la explotación y fomentan la guerra”

“conocer mejor el proceso natural y su relación con el origen de la propia naturaleza y de la del ser humano y la sociedad”

“La Asociación se propone desarrollar su labor con la participación activa de todos sus asociados… extender la idea del origen único, libre e igual de todos los seres humanos… dotados de las mismas facultades… hacer comprender los efectos infrahumanos de cualesquiera formas de explotación… denunciar y movilizar la opinión contra toda propuesta social, cultural, educativa, informativa e incluso sindical o política no encaminada a profundizar y desarrollar la lucha por la instauración de los principios democráticos de la igualdad”

Esta frase final que reproduzco de sus estatutos es de considerar muy necesaria tenerla en cuenta también en el movimiento 15 M: “La Asociación concentrará la aplicación de sus recursos humanos y materiales en función del orden de prioridades”.

Gracias a la entrega de los asociados se consiguió un local alquilado en la Pza. de Tirso de Molina, donde aun continua. Era un local abandonado y destartalado que gracias a los asociados que se pusieron el mono albañil lo transformaron en local donde se podrían celebrar actos, montar una pequeña imprenta y donde reunirse las Comisiones de Trabajo.

En aquellos difíciles tiempos el CAUM consiguió más de 3000 asociados, gentes del pueblo e intelectuales que contribuyeron a que se celebrasen importantes actos, se editasen 2.000.000 ejemplares de la Declaración Universal de Derechos Humanos, así como boletines informativos y más adelante los Cuadernos del CAUM donde se recogían los ideales que animan sus estatutos tendentes a la formación y al conocimiento objetivo. En el transcurso de su historia se asociaron más de 12.000 personas. Hoy desgraciadamente formalmente figuran alrededor de 500 socios. La transición sin ruptura provocó ese declive, a pesar de todo se siguen manteniendo algunas actividades interesantes y una página Web, antigua y otra moderna, donde se han subido algunos de los cuadernos editados, se pueden encontrar pinchando en la parte antigua de esta dirección: www.caum.es

El PSOE durante el franquismo no tenía ninguna influencia política a nivel popular, pero ya entonces el clandestino “Isidoro” (Felipe González) se reunía en la embajada de los EE.UU. en Madrid para impulsar y preparar la transición “democrática”, liquidando el protagonismo político que entonces tenía el PCE. Joan E. Garcés, que fue miembro del PSOE y asesor del presidente Allende de Chile, escribió un libro titulado “Soberanos e intervenidos” publicado por Siglo Veintiuno Ediciones, S.A. donde relata cómo se coció aquella transición controlada, preparando la alternativa del partido “obrero socialista” para la alternancia de gobierno “democrático”, y neutralizara el protagonismo comunista. Este párrafo que reproduzco de su libro sintetiza cómo se fraguó liquidar la vieja guardia socialista, cuya dirigencia había emigrado a Francia reemplazada por los jóvenes socialistas financiados por las potencias imperiales.

“…se organiza en París (Suresnes), con financiación alemana (dilatada a posteriori), aprobación de Washington y conocimiento de los servicios de Franco, un cónclave de de ‘jóvenes socialistas’ (objetivo: hacer la revolución burguesa). Parecía pensado para ‘conducir la postdictadura española hacia los puertos señalados desde los propios poderes intervencionistas… poner a nuestros pueblos bajo la protección de las Potencias hegemónicas (una prolongación del poder imperial), disuadir a la sociedad de de la necesidad de un Estado democrático recuperador de la soberanía interna y externa (…) Mientras que Felipe González recibía de las Potencias la misión de trabajar por la aceptación como jefe del Estado del designado por Franco. La operación sucesoria halló resistencia, pero fue relativamente sencilla. De la noche a la mañana los equipos en torno a González y Carrillo abandonaron las consignas de gobierno provisional, y referéndum sobre la forma de Estado. De este modo, una vez que el conde de Barcelona cedía la legitimidad dinástica a su hijo (14 de mayo de 1977), el 15 de junio de 1977 se abrieron por fin las urnas para las elecciones parlamentarias, pero sin reconocer a los ciudadanos la libertad de elegir la forma de Estado y de gobierno”.

Aquella traición revolucionaria de Carrillo pudo ejercerse dada la poca formación ideológica de los afiliados al PCE, algunos jóvenes que se atrevieron a denunciar la maniobra reformista fueron expulsados. Carrillo argumentaba su tesis reformista liquidadora de su tradición revolucionaria bajo la escusa de “primero la democracia, luego el socialismo”. Tal era su concepción antimarxista sobre la función histórica del Estado, y su incomprensión de cómo se organiza la clase social en el poder y cómo debe ser la organización alternativa del pueblo trabajador organizado como clase dominante con una democracia directa y permanente de abajo arriba, controlando el poder político y el productivo al mismo tiempo, sin necesidad de delegar su responsabilidad política en la llamada clase política.

No solo el PCE sucumbió ideológicamente, sino organizativamente. Tras la legalización del PCE, la dirección impuso liquidar la vieja estructura organizativa revolucionaria que permitía a los militantes ejercer su influencia educativa, organizativa y directa entre el pueblo trabajador. La estructura de células y comités fue liquidada, sustituida por la de Agrupaciones territoriales a semejanza de la organización socialdemócrata, pensada para el ejercicio de la nueva democracia donde los afiliados, que ya no eran militantes activos en las fábricas, barrios, universidad, etc., se les preparó fundamentalmente para apoyar los procesos electorales y la “joven democracia” en palabras de Carrillo.

A nivel nacional, como señalaba Claudin sobre la necesidad de la transición hegemonizada por la burguesía democrática, existía una burguesía más o menos liberal que se parapetaba tras el OPUS DEI y algunos cristianos demócratas cuya cabeza más destacada era la del exministro de Educación con Franco, Joaquín Ruiz Jiménez. Esta burguesía necesitaba homogeneizarse con la burguesía del primer mundo, fundamentalmente la europea y poder competir en el divino mercado que todo lo invade. La burguesía necesitaba superar el régimen para poder competir económicamente, necesitaba cierta libertad para que los trabajadores asumiesen la competencia capitalista, fueran más productivos, incluso entre ellos mismos, intentando superar las escalas económicas establecidas por el mundo competitivo una vez insertos en el consumismo depredador, para poder consumir cuanto más les fuera posible.

Pero antes de dar ese paso tenían que neutralizar aquel movimiento popular existente, lo que les llevó a conectar con Carrillo para que colaborase en ese proyecto. En 1967 durante una cena en Moscú donde la plana mayor del PCE asistía a la celebración del 50 aniversario de la revolución rusa, Carrillo tuvo un gesto muy significativo que evidenciaba que el proceso de colaboración para la transición controlada estaba en marcha, en varias ocasiones levantando su copita de vodka Carrillo proponía continuos brindis ¡Por Ruiz Jiménez, por Ruiz Jiménez!

Es necesario analizar el fondo de la cuestión que dio lugar a las diferentes fases de Estado que tuvieron lugar en España para poder comprender el proceso de transición de una forma de dominio a otra.

El Estado, la Democracia son conceptos que nos son impuestos por el pensamiento dominante desde una formulación abstracta, como si fueran algo que está por encima de la realidad material que vivimos en cada momento histórico. Se olvida o no se tiene en cuenta que siempre el Estado responde a las necesidades de la clase social en el poder. La principal característica del Estado es la de someter y reprimir a la clase social sometida, para ello en el capitalismo se dota del ejercito permanente y de un gran aparato burocrático, con las falsas cuatro división de poderes. No podemos olvidar esa falsedad que permite que lo que el poder judicial condena el poder ejecutivo condona. La disputa actual entre los dos grandes partidos administradores del orden capitalista sobre el Tribunal Constitucional lo evidencia.

Independientemente de la pugna “democrática” entre esas fuerzas políticas administradoras del orden capitalista, es democracia para la clase social en el poder, pero de hecho es una dictadura para la clase sometida. Democracia burguesa o democracia popular serían los adjetivos que se deberían añadirse a las diferentes formas de poder. Ello nos animaría a conocer y profundizar cómo se organiza la minoría social burguesa, hegemonizada por la gran oligarquía financiera y monopolista, y, cómo desde la actual realidad es posible generar democracia popular alternativa que en su desarrollo se convierta en forma de poder popular, donde el pueblo a través de la democracia directa y permanente de abajo arriba lo controle todo.

La República española fue un salto importante frente a la herencia monárquica, y sobre todo tras el triunfo del Frente Popular de 1936 con un gobierno que como el de Allende en Chile se planteaban transformaciones que podrían poner en peligro los intereses de los capitalistas. El eslabón más represivo del Estado capitalista asumió directamente el poder, asesinando y aterrorizando al pueblo trabajador todo el tiempo que fuera necesario hasta que el peligro desapareciese y entonces retornar a la mejor envoltura del capitalismo, que es su formulación de poder “democrática”, donde los explotados trabajadores, o mejor dicho los modernos esclavos asalariados, sean libres para producir más y mejor. Las antiguas cadenas de acero, gracias a la moderna tecnología en manos capitalistas, son sustituidas por modernas cadenas aparentemente invisibles que atan las mentes del pueblo confundido que le mantiene en la alienación y el sometimiento.

No podemos olvidar que en una sociedad dividida en explotados y explotadores, donde al trabajador se le considera una mercancía laboral de usar y tirar cuando al abanto capitalista ya no lo necesita porque la nueva tecnología reduce la mano de obra o porque descoloca su fábrica que traslada a un país del llamado tercer mundo donde la mano de obra es de menor costo. No puede haber libertad en una sociedad de ricos y pobres dadas las repercusiones económicas que influyen en la educación integral humana que le permita el análisis objetivo de la realidad, hay que mantenerlo en un mundo ilusionante a través del consumismo estúpido. Se nos educa para producir más y mejor, pero no para el desarrollo humano integral que nos permita comprender el mundo real, el humano y el de la naturaleza, de forma que nos permita superar los condicionantes ideológicos que nos hacen vivir en la competencia en vez de la solidaridad, no solo entre los humanos sino entre el conjunto del mundo material al que denominamos naturaleza.

Esa alienación y sometimiento se manifiesta en el juego electoral burgués al que nos tienen sometidos, hace que ayer la mayoría trabajadora alienada y confundida votara al PSOE y hoy vote al PP. Es como el jugar a la lotería confiando en que los que ayer lo hicieron mal, a la vista de lo mal que lo hace el gobierno actual, los anteriores lo hagan mejor que el actual, olvidan lo que ya hicieron cuando estuvieron en el gobierno. Pero esa alternancia en el juego político burgués no solo tiene lugar en España, lo vemos en los demás países capitalistas, ayer en EE.UU. era el Republicano el partido gobernante hoy lo es el Demócrata y como hemos comprobado ya han perdido la mayoría en el Congreso y también podrán reemplazar Obama por un republicano.

Qué razón tenía Franco cuando al final de su vida dijo todo está bien atado. Llevamos ya mucho tiempo con esa afirmación.

Pero a pesar de esos atares lo que el capitalismo no puede evitar es que los estallidos populares tengan lugar en determinados momentos, las condiciones materiales de cada momento histórico determinan y posibilitan esos estallidos, depende del conocimiento objetivo por la sociedad más oprimida el interpretar el subjetivismo espontaneo de esos estallidos, apoyándolos hasta el triunfo final tras una organización objetiva y real que lo posibilite. La historia está llena de ejemplos revolucionarios que tuvieron lugar, ya en la sociedad esclavista, en la feudal, en la capitalista. Algunos ejemplos triunfaron y contribuyeron a que cambiaran las formas de dominio, determinando nuevas fases históricas de dominio y de desarrollo tecnológico y productivo.

El Movimiento 15 M, es una manifestación crítica del orden capitalista impuesto, el problema que tiene el movimiento es la multitud de visiones más o menos idealistas que dificultan se genere una síntesis de pensamiento objetivo que permita ir más allá de las denuncias y el llamamiento a los políticos para que corrijan sus errores. No se puede pedir peras al olmo, hay que entrar en el fondo del problema que da lugar al caos que padecemos y la indignación que provoca, y se asuma que solo los indignados si se organizan de forma alternativa en la idea de controlarlo todo, el poder político y el productivo con una democracia directa y permanente de abajo arriba. Una democracia en un Estado popular, donde las desigualdades económicas, sociales, educacionales y culturales desaparezcan, donde los seres humanos superan el espíritu primitivo animal de supervivencia basado en la lucha y la competencia entre los humanos y el conjunto del mundo material, al que denominamos naturaleza o entorno ecológico.

Hasta ahora se han dado pasos muy importantes al desarrollarse las protestas en las principales plazas de las capitales trasladándolas a los barrios populares, y constituyéndose comisiones de estudio y debate que permita el avanzar organizativamente. Ojalá ese movimiento popular se traslade también a los centros de trabajo, estudio y cultura, a los lugares naturales donde los que hasta ahora no han manifestado su indignación se atrevan a manifestarla y a organizarse.

Contribuir a que se genere en cada lugar formas de organización alternativa que se conecten entre sí, en cada barrio, en cada centro laboral o de asistencia social, medica, educativa, cultural, deportiva, etc. que posibiliten organizaciones sólidas a nivel barrial, ciudad, nacional e incluso internacional si el movimiento se internacionalizase.

También tenemos que estar muy vigilantes a los infiltrados y provocadores que tratan de dinamitar este movimiento espontaneo y popular.

 

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