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Estado español :: 06/07/2011

Los medios de comunicación y el anarquismo

Los Incendiadores
"No terminamos de encontrar las fórmulas para que la gente sepa de nuestra existencia y conozca la alternativa que proponemos a este sistema".

Nos ha tocado vivir en un momento histórico de severa crisis económica. Aventurar sus consecuencias no es fácil, pero todo parece indicar que el estado de bienestar que ha salvaguardado la paz social en Europa durante las últimas décadas puede estar herido de muerte.

La situación, en cualquier caso, no es halagüeña para los trabajadores del viejo continente. Aunque papá estado parece estar en retirada y la democracia desprestigiada a base de corrupción y actitud servil con la banca y el gran capital, nadie cree que el sistema tenga alternativa. Buen caldo de cultivo para fascismos o populismos de cualquier tendencia. Mal asunto para todos nosotros, trabajadores asalariados o en formación.

Ahora más que nunca el anarquismo debe darse a conocer. El movimiento anarquista es minoritario, pero podría tener mucha más repercusión entre la clase trabajadora. Las organizaciones van creciendo poco a poco, pero falta dar el salto. No terminamos de encontrar las fórmulas para que la gente sepa de nuestra existencia y conozca la alternativa que proponemos a este sistema.

Los mass media no son el camino

Aunque es un debate muy manido vale la pena volver a insistir en ello. En muchas luchas se ha situado como objetivo central tener repercusión en los llamados mass media, incluso a costa de rebajar el discurso y moderar los actos. No creemos que ese sea el camino más adecuado.

Nuestro discurso debe llegar íntegro y con todos sus matices a nuestros compañeros de clase social y no adulterado o suavizado, lo que generalmente sólo le hará incomprensible. La única forma de que esto sea así es creando nuestros propios medios y no delegando la labor informativa en los medios del capital que nunca podrán ser útiles para difundir nuestras ideas.

No pueden sernos útiles porque, aunque se haya dicho muchas veces volvemos a repetirlo, están en manos del gran capital, de nuestro enemigo natural. Lo están, en primer lugar, a través de su principal vía de financiación: la publicidad. Es sabido que un medio nunca dará una información que vaya en contra de los intereses de sus anunciantes, pues sin ellos el medio no podría existir.

Más allá del control a través de la publicidad, los propios medios pertenecen a conglomerados empresariales que tienen los mismos intereses que cualquier otra empresa: la paz social para poder desarrollar en las mejores condiciones posibles su negocio. Sobra decir que nuestros objetivos son contrapuestos.

Para rematar el asunto, si echamos un vistazo a los propietarios de los medios (habitualmente ocultos) encontramos a capitalistas que a su vez son inversores en industrias que poco tienen que ver con la información. Por poner un ejemplo, Pascual Serrano describe de este modo en su libro Traficantes de información a los propietarios del principal grupo multimedia de comunicación español, Prisa, afín históricamente a la izquierda parlamentaria del Estado:

Si observamos las personas que integran el consejo de administración de Prisa y los vocales de la comisión ejecutiva descubriremos que también son consejeros o altos cargos de empresas como las siguientes: constructoras e inmobiliarias como Aguirre¬Newman, Sacyr Vallermoso, Libertas 7 [...]; financieras y bancos como Banco de Valencia, Corporación Caixa Galicia, Apax [...]; de energía como Abengoa, Bioetanol Galicia [...]; textiles como Armani y Adolfo Domínguez. Y además Altadis, Vodafone, Roche Farma o Iberia. Es evidente que, de algún modo, se debe reflejar en la línea informativa del grupo que los gestores de la empresa cobren también de todas esas firmas.[1]

Poco más se puede añadir, salvo la evidencia de que la libertad informativa en estas empresas de comunicación no existe, de modo que ya no dependemos ni de la buena voluntad del redactor de turno sino de los intereses de los capitalistas a los que combatimos diariamente.

Dicho esto, y dando por hecho que el aparecer en los medios no debe ser un objetivo general en nuestras luchas, no quiere decir que en una coyuntura determinada como pueda ser un conflicto laboral al que se trate de dar la máxima repercusión a nivel local en un periodo breve no se pueda acudir a los mass media como un recurso más. Como es lógico, siempre existen excepciones, nosotros solo tratamos de elaborar un marco general.

Necesidad de crear una red propia de información

Aceptando que los mass media no son un vehículo adecuado para nuestra información, es el momento de crear alternativas. Lo primero que hay que plantearse son los objetivos que deben cumplir los medios propios del movimiento anarquista.

Lógicamente, el principal objetivo compartido con cualquier organización anarquista en estos tiempos es la difusión de las propuestas libertarias, generalmente ignoradas por el común de los mortales. En cuanto a órgano de expresión del movimiento, o bien de un grupo concreto, un medio anarquista debe servir para dar a conocer la actividad que se desarrolla (visibilizar) y la que está por venir (fomentar la participación), es decir convocatorias y anuncios de futuras acciones.

Además de esa función de cara al exterior, la prensa anarquista debe cumplir un papel de autoformación entre la militancia, como siempre lo ha hecho a lo largo de su historia. Por una parte debe incluir textos formativos y por otro debe dar la oportunidad a todos de expresarse con espacios de libre publicación.

Teniendo en cuenta los objetivos de los medios libertarios, tanto de cara al exterior del movimiento como al interior del mismo, y conociendo los condicionantes y limitaciones en estos momentos, hay que seleccionar el formato más idóneo para desarrollarlos.

Idoneidad de Internet para la propaganda generalista

Durante décadas el principal impedimento a la hora de crear alternativas a la prensa del gran capital fue su alto coste. La generalización de Internet (a pesar de ser España uno de los estados donde resulta más caro el acceso de Europa) nos sitúa en un nuevo contexto. Con muy poco dinero es posible crear un medio con la capacidad potencial de llegar a un amplio número de personas. Aunque el futuro es incierto y el dominio de las grandes empresas también acecha el espacio virtual, el anarquismo debe aprovechar Internet, como ya se está intentando hacer a través de varias iniciativas.

Hay varios factores que hacen de Internet la plataforma idónea para nuestros medios. El primero, la mencionada gratuidad (o casi) que, dadas las circunstancias (pocos militantes en nuestras organizaciones y por tanto poco dinero) le convierten prácticamente en la única opción.

Para que la propaganda tenga posibilidades de salir a la calle de forma efectiva, además de los bajos costes de producción también es necesario que esta sea completamente gratuita para el que la consuma. Es decir, vender una publicación anarquista, aunque sea por un precio simbólico, es una buena forma de asegurar que ésta sólo será leída por anarquistas. Hay que tener en cuenta que la gente no está dispuesta ni a pagar por la prensa convencional, cuyas ventas están cayendo en picado a pesar del prestigio acumulado y de sus inversiones publicitarias. Si un trabajador de a pie no está dispuesto a gastarse un euro en El País, lo más normal es que tampoco lo haga en una publicación anarquista.

Más allá de cuestiones económicas, la distribución es la otra gran barrera que internet permite sortear. Con unas fuerzas escasas como las nuestras, las posibilidades de difundir físicamente la propaganda son pocas. Puede funcionar, y nunca debe dejar de hacerse, cuando el objetivo es un grupo concreto: panfleteos en una empresa en conflicto o en una manifestación, por ejemplo. En este caso se gana lo que internet no aporta, cercanía y relación cara a cara. Pero la capacidad de difusión es muy reducida, y además arbitraria, cuando se trata de propaganda generalista. Internet permite que cualquier cosa que se publique esté al alcance de cualquiera. La cuestión es darlo a conocer, especialmente entre las personas que puedan estar más interesadas en un principio.

Características generales de un medio anarquista

Definidos los objetivos que debe tener el medio anarquista y considerando Internet su hábitat más adecuado, con todas sus particularidades en cuanto a formatos y contenidos, es el momento de establecer unas características generales.

Dado que el concepto de movimiento anarquista es bastante difuso y difícil de encuadrar y teniendo en cuenta que somos partidarios de la organización formal como ya expusimos en el texto Organización e insurreccionalismo [2], vamos a partir del supuesto de que el medio esté gestionado por una organización libertaria.

En este contexto es especialmente útil que se designe a un equipo editorial permanente entre la militancia de la organización que se encargue de actualizar la página y elaborar contenidos.

Una buena forma de dar a conocer los principios ideológicos del grupo de una forma potable para personas que no son militantes son los artículos de opinión acerca de la actualidad. El equipo editorial puede encargarse de forma periódica de escribir un artículo breve posicionándose sobre algún hecho acaecido en las últimas fechas.

La actualidad sobre la que se escriba no tiene por qué venir marcada por los medios, que habitualmente tienen una agenda definida por los partidos políticos y los poderes fácticos. Es importante mantener una agenda propia que cree interés, como ya lo hacen los medios de contrainformación y propuestas informativas interesantes como el quincenal Diagonal, independientemente de la línea editorial de cada uno.

Además del artículo editorial de opinión sobre la actualidad, siempre es útil completar el medio con información dividida en secciones que faciliten su lectura y mejoren la presentación de la página.

Esto es sólo una propuesta, no pretendemos desacreditar los proyectos de información alternativa que llevan mucho tiempo desarrollándose o las publicaciones propagandísticas que realizan en la actualidad varias organizaciones libertarias a lo largo y ancho del Estado, cuya labor para mantener vivos estos periódicos en las circunstancias actuales es encomiable.

Lo que intentamos es aportar nuestro granito de arena a este aspecto que las organizaciones libertarias no deben dejar de lado, pues son parte clave en lo que debe ser la prioridad en nuestros tiempos: la difusión de las propuestas anarquistas y el reforzamiento de las organizaciones del movimiento libertario.


[1]P. Serrano, Traficantes de información, Madrid, Foca, 2010.

[2] http://losincendiadores.wordpress.com/2010/10/08/organizacion-e-insurreccionalismo/

 

Enlace al artículo: https://www.lahaine.org/cV9e