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Venezuela :: 11/03/2020

Nuevamente fracasa la movilización de Guaidó

Marco Teruggi
La marcha chavista movilizó a decenas de miles de personas; la de la derecha a unos cientos y no consiguió llegar al oeste de Caracas

Desde Caracas. El 10 de marzo debía ser una fecha contundente en Venezuela: Juan Guaidó había convocado durante días a una movilización no solamente en Caracas sino en el conjunto del país. El llamado, retomado por el conjunto de la derecha, debía lograr volver a movilizar a una base social desencantada con su dirigencia y la falta de resultados.

La movilización estaba llamada a partir del este caraqueño [zona de los ricos] para llegar al oeste, a la sede de la Asamblea Nacional (AN). La convocatoria iba a estar encabezada, según Guaidó, por diferentes sectores sociales y sindicales, como los trabajadores de la salud y de la educación. El objetivo era entregar un pliego de reivindicaciones al poder legislativo que afirma presidir.

El resultado, como suele ocurrir en los llamados de la derecha, fue otro: la movilización no logró contundencia esperada, fue encabezada por las estructuras partidarias menguadas, no llegó al oeste caraqueño, terminó sesionando en una plaza tradicional de la derecha en el este de la ciudad. Un 'déja vu' [Fracaso reconocido por el propio Guaidó, al ver que la asistencia no superaba las doscientas personas].

Guaidó no consigue llenar ni una esquina.

El contexto del llamado a la movilización tenía elementos nuevos, tanto nacionales como internacionales. En lo nacional, el punto más importante, sucedió el pasado sábado cuando fue incendiado el galpón principal del Consejo Nacional Electoral (CNE) en Caracas, provocando la pérdida de la mayoría de las máquinas de votación.

El hecho fue reivindicado por un grupo armado autodenominado Frente Patriota Venezolano, donde, a través de un video difundido con una toma de siete hombres encapuchados y vestidos de militares, afirmaron haber incendiado el sitio, y se atribuyeron el ataque ocurrido el 11 de febrero en la ciudad de Valencia a los almacenes de CANTV, empresa estatal de internet y telefonía.

En el contexto internacional sucedieron dos elementos principales. En primer lugar, la visita del presidente de Colombia, Iván Duque, a la Casa Blanca, para reunirse con el presidente norteamericano, Donald Trump, encuentro en el cual fue planteada la centralidad de la agenda Venezuela para ambos países.

En segundo lugar, la visita de Jair Bolsonaro, presidente de Brasil, esta vez a Florida, donde se reunión con Trump para abordar centralmente la cuestión de Venezuela, y luego se reunió con el jefe del Comando Sur, Craig Faller, donde llegaron a acuerdos de cooperación militar entre ambos.

Esas dos reuniones con los presidentes de los países fronterizos claves de Venezuela, fueron leídas como una señal de profundización de la coordinación para los próximos pasos de la escalada contra el gobierno del presidente Nicolás Maduro que lleva adelante el gobierno norteamericano.

Sin embargo, ni el incendio al centro del CNE y la aparición del grupo armado, ni la amenaza de que marzo será el mes de máxima presión desplegada por EEUU, tuvieron su traducción en la manifestación derechista del 10 de marzo.

El cierre de Guaidó fue el llamado a una nueva movilización para el día jueves, sin anunciar hora y lugar, lo que se tradujo en una nueva desilusión de quienes acudieron al llamado bajo la expectativa de que sucedería algo nuevo.

La marcha chavista movilizó a decenas de miles de personas

Mientras tanto, el chavismo realizó una multitudinaria movilización en el centro caraqueño, pasando delante de la AN, haciendo una demostración de fuerza que ya es característica de la dinámica política venezolana: ante una convocatoria opositora surge un llamado del chavismo para ocupar el centro de la ciudad. La diferencia es que el chavismo sí lo consigue, pero la derecha no.

La jornada tuvo un elemento central por fuera de las dos movilizaciones: las declaraciones del dirigente principal de Acción Democrática (AD), Ramos Allup, quien afirmó que participarán de las elecciones legislativas que tendrán lugar este año.

Sus palabras fueron particularmente importantes ya que AD es una de las fuerzas políticas centrales de la derecha, y oscila en la permanencia entre la vía golpista y la electoral. Su procedimiento es conocido: apuesta al derrocamiento violento cuando parecen darse las condiciones para lograrlo, y retoma un discurso electoral cuando esa posibilidad entra en crisis.

Las declaraciones de Allup sucedieron un día después de que fuera anunciada la instalación del Comité de Postulaciones Electorales entre el chavismo y la derecha. Así, mientras por un lado tienen lugar acciones de fuerza y llamados de Guaidó a tomar las calles, bajo estrategia norteamericana, por el otro lado, avanza la construcción de acuerdos para las próximas legislativas.

La Haine

 

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