A partir de su praxis revolucionaria, heterodoxa y descolonizadora, supo reinventar el proyecto socialista como alternativa civilizatoria, teniendo como basamento las raíces y tradiciones de su realidad nacional y de nuestro continente, aunque en diálogo constante con aquellas gestadas en otras latitudes.
Su cotidiana hechura de crónicas “permitirá el diseño de un lugar alternativo para la formación de un nuevo sujeto, extraño al saber institucionalizado y transgresivo al poder hegemónico”