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Mundo :: 18/02/2012

[Actualizado] Masacre en Honduras: Presos aseguran que hubo complot policial

El Heraldo / La Haine
[Vídeos] Revelador relato anónimo de presos :: Dos reclusos se comunicaron al canal HCH para desmentir a la policía. Autoridades habrían planificado el incendio
Revelador relato anónimo de presos, I parte

Revelador relato anónimo de presos, II parte

Mujer afirma que hubo mano criminal en el incendio del penal de Comayagua La mujer, que buscaba a su esposo porque estaba en las listas de sobrevivientes, acusa a las autoridades del penal de recibir dinero para matar tres reos y de la desaparición de su esposo.


Presos anónimos aseguran que hubo complot policial Los reveladores relatos que hicieron ayer dos reclusos anónimos en el canal HCH son escalofriantes. Ambos hombres que aseguraron estar prófugos, se comunicaron vía telefónica con ese medio de comunicación para contar una versión completamente distinta a las dos hipótesis que manejan las autoridades policiales. Con voz firme, uno de los presidiarios dijo que logró escapar con vida del infierno en el que se convirtió el centro penal de Comayagua, gracias a la agilidad que tuvo de romper el techo y salir de la bartolina 8 por encima. Reveló que no hubo tal cortocircuito como intenta hacer creer la Policía, sino que el siniestro en el que murieron calcinados al menos 355 reclusos, fue producto de un intento de fuga. Según relató, el objetivo de la huida que fue planificada por el director del penal y los mismos policías de turno, eran tres reclusos a quienes identificó como “el doctor 'Excilenti', quien iba de candidato a alcalde y sus dos amigos”. “Alguien le pagó a un general de adentro para que hiciera la fuga. Primero le ofrecieron [dinero] para que matara al doctor adentro, pero de ahí hubo cambio de director y a este le ofrecieron [más dinero] que ya tienen que estar en sus cuentas (bancarias). Tienen que investigar esas entradas de dinero de Europa”, dijo con tono insistente. El hombre por cuya voz aguada, se le calcula unos 35 a 40 años, explicó con un léxico folclórico que “el general Fredy Castellanos, el dueño de la trucha (el director) y un su amigo conocido como Chico, fueron los que hicieron todos los ‘conectes’ para la fuga y los que cobraron el dinero”. Manifestó que lo que le ofrecieron al doctor es que se fuera del penal porque lo querían matar, que lo iban a sacar uniformado de policía y aprovechando su salida se iban a escapar otros reos. El intento de fuga se iba a hacer y el acuerdo era que los custodios iban a abrir los portones de varias bartolinas. Cuando llegó la hora de ejecutar la fuga, los custodios de turno provocaron las explosiones dentro del módulo seis, tiraron bombas molotov por los barrotes de los baños, y se extendieron a la bartolina siete, dijo. “El doctor estaba en la celda seis, junto a sus dos amigos por eso el fuego se inicia ahí. El doctor era el objetivo principal de la Policía”, aseguró. El reo contó que los celadores no tuvieron valor de concretar la fuga y para disimular la muerte del doctor, le prendieron fuego a la bartolina seis. “Si la Fiscalía está escuchando le digo que investigue por ahí, que no estén diciendo que fue cortocircuito, porque la luz nunca se fue, únicamente nosotros estábamos dormidos, escuchamos las explosiones en la seis y luego empezó el incendio”, señaló. “Esta es la verdad de lo que pasó y yo cuento esto porque murió mi mejor amigo y para que se haga justicia”. El recluso dijo que fue juzgado a 27 años de prisión por el delito de asesinato, de los cuales llevaba 13 en el penal.
Muchos internos muertos no tenían juicio ni sentencia Más de la mitad aguardaban juicio o estaban retenidos como supuestos pandilleros. Algunos sólo porque llevaban un tatuaje. Los presos que murieron calcinados y a cuyos restos se retiraba en fragmentos la mañana del jueves, estaban totalmente encerrados en la prisión hacinada que se incendió en Honduras; la mayoría de ellos no estaban acusados y mucho menos sentenciados, de acuerdo con un informe gubernamental que obtuvo The Associated Press. Más de la mitad de los 856 internos de la cárcel de Comayagua, al norte de la capital del país centroamericano, aguardaban juicio o estaban retenidos como supuestos integrantes de pandillas, según el informe que envió este mes el gobierno hondureño a las Naciones Unidas. Las llamas que habría propiciado un interno, se propagaron el martes en la noche en la prisión, y quemaron o asfixiaron a los reclusos que estaban encerrados en sus celdas mientras los socorristas buscaban las llaves con desesperación. Las autoridades confirmaron que hubo 358 muertos en este incendio carcelario, el cual se ha cobrado el número más alto de vidas en un siglo en el mundo. Los sobrevivientes contaron relatos dantescos. Muchos de ellos escalaron las paredes para abrir el techo de lámina y escapar de las llamas y otros morían quemados vivos. Numerosos internos que fallecieron quedaron pegados en los techos y los cadáveres parecían fusionados con el metal. Los bomberos recibieron el aviso del incendio a las 10.59 de la noche pero las acciones de rescate fracasaron debido al error humano y otras condiciones que propiciaron la catástrofe en la prisión. De acuerdo con el informe, que obtuvo en exclusiva la AP, todos los días había en esa cárcel unos 800 reclusos cuando el cupo era para 500. Sólo laboraban 51 guardias en el día y apenas 12 durante la noche, que fue el caso cuando ocurrió el incendio. La prisión carece de atención médica o de salud mental y su presupuesto era de un equivalente a menos de un dólar al día para la alimentación de cada recluso. Muchos individuos estaban encarcelados sólo porque llevaban un tatuaje, de acuerdo con las estrictas leyes contra las pandillas en Honduras, según el informe. Naciones Unidas condena esta práctica al considerarla una infracción a la ley internacional. http://www.elheraldo.hn
 

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