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Bolivia :: 22/08/2020

Recuperación de la iniciativa política con la organización y movilización de masas

Eduardo Paz Rada
La movilización paralizó el país en todas las regiones por la contundencia de los bloqueos de carreteras

Los intentos de prorrogarse en el poder del gobierno de facto de Jeanne Añez, su pésima gestión de la crisis de la pandemia y de la economía, complicada con hechos de corrupción en la compra de materiales médicos y en las empresas estatales de telecomunicación y petróleos, así como la persecución a los dirigentes sociales y políticos desde el golpe de estado de noviembre de 2019, han generado una poderosa movilización popular encabezada por la Central Obrera Boliviana (COB) y el Pacto de Unidad (PU) durante las dos primeras semanas de agosto, provocando una derrota histórica de la oligarquía y del imperialismo que impuso al gobierno de facto en Bolivia.

Frente a los anteriores intentos de movilización nacional de la COB y los movimientos sociales, la dictadura boliviana se apoyó en la Policía Nacional, la Fiscalía y el Poder Judicial para frenarla y desarticularla utilizando los argumentos del respeto a la cuarentena y las restricciones sanitarias, de la sedición y la conspiración, procediendo a la detención y amenazas a centenares de dirigentes sociales y a ciudadanos comunes.

La movilización que ahora paralizó el país en todas las regiones por la contundencia de los bloqueos de carreteras, caminos, vías de ingreso a las principales ciudades y puntos estratégicos por parte de trabajadores mineros, campesinos, mujeres, indígenas del altiplano, colonizadores de la zona oriental del país, juntas vecinales y organizaciones de comerciantes minoristas obligó al Tribunal Supremo Electoral, a la Asamblea Legislativa y al Gobierno a aprobar de manera inamovible y definitiva la fecha de elecciones nacionales para el 18 de octubre. Inclusive la Iglesia Católica, la delegación de la Unión Europea y de las Naciones Unidas propiciaron acuerdos institucionales y se han ofrecido como garantes del cumplimiento de la fecha electoral.

Si bien estuvieron presentes las consignas de adelantar las elecciones para antes del 18 de octubre y pedir la renuncia de Añez, el haber conseguido avanzar en la recuperación de la democracia garantizando la realización de los comicios y haber demostrado fuerza social y política y la capacidad de paralizar el país y poner el jaque a los sectores políticos conservadores y neoliberales adquiere mayor importancia con la recuperación de la iniciativa política y con la organización y movilización de masas en la perspectiva de las elecciones presidenciales.

Los grandes medios de comunicación; desde televisoras como CNN, UNITEL o ATB; medios escritos como Pagina Siete o El Deber; radioemisoras como Panamericana o Fides, y Agencias como ERBOL y ANF, se convirtieron en voceros del gobierno, de los Comités Cívicos de la derecha radical y de sectores políticos conservadores realizando una gigante campaña contra la movilización del pueblo boliviano, las organizaciones populares, el Movimiento Al Socialismo (MAS) y sus candidatos con los calificativos de “bestias inhumanas”, “salvajes”, “hordas”, además de muestras exacerbadas de racismo y discriminación.

Por otra parte, se advirtió que los sectores críticos de oficiales y jefes de las Fuerzas Armadas han manifestado, a través de carta pública, su rechazo a realizar operativos militares contra las movilizaciones al considerar que la institución ha sido puesta al servicio de un gobierno que ha perdido todo criterio de dignidad, honradez y soberanía poniendo en riesgo a la propia institución uniformada que tiene el estigma de haber definido el golpe de estado del pasado año y podría ser cómplice de movimientos separatistas del oriente.

El proceso de liberación e independencia nacional iniciado con la rebelión de octubre de 2003 y desarrollado durante catorce años por el gobierno nacionalista y antiimperialista de Evo Morales (2006-2019), fue desmantelado por el golpe de estado y estos meses de gobierno de facto; sin embargo las posibilidades de reabrir el impulso revolucionario están vigentes con el potencial triunfo electoral del MAS con sus candidatos Luis Arce y David Choquehuanca.

CALPU

 

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