La memoria de los Intxortas

El día en que se cumplían 75 años de la batalla de los Intxortas, el ejército español tomó de nuevo Elgeta para realizar maniobras militares. Hay que recordar que la citada batalla se saldó con una enorme cantidad de bajas en las filas del Eusko Gudarostea, y el resultado permitió un avance estratégico de la tropa facciosa de Mola sobre Bizkaia, un paso sustancial en la derrota de la guerra, además de una oleada de crímenes y represalias contra la población civil de la comarca. Fue una fecha negra para el país, en el contexto de la guerra del 36.

¿Cuál es el sentido de las maniobras actuales de la tropa en Elgeta? En esencia, hacer acto de presencia: alardear; afirmar, aquí estamos; vencimos y seguimos venciendo en esta tierra. Somos la misma tropa. Nos burlamos de vuestro sufrimiento e imponemos nuestras armas.

Desde la sociedad vasca se ha alzado un clamor de indignación. Es un tema que duele, que se recuerda como un agravio, una injusticia, un ataque más del fascismo de aquella época, con consecuencias que llegan hasta nuestros días. El despliegue militar del presente se ha interpretado, con razón, como una provocación. ¿Por qué? Porque se ha perpetrado en ese lugar (lugar de memoria), en esa fecha, y como respuesta chulesca a la sensibilidad de las gentes. Es decir, porque sabemos, porque recordamos, porque existe una clara memoria histórica.

Seguramente alguien (con pretensiones de ‘abertzale’) nos vendrá diciendo que eso no sirve para nada. Que la memoria no da derechos (¿?) y sandeces parecidas.

Así, pues, ¿qué hacemos? ¿Ignoramos el referente de la memoria y tomamos la presencia de la chusma militar como un juego floral? ¿Tiene razón Carlos Urquijo, delegado del gobierno en el país vasco, cuando asegura que “no observa nada anormal (…) salvo manipulaciones torticeras de los nacionalistas”?

P.S.: Por cierto, para quien no entienda bien lo que se cuece, le recomiendo que lea las declaraciones de Carlos Urquijo, y se entere de que así se forma a los soldados de España (sic).

Nota: “Sólo políticos obsesionados con nuestra historia pueden pensar que el Ejército prepara el calendario de formación de sus soldados en función de las vicisitudes históricas de España” (Carlos Urquijo, delegado del Gobierno en el País Vasco)