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Argentina :: 28/09/2025

Triple femicidio en el Gran Buenos Aires: ¿Y si hablamos de los narcos?

Guillermo Cieza
El asesinato de estas adolescentes se produjo en un contexto de dominación, el hecho delictivo se produjo agrediendo a mujeres y usando sus cadáveres para mandar un mensaje mafioso

El gobierno nacional y el de la provincia de Buenos Aires disputan por el asesinato de Brenda, Morena y Lara. ¿En qué territorio se originaron los hechos? Unos, acentúan que las chicas eran de La Matanza y sus cuerpos fueron encontrados en Florencio Varela. Otros, que la banda de narcos que las asesinó tenía su base en Bajo Flores (Buenos Aires).

Quienes se resisten a calificar estos crímenes como femicidios han vuelto a las andadas tratando de justificar las políticas oficiales de desprotección de las mujeres y disidencias. El asesinato de estas mujeres se produjo en un contexto de dominación, el hecho delictivo se produjo agrediendo a mujeres y usando sus cadáveres para mandar un mensaje mafioso. Son femicidios de libro, más aún, están en la tapa.

Más allá de estos debates, me parece necesario analizar la cuestión de la creciente presencia de los narcos en la Argentina. Pareciera que son una planta de zapallo que nos creció en medio del comedor, por puro capricho de la naturaleza.

Hablar de los narcos nos obliga a volver a un tema, reconocido internacionalmente: la vía de salida de la cocaína andina que proviene de Perú y Bolivia, son los ríos Paraguay y Paraná, y un instrumento operativo de ese tránsito son los puertos privados. Su destino final es la Unión Europea.

Sobre ese hecho hay que decir que ni siquiera los militares de la última dictadura se animaron a perder el control de los puertos. El que sí se animó fue Alfonsin, iniciativa que fue bloqueada por los legisladores peronistas. Recuerdo que, por aquellos años, el diputado nacional del peronismo Oscar Lamberto nos escribió un magnífico artículo sobre la importancia estratégica de que los puertos se mantuvieran en la órbita estatal (fue publicado en la Revista Retruco).

Luego, cuando asumió Menem esa misma bancada peronista, incluido el diputado Lamberto, aprobó la privatización de los puertos, y allí se dio vía libre a que grandes multinacionales pudieran contrabandear y sobrefacturar o subfacturar exportaciones de granos, y los narcos encontraron óptimas condiciones para transportar sus mercaderías. Sobre estos temas no faltaron denuncias, desde altos funcionarios de la Aduana que denunciaron que por esos puertos se evadían seis mil millones de dólares al año, a trabajos de investigación como el del académico Jorge Beinstein que denunciaba las actividades del narcotráfico.

Por alguna razón, que tendrán que explicar sus protagonistas, ni durante el gobierno de De La Rua, ni durante la denominada "década ganada", ningún presidente se animó a enfrentar esa sangría de dólares y ese ingreso de mugre purulenta que convirtió a Rosario en el territorio más peligroso del país. Lo que agregaron Macri y después Milei, fueron los blanqueos de capital que le resolvieron a los narcos uno de sus principales problemas: cómo legalizar el dinero sucio. El de Macri fue una vergüenza, pero el de Milei fue un verdadero escándalo.

Son tiempos de hipocresía, donde resulta políticamente inconveniente decir la verdad. En momentos en que todos nos encontramos profundamente conmovidos por el horrendo asesinato de vidas tan jóvenes, me parece necesario señalar que si buscan culpables, hay que empezar a repasar la lista de los legisladores que votaron la privatización de los puertos y los últimos blanqueos.

Y si quieren buscar a los narcos, no pierdan el tiempo recorriendo barrios populares. Búsquenlos en los nuevos barrios paquetes de Rosario, en Nordelta y en los barrios privados del Gran Buenos Aires o Córdoba. Su propia arquitectura los delata.

Por último, si quieren saber un poco más de la vida de los grandes narcos pueden preguntarle al actual Ministro de Justicia Cúneo Libarona, que según el periodista Carlos Pagni, compartía un estudio con su hermano que defendió al capo Miguel "Mameluco" Villalba, y su hijo Ivan; y que según otras fuentes defendió a Mario Segovia, conocido como "El Rey de la efedrina", y al ex intendente Sergio Varisco, que fue condenado por narcotráfico.

La actual Ministra de Seguridad hace prensa con sus show represivos, castigando a obstinados jubilados y jubiladas que reclaman lo que les corresponde, o desalojando y persiguiendo a pequeñas comunidades mapuche de sus territorios. También se llena la boca hablando de narcotráfico, pero si cobrara por pez gordo detenido, no ganaría ni para pagar el autobus. El símbolo de la motosierra se le volvió como un boomerang: las chicas fueron descuartizadas, los narcos dejaron su sello.

El narcotráfico está entre nosotros desde hace bastante tiempo. Avanzó en los barrios con cada comedor popular que se cerraba, con cada vecino que se quedó sin trabajo, con cada plan social que dieron de baja que impidió a niños y niñas seguir estudiando o tener acceso a una actividad recreativa.

Van a decir, otra vez, que la culpa es de la sociedad, que todos somos culpables. Pero no es así. A los narcos, personas con nombre y apellido les abrieron la puerta.

huelladelsur.ar

 

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