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Mundo :: 12/09/2020

AstraZeneca, atrapada entre sus iatrogenias y sus 'juegos bursátiles'

Alfredo Jalife-Rahme
La guerra de vacunas comporta un corolario de guerra bursátil: hay que favorecer a toda costa a las anglosajonas

Hace más de tres meses expuse que la vacuna británica AstraZeneca venía dando tumbos y que contaba con la complicidad de la OMS. El directivo de la vacuna británica informó sobre la "reacción adversa" de una voluntaria al JP Morgan Chase, el primer banco de inversiones de EEUU, lo cual delata su iatrogenia [daño no deseado en la salud] y sus 'juegos bursátiles' subyacentes.

El fuerte tropiezo de la vacuna británica AstraZeneca de la Universidad de Oxford, debido a una severa "reacción adversa", epitomiza la crónica de un fracaso muy anunciado, lo cual obligó a detener las pruebas clínicas en la fase 3, lo que tendrá un fuerte impacto en las pruebas de las otras vacunas de AstraZeneca.

Las acciones de AstraZeneca se desplomaron en solo un día 8% y, a propósito, 'Wall Street Journal' advirtió que muchas vacunas podrían ser afectadas en sus cotizaciones bursátiles.

Cabe señalar que la "reacción adversa" se trató de una mujer voluntaria que mostró una inflamación neurológica de la espina dorsal conocida como mielitis transversa.

Con la cruzada de las vacunas anglosajonas se calcula que la bolsa de Wall Street había obtenido unas jugosas ganancias de miles de millones de dólares, las cuales probablemente empiecen a desmoronarse.

Ya expuse que "AstraZeneca exhibe un enorme obstáculo ya que, previo a las pruebas clínicas tanto de la fase 1 como de la fase 2 que inició en junio, no está tomando en cuenta su resonante fracaso con los ensayos clínicos en monos".

Fue notorio que su fracaso de las pruebas en monos, expuesto el 18 de mayo, haya valido tres días después un comunicado de prensa muy alambicado de AstraZeneca donde reconoce que "la vacuna puede no funcionar, pero está comprometida al progreso del programa clínico con rapidez para incrementar la manufactura en riesgo".

Desde entonces inquirí si "AstraZeneca informaba o desinformaba" y si también se estaba curando en salud.

Visto en retrospectiva,es probable que las apuestas bursátiles de AstraZeneca, que detenta el séptimo lugar de la lista del Top-10 del Big Pharma, hayan influido en su ocultamiento del fracaso de las pruebas en monos.

Cabe indicar que el banco inversionista Wellington Management —con sede en Boston, ostenta un capital de más de 1 billón de dólares— es el principal tenedor de acciones de AstraZeneca con solamente 2,57%. 

Desde el fracaso de las pruebas en monos el 18 de mayo, me llamó mucho la atención las maniobras de la polémica vacuna de AstraZeneca que, inclusive, parecía contar con la complicidad de la controvertida OMS por lo que aludí, cuando todavía no aparecía en el radar la vacuna rusa Sputnik V— que la guerra de vacunas comportaba un corolario de guerra bursátil.

Con el tramposo ranking de la OMS quedó claro que "China llevaba la delantera sobre las otras vacunas occidentales de sus omnipotentes miembros del Big Pharma que arrojan uno de los principales negocios del planeta que colinda con 1 billón de dólares". 

Por arte de magia, 46 días después al 11 de abril, la OMS colocó a la vacuna de AstraZeneca en el primer sitial y degradó al segundo lugar a la vacuna china CanSino Bio. 

Se vio que es muy extraño el primer lugar de la vacuna de la Universidad de Oxford/AstraZeneca, ya que no aparecía en la anterior lista de la OMS del 11 de abril, cuando la Universidad de Oxford se jactó de haberse adelantado a la vacuna china y que su vacuna estaría lista para finales de septiembre. Aquí empiezan los problemas con el escrutinio de lo que han publicado y publicitado la Universidad de Oxford/Instituto Jenner y el comunicado de prensa de la empresa sueco-británica AstraZeneca.

A sabiendas de la hazaña de la vacuna rusa Sputnik V, aparece el peligro inherente a la vacuna británica de AstraZeneca que, por cierto, se había resguardado legalmente de las complicaciones iatrogénicas por cualquier efecto colateral nocivo.

Sputnik / La Haine

 

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