El evento, el más prestigioso del mundo del ciclismo a escala global tras el Tour de Francia y el Giro de Italia, ha devenido en escenario de una campaña de boicot sin precedentes, dirigida en general contra la matanza perpetrada en Gaza por el Ejército israelí y, en particular, contra la presencia en la competición del equipo Israel Premier Tech (IPT), al que distintas organizaciones de la sociedad civil acusan de servir como instrumento de 'sportswashing' de las acciones de Tel Aviv. Es decir, la utilización del deporte para lavar la imagen de un Estado acusado de genocidio, aprovechando la enorme proyección mediática internacional de la competición.
El conjunto IPT es propiedad de Sylvan Adams, un millonario judío con nacionalidad canadiense e israelí que, además, es presidente de la organización sionista Consejo Judío Mundial. Amigo personal de Benjamín Netanyahu, Adams concibe a su equipo como una embajada de Israel por el mundo para mejorar su imagen, aspecto para el que cuenta con el apoyo del Ministerio de Turismo del Estado hebreo. En 2018, obró que el Giro de Italia trasladara dos de sus etapas a Jerusalén y Tel Aviv.
La Plataforma para el Boicot Deportivo a Israel ya ha anunciado a través de las redes las próximas movilizaciones contra la participación del conjunto israelí en la carrera en las etapas de Asturias y Galicia, tras el éxito en Euskadi y Cantabria.
Banderas, pancartas, kufiyas, ikurriñas. Bilbao se vistió este miércoles de los colores de la bandera palestina para albergar la undécima etapa de La Vuelta. Una etapa con un final inesperado. No hubo un ganador. De hecho, solo uno de los ciclistas, el británico Tom Pidcock -tercero en la clasificación general- llegó a cruzar la línea de meta. Sin perder la oportunidad para lanzar un mensaje a los medios: "El ciclismo no tiene nada que ver con lo que está pasando". ¿Pero qué está pasando? Desde que empezara la competición deportiva, el pasado 23 de agosto, La Vuelta se ha convertido en el escenario de movilizaciones multitudinarias en favor de la causa palestina. En contra del genocidio de Israel. Con un objetivo claro: forzar la expulsión del equipo del Estado sionista, el Israel-Premier Tech.
El inicio de las etapas se ve retrasado casi a diario. El 27 de agosto, en la localidad catalana de Figueres, varios manifestantes frenaron al equipo IPT en plena disputa de la prueba contrarreloj por equipos. Uno de los episodios más llamativos ocurrió en Bilbao el 3 de septiembre, donde miles de personas organizadas por la plataforma Palestinarekin Elkartasuna forzaron la finalización de la etapa a falta de 3 km para la llegada a meta. El público se agolpó al paso del pelotón sobre las vallas que delimitaban el recorrido, casi echándolas abajo. La acción culminó con varias detenciones e identificaciones a cargo de la policía autonómica vasca.
¿Cómo se han organizado las protestas?
"Creamos la Plataforma para el Boicot Deportivo a Israel (PBD) con colectivos de la RESCOP y del movimiento BDS (Boicot, Desinversiones y Sanciones) para tener un hilo conductor y una propuesta común de acciones de resistencia civil no violenta", explica a Sputnik la activista Lidón Soriano, miembro de Yala Nafarroa con Palestina y coordinadora de las protestas a nivel nacional.
"Hemos conseguido coordinar las acciones y darles un discurso político, exigiendo la expulsión del Israel Premier Tech", asegura esta activista, que subraya la coordinación incluso con BDS-Italia. A su juicio, la respuesta obtenida "ha superado" las expectativas, pues en todas las protestas a lo largo de la geografía española aparece "el doble o triple de gente" de lo esperado y no necesariamente vinculada a organizaciones propalestinas.
La estrategia que sigue la PBD es la de conceder autonomía a las organizaciones locales en sus territorios, "pero teniendo en cuenta ese enlace común", explica Soriano. En las afueras de Bilbao, por ejemplo, aparte de banderas, pancartas, octavillas y pintadas sobre el asfalto, activistas ataviadas de negro se apostaron a un lado de la carretera sosteniendo entre sus brazos bultos envueltos en sábanas blancas, simbolizando niños palestinos muertos.
"Pero esto no se trata de neutralidad política, no podemos normalizar las relaciones con un régimen colonial genocida y que practica el apartheid. Eso es lo que se está expresando en las protestas masivas", explica a Sputnik Ana Sánchez, portavoz de la Red Solidaria Contra la Ocupación de Palestina (RESCOP), una de las organizaciones que coordina las protestas.
Pero hay algo más importante. Han conseguido colarse en los titulares de la prensa internacional. Y en una de sus secciones más populares, el universo deportivo. Dando voz a la resistencia palestina. "Llamando a las cosas por su nombre", matiza Lidón Soriano, doctora en Ciencias de la Actividad Física y del Deporte. "Se acabó la complicidad con las políticas de apartheid, limpieza étnica y colonización que está desplegando el régimen de Israel en Palestina", incide la activista. "El deporte no puede servir de escenario para blanquear un genocidio", denuncia.
Desde la ciudad italiana de Turín hasta el municipio cántabro de Los Corrales de Buelna, los manifestantes, organizados en torno a la Plataforma para el Boicot Deportivo a Israel y otras organizaciones, han protagonizado pitadas, cortes de carreteras y todo tipo de acciones reivindicativas. "El boicot deportivo lo llevamos moviendo muchos años, pero nunca habíamos conseguido este nivel de coordinación, de seguimiento y, sobre todo, de impacto", refiere Soriano. ¿Cómo? ¿Por qué ahora?
"Han coincidido una serie de elementos. Especialmente el nivel de brutalidad del genocidio que está cometiendo Israel sobre Palestina, utilizando el hambre como arma, lo que ha disparado la indignación de la gente", apunta la activista. No es para menos. Según las cifras del Ministerio de Sanidad gazatí, de las casi 70.000 víctimas oficiales, al menos 370 han fallecido de inanición, 131 de ellas niños. También han tenido mucho que ver las posibilidades que ofrece el propio ciclismo. "Es un deporte que pasa directamente por las carreteras de los pueblos. La gente se ha ido sumando, a través de asociaciones locales o incluso por su cuenta", asegura la portavoz de la plataforma.
Protestas en Los Corrales de Buelna, en Cantabria.
El debate ha trascendido más allá de los medios de comunicación. Alcanzado a los propios corredores. "La sensación es un poco de incertidumbre. Pero hay que dejar una cosa clara: ninguno de los otros 22 equipos ha pedido por el momento -como parecen insinuar algunas informaciones- que se excluya al equipo de Israel. Tampoco han dado señales de barajar la posibilidades de retirarse", afirma Juan Clavijo, comentarista de Eurosport. Donde sí han emergido las dudas sobre la participación del conjunto israelí ha sido en el núcleo mismo de la organización de La Vuelta. Este miércoles, Kiko García, director técnico de la carrera, ponía sobre la mesa una posible retirada voluntaria del equipo hebreo. "Solo hay una solución ahora mismo. Que el equipo asuma que estando no facilita la seguridad de todos los demás", dejaba caer en declaraciones a la Ser.
No tiene pinta de que vaya a pasar. "Si abandonamos aquí, sabemos que en cada carrera a partir de ahora seríamos el objetivo. Sería el cierre del equipo", ha declarado ante los medios el director del conjunto israelí. Desde la Plataforma para el Boicot Deportivo a Israel responden tajantes. "Cuando un profesional ficha por un equipo deportivo cuya insignia es el nombre del régimen que perpetra un genocidio y cuya bandera lleva en el maillot, sabe lo que hace. Está aportando su cuerpo y esfuerzo para representar a ese país", indica su portavoz. "Y más con todas las noticias que están saliendo sobre el dueño del equipo, un multimillonario amigo de Netanyahu que ha declarado públicamente que su objetivo es blanquear las políticas de Israel", añade Soriano con indignación.
Las protestas -insisten desde la plataforma- se encuadran en el marco de la resistencia pacífica. "Quitando algún momento puntual de gente presa de la indignación, todas las movilizaciones han seguido un protocolo. Para cortar las carreteras la gente va con chalecos, para que se les distinga bien. Y permanece inmóvil, sin actitud agresiva y nunca con la intención de tirar a los ciclistas", asegura la activista. No se ponen en riesgo en ningún momento ni la integridad física ni la seguridad de los deportistas.
"Los corredores no tienen responsabilidad en nada de lo que está pasando. Ni siquiera La Vuelta, Unipublic, tenía mucho margen de actuación. La exclusión de Israel es una decisión que depende de la UCI, la Unión Ciclista Internacional, que no destaca precisamente por su determinación humanitaria", continúa el locutor. "El propio reglamento de la Federación Española de Ciclismo, en su punto 6.a, incluye una cláusula por la que se puede echar a un equipo cuando se considere que daña la imagen de una carrera o del deporte en general. Y están ocurriendo las dos cosas".
En un comunicado, "La UCI recuerda la importancia fundamental de la neutralidad política de las organizaciones deportivas reunidas en el Movimiento Olímpico, así como el papel unificador y pacificador del deporte". "Basta de echar balones fuera. Es un caso de 'sportswashing' de manual. Deporte y política van de la mano", sentencia la activista.
Que se lo digan al equipo de ciclismo ruso, el Gazprom-RusVelo, apartado de las competiciones internacionales poco después de iniciada la guerra de la OTAN contra Rusia en Ucrania. O a los atletas rusos y bielorrusos a los que no se les permitió participar en la Olimpiada de París, mientras los sionistas participaban alegremente.
Movilizaciones convocadas en la etapa decimotercera etapa de La Vuelta, en Asturias, para el viernes 5 de septiembre.
No van a parar. "Seguiremos hasta que consigamos que Israel quede fuera de la carrera", aseguran desde la plataforma organizadora. Ya son públicas las convocatorias para las próximas seis etapas: tres en Asturias y tres más en Galicia. A través de las provincias de Lugo, Pontevedra y Orense. "Israel tendrá que pagar por sus crímenes de guerra y resarcir a sus víctimas. Seguiremos exigiendo que se cumpla íntegramente el derecho internacional", concluyen los convocantes.