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Madrid :: 28/08/2012

La Haine entrevista a Eduardo Andradas: "Madrid es fértil en revueltas contra las élites dirigentes"

La Haine - Madrid
El historiador nos habla de la respuesta social madrileña a las medidas del gobierno y afirma que "la contestación en las dos últimas huelgas generales ha sido ascendente".

Desde La Haine-Madrid entrevistamos a Eduardo Andradas, investigador histórico de la Guerra Civil Española y poeta. Andradas es miembro de la Asociación de Estudios Históricos “23 de Abril”, colectivo que desenterró de las cunetas del olvido la memoria histórica de la Comarca Norte de Madrid. En Marzo de 2009, presento su poemario “Poemas de Universo” al que puso voz el actor Pepe Viyuela. Ha recitado contra la guerra de Irak, con poetas como José Ramón Crespo o Manolo Romero (yerno del poeta José Hierro) o a dado palabra a las victimas del golpe de estado fascista de 1936, contra la II República Española. Su poesía, es un cóctel de infección de amor y latidos sociales, escribe a los amantes de clandestinidad, a los leales al 14 de Abril, a la tierra que esta arada de historia y al ser libre.(1)

Le preguntamos su opinión sobre la trascendencia de las luchas que se están dando en el Madrid de hoy, atravesado por la crisis económica.

La Haine.- ¿Cómo valoras la respuesta social que se está dando en la actualidad desde Madrid a las medidas antipopulares con las que el gobierno gestiona la crisis económica?

Eduardo Andradas.- Madrid es fértil en motines y revueltas contra las élites dirigentes y la monarquía. Ya en 1766 la carencia de la vida de las clases populares dio una sublevación por el hambre al que eran sometidas por la administración de Carlos III. En ella se depuso al Marqués de Esquilache, un reformista para la capital del Reino y su urbanismo, pero un represor para la población. En Madrid somos de carácter valentón, que por ahora se manifiesta por medio de la manifestación y la auto organización. Si lo comparamos con Grecia la respuesta es escasa ante las medidas del gobierno, pero el proceso de desmonte de las organizaciones revolucionarias por la socialdemocracia en la década de los noventa del siglo XX, conlleva que la evolución de la resistencia y ofensivas de la clase obrera por su libertad todavía no haya alcanzado su apogeo.

Si analizamos en lo concreto, debemos ser optimistas, la contestación contra las reformas laborales del pueblo trabajador madrileño en las dos últimas huelgas generales ha sido ascendente. Madrid trató a los mineros en lucha del norte de la península como si fueran las Brigadas Internacionales, recuperó la consciencia de clase colectiva por un conflicto ajeno a su municipio y lo hizo suyo. Esto se une a que sectores laborales hasta ahora pasivos como el de Grandes almacenes, que han elaborado por primera vez en años Huelgas múltiples en diferentes centros de Alcampo contra las medidas de los regidores de la Comunidad de Madrid, es novedoso que ámbitos precarizados e infiltrados por el sindicalismo patronero tipo Fetico, pase al conflicto. Otros choques de clase se han dado en empresas como Hewlett-Packard, un entorno poco vertebrado sindicalmente hasta ahora como el de la informática.

La derecha madrileña está perdiendo la hegemonía cultural que mantenía desde principios de los noventa. Y la está ganando más que los partidos tradicionales de la izquierda, los movimientos sociales y populares. Recordemos que antes que Stalingrado, Madrid fue la primera población que detuvo a sus puertas al fascismo internacional. De esa sustancia histórica está todavía compuesta esta urbe.

LH.- Según la mayoría de los intelectuales populares y ciertas informaciones de la prensa, parece que la crisis económica va a seguir profundizándose. ¿Qué trascendencia crees que tendrá este hecho en el aumento o disminución de la lucha social en Madrid?

EA.- Primeramente decir, que la clase obrera siempre está en crisis existencial y material bajo el capitalismo. Ya antes del 2007 había madrileños que estaban en paro, pasaban dificultades económicas y se les desahuciaba de su hogar por no poder hacer frente a los pagos de la hipoteca. Tras esa fecha todo esto se desbocó exponencialmente y se proletarizó a ámbitos de la pequeña burguesía y del funcionariado.

No es una crisis, es un robo y un instrumento de dominación de clase. El ordenamiento jurídico del estado es el acabado de la correlaciones de clase, y el capitalismo que declaró guerra total a la clase trabajadora quiere imponer una dictadura íntegra, que si triunfa producirá una casta capitalista más poderosa y minoritaria.

La crisis está produciendo un nuevo Motín de Arganda, si hacemos memoria esta localidad en 1613 estaba arruinada y endeudada y el Duque de Lerma quiso sacar beneficio de la situación comprándola. Sus habitantes le recibieron a su entrada a golpes y no le dió paso a la villa, tuvo que irse de ella ante la presión popular. Hoy los banqueros y los burócratas se comportan como el Noble Francisco de Sandoval y se van a encontrar con la misma réplica del pueblo de Madrid.

Es histórico, a cuanta más represión más resistencia, la dictadura Franco-Fascista no pudo con todo el peso de su Brigada político y Social liquidar a la oposición antifascista durante décadas y es más ésta aumentó en los setenta y de ser un movimiento propagandístico y sindical, pasó a articularse en armado también. El estado puede fabricar muchos Comisarios como Roberto Conesa o matones policiales arquetipo Billy el Niño, puede multar y encarcelar, señalar mediáticamente, pero la historia nos indica que no es nada nuevo, porque donde hay organización y consciencia, la tiranía nunca es estable. Perdió su mejor forma de dominio, que es la que las capas de las clases populares crean que los intereses de la Burguesía son también los suyos. En Madrid y sus alrededores se están gestionando muchas Argandas como la de 1613.

LH.- ¿Qué elementos históricos crees que deberíamos tener en cuenta en esta coyuntura para superar experiencias anteriores de luchas fracasadas?

EA.- Un error de la izquierda es el dirigismo de las siglas. Hasta en ideologías iguales, los matices de ellas, organizados diferentemente han intentado imponer su marca política al resto. La dinámica debe ser horizontal y descargar las decisiones de las direcciones a las bases. No se puede construir revolución sin la participación lo más mayoritariamente posible de los que la tienen que secundar.

Otra es el sectarismo de pensamiento, hay que buscar los puntos en común de ellos y no las divergencias. Ninguna corriente de la izquierda consiguió una victoria total permanente sobre el capitalismo. Y todas lo derrotaron alguna vez, hay que poner en común esas experiencias y sacar conclusiones de acción unitarias. ¿Por qué se tiene que desechar desde el Leninismo vertebraciones asamblearias? ¿No fue la comuna de Paris una gran asamblea?, ¿no fueron los patios de los cuarteles tomados por las milicias y las plazas y consistorios de este estado el 18 de Julio de 1936 espacios asamblearios? Yo que soy comunista creo que las organizaciones y corrientes marxistas deben regresar al Lenin del -Estado y la Revolución-.

Otro fallo clásico que no debemos volver a cometer es que el parlamentarismo soluciona todas nuestras necesidades revolucionarias. Desde mi modesta opinión hay que unir la plaza y la fabrica y los ayuntamientos si es para hacer Marinaledas, no para hacer monstruos neoliberales de ciudad, que es lo que sucedió en Madrid cuando IU con excepciones entro a gobernar en los municipios con el PSOE y perdió cualquier indicio de fuerza transformadora.

LH.- ¿Qué papel puede llegar a jugar el 15-M en la construcción de la respuesta social a la crisis?

EA.- El 15-M es nuestro EZLN, es un movimiento consejista pero que no arraiga en la fábrica y sí en los barrios. Se le critica su indefinición revolucionaria o su carácter reformista, quien lo hace niega la dialéctica de los procesos. Lenin comenzó a militar en un partido reformista y difuso como el POSDR y de él salieron las bases teóricas y estratégicas de la organización bolchevique y de la revolución de Octubre posteriormente. El movimiento Bolivariano en Venezuela empezó como un ente democrático renovador y está modificándose con sus contradicciones en un sujeto revolucionario. No hay movimiento que nace puro, se va haciendo y moldeando con las experiencias que va produciendo.

Creo que sin el 15-M, la respuesta social seria menor, le debemos que recuperara los espacios públicos de las ciudades para el debate y el poder de decisión de los ciudadanos y ciudadanas. Que restableciera las asambleas, muy limitadas al movimiento sindical hasta entonces y excluidas por las direcciones de los partidos de la izquierda, tanto es así que a la Asamblea se le llamaba reunión.

El 15-M es lo mismo que le supuso al movimiento sindical el nacimiento en 1957 de Comisiones Obreras. La mina de la Camocha, es hoy la Puerta del Sol, ahora le falta esa “Huelgona” que ponga al régimen neoliberal existente en situación movediza.

LH.- ¿Crees que debemos apoyar a los sindicatos y partidos de izquierda mayoritarios en pos de construir un frente amplio contra la crisis o debemos construir la movilización fundamentalmente desde el ámbito extraparlamentario?

EA.- La revolución será extraparlamentaria, lo fue en Cuba en el periodo 1956-59, lo mismo pasó en Nicaragua en 1979 o en Rusia en 1917. No es excluyente que partidos anticapitalistas estén en el parlamento, como un instrumento más de oposición obrera y que libere espacios institucionales que es lo que sucedió en Marinaleda. Pero el parlamentarismo como fin es contrarrevolucionario.

Se debe apoyar partidos rupturistas con el entramado jurídico de 1978, que pretendan dar fin a la constitución monárquica vigente, que es antidemocrática y salida de la progresión de la dictadura Fascista y no de su derrota. Por eso considero que aunque EH Bildu descuidó el anti capitalismo, por centrarse en el soberanismo, se debe apoyar porque su victoria cuestiona la forma actual del dominio de las casta dirigente en esa parte del estado. En cuanto a IU, es difícil trabajar y más unir con personajes como Ángel Pérez, el portavoz municipal de esta coalición en el Ayuntamiento de Madrid, todo un gorrón político. Izquierda Unida en Madrid, es una organización ulcerosa, que sólo opera para poder llegar a pactos de gobierno municipal en los ayuntamientos, con excepciones obvias. En cambio en Andalucía o Extremadura posee sectores revolucionarios, sean del PCE o de la CUT-BAI con ellos hay que trabajar en la construcción de un bloque social.

La izquierda extraparlamentaria estatal se está edificando mediante dos partidos, el PCPE e Izquierda Anticapitalista, tras el despedazamiento del intento unitario de Corriente Roja, que aspiraba a la vez a la unión con la izquierda independentista y creo que estaba en lo acertado, sin autodeterminación, no puede existir posteriormente ninguna republica, que tendrá las mismas tensiones nacionales que esta monarquía y sin democracia no se erige socialismo. El 15-M y el movimiento ecologista debe conformar el primer sustento del Bloque social y popular y la segunda configuración la política con los ya citados partidos más Red Roja, junto a proyectos como la CUP de Catalunya, MIA-Pinto, Republicanos, ARCO de Coslada, Izquierda Ecologista o Los Verdes de la Comunidad de Madrid que son de ideología anticapitalista. Ello puede confluir con los sectores del PCE o de la CUT-BAI en un Frente que traslade la organización revolucionaria a la calle.

Abro un paréntesis antes de hablar del movimiento sindical. Hay que preguntarse qué es ser revolucionario hoy en el estado español. El que pretende subvertir un régimen ilegitimo como es el imperante y que es corrupto en su base material. El primer intento revolucionario en España se dio en 1820 y dio lugar al Trienio Liberal, derrotado en 1823 y otra vez intentado en 1868, vencido en 1874. El liberalismo fue incapaz de llevar a término un progreso social en la península ibérica, por eso tomo su relevo el movimiento obrero, que ensayo en la etapa de 1931-39 otra fase revolucionaria. Es la hora de otro pronunciamiento de Las Cabezas de San Juan, otra “Gloriosa” y otro 14 de Abril. Hay que traer la democracia otra vez. Y por ello apoyar a partidos políticos que no tengan en su programa un cambio revolucionario es diluir el anti capitalismo y la ideología de izquierdas en algo retórico.

Por último en lo sindical sigo de cerca la propuesta del PCPE de los Comités de Unidad Obrera o la idea de sindicalismo trasversal de Izquierda Anticapitalista. Por ahora hay que apoyar todas las luchas que se defiendan mediante el conflicto laboral, tengan la siglas que tengan y oponerse a pactos de rentas o unos nuevos acuerdos de la Moncloa, es tiempo de avanzar en los derechos de la clase obrera y no en conservar los escasos que nos dejaron. En algún momento el movimiento sindical se deberá plantear el comunismo consejista como salida de clase a la presente crisis sistémica del capitalismo y regresar a la U.H.P. [Uníos Hermanos Proletarios]


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(1) Las afinidades selectivas

 

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