Actualizado: La represión deja once heridos en Portugal

Una manifestación convocada para protestar contra el Gobierno y sus últimas medidas antipopulares acabó esta madrugada con represión policial, que rpovocó heridas en 11 personas. Uno de los manifestantes fue llevado al hospital por un golpe en la cabeza.

Este último se encuentra detenido junto con otro participante en la protesta, acusados ambos de "resistencia a la autoridad y coacción."

La represión llegó de madrugada frente a la Asamblea de la República, en Lisboa, donde desde las seis de la tarde de ayer se reunían varios miles de personas para participar en una iniciativa llamada "rodear el Parlamento".

Los manifestantes lanzaron consignas dirigidas sobre todo contra el Ejecutivo conservador portugués, que ayer mismo presentó oficialmente y entregó al Parlamento su propuesta de Presupuestos para 2013.

El proyecto del Gobierno recoge grandes cortes del gasto público y las prestaciones sociales, además de un significativo aumento de la presión fiscal a los trabajadores a través de los impuestos sobre la renta, que se suma a la subida del IVA y otras tasas aplicada en los últimos meses en el marco de su severo programa antipopular.

Los gritos que pedían la dimisión del Ejecutivo presidido por el primer ministro Pedro Passos Coelho se sucedieron a lo largo de toda la protesta. Durante toda la noche se vivieron diferentes episodios de tensión entre el amplio dispositivo policial, formado por varios centenares de agentes y desplegado alrededor del Parlamento portugués, y los manifestantes.

Ya de madrugada, la policía lanzó una carga contra los manifestantes que rodeaban la residencia oficial del primer ministro -anexa al Parlamento-. Los manifestantes respondieron con el lanzamiento de piedras y diferentes objetos sobre los agentes, para evitar la violencia represiva.

Miles de manifestantes rodean el parlamento portugués tras el anuncio de nuevos recortes

Miles de personas están concentradas en estos momentos (por anoche) frente a la escalera de la Asamblea de la República, el parlamento Portugués, en un día en el que el Gobierno ha entregado su propuesta de Presupuestos para 2013, que incluyen un endurecimiento de los recortes y una fuerte subida de impuestos.

Según informa el diario luso Diário de Notícias, los manifestantes han comenzado a llegar a las inmediaciones del parlamento a primera hora de la tarde, donde se han podido oir críticas a los presupuestos, considerados "una masacre de los derechos de los portugueses".

Ya casi a las 20:00, los presentes han cercado el edificio y han derribado las vallas de protección, según el DN, al grito de "dimisión" y entre el sonido de los petardos y los tambores. El parlamento está protegido por agentes de policía.

Intervenido por la UE y el FMI

Los severos cortes que plantea el Ejecutivo del primer ministro Pedro Passos Coelho están valorados en 5.300 millones de euros —cerca del 5,5 % del PIB luso—, de los cuales el 80 % proceden de los ingresos públicos, principalmente por el aumento de la presión fiscal, y el restante 20 % del lado del gasto estatal.

Sólo con el incremento de los impuestos, calificado hoy por el ministro de Finanzas luso, Vítor Gaspar, de "muy significativo", el Ejecutivo espera recaudar 4.300 millones de euros, de los que más de 2.800 procederán de la subida de las tasas sobre la renta.

Gaspar ha admitido que Portugal ha visto reducida su autonomía al ser un país intervenido El gasto público se reducirá finalmente en 1.026 millones de euros a través de la supresión de interinos, la reducción de las plantillas en algunas empresas públicas y cortes en las prestaciones, que compensarán la reposición de uno de los dos subsidios retirados a funcionarios y pensionistas en 2012.

También bajará el precio que se paga por las horas extras que se trabajen en el sector público y se recortará el subsidio que cobran desempleados y enfermos.

"Tenemos un margen de maniobra muy escaso", argumentó hoy el ministro de Finanzas durante la presentación de esta propuesta de Presupuestos, quien insistió en el hecho de que Portugal es un país intervenido por la Unión Europea (UE) y el Fondo Monetario Internacional (FMI) y que, por ello, ha visto reducida su autonomía.