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Bolivia :: 20/03/2005

Farenheit 17 / 10 (La temperatura a la que arde Bolivia)

Quilombo Libertario
Como espada de Damocles, la "Guerra del Gas", apenas simbolizada por la llamada "Agenda de Octubre" (nueva ley de hidrocarburos y asamblea constituyente), pende sobre las cabezas de cualquiera que se quiera asumir como dirigente de movimientos sociales o como político de la "new wave".

Y es que aquella "Guerra de las Mil Mesetas" tal, la definición del compañero J. Perelman, ha sido una de las más explosivas insurrecciones, no solo porque incluyó sectores indígenas, campesinos, obreros y clase media, sino porque fue una acción espontánea, que con el correr de los días y del fragor de la lucha, fue sumando voluntades y anudando espíritus solidarios hasta crear un punto de fuga en el cerrado horizonte del neoliberalismo y todas sus variantes: desde la socialdemócrata o izquierda "racional" de Lula - Kirchner hasta la nacionalista de Chávez.

La "renuncia política" del actual presidente Mesa (Lunes 7 de marzo) dividió las aguas con claridad, dejando al desnudo una verdad antes admitida a medias: los "líderes" sociales son apenas "Corleones" que utilizan las demandas y protestas legítimas para encumbrar sus apetitos personales, mientras del otro lado, el presidente, a través de un "Acuerdo Nacional", "resucita" a un sistema de partidos políticos que había recibido la extremaunción el 17 - 10 - 2003... Este "Acuerdo" se ha firmado con el Parlamento fascistoide de Sánchez de Losada, es decir, con los partidos políticos tradicionales.

En medio de este "fascismo parlamentarista" de la derecha política que todo lo bloquea y del "Pacto" entre los "capo mafia" que se abrogan la representatividad de los movimientos sociales, han quedado atrapados los verdaderos luchadores.

Sin embargo, todos en Bolivia saben que quien enciende la temperatura social, corre el riesgo de llegar a los "fatídicos" 17/10 grados Fahrenheit con los que comienzan a arder las llamas de las insurrecciones en Bolivia. Y quién enciende esa temperatura social, acaba por chamuscarse con ella.

LA LEY DE HIDROCARBUROS: un poco de gas para encender el fuego

Herederos de una tradición de expropiar petroleras transnacionales, Bolivia es el único país que se ha tirado no una, sino dos expropiaciones: el Cnel. Busch, 1937 y Marcelo Quiroga Santa Cruz, 1969.

Sin embargo, no es producto de una tradición "futbolera", ni las expropiaciones mencionadas ni la actual crisis y su correlativo "estado de insurrección".

La crisis y la insurrección boliviana viene precedida de situaciones terminales en Brasil, Argentina, Venezuela y Ecuador, por ejemplo y tiene como caldo de cultivo la extrema corrupción en las esferas políticas, empresariales y sindicales y en la brutal profundidad de la miseria, que arrastra a la más elemental dignidad humana. Desde esta perspectiva, los movimientos sociales recién ahora van encontrando líneas de ideas sociales más claras pero que todavía deben complementarse con líneas de acción y protesta social acordes a estas nuevas ideas: autogestión social, autonomía individual y colectiva, solidaridad de todas y todos y transparencia de y para todos.

La lucha por una ley de hidrocarburos más beneficiosa para los sectores sociales postergados, ha quedado reducida a una cuestión legal - impositiva: el porcentaje de regalías que se debe cobrar a las transnacionales.

Si bien el referéndum vinculante de julio de 2004, determinó que dichas regalías debían ser del 50%, el propio gobierno, aliado con los partidos políticos tradicionales derrotados el 17 / 10, pretende bloquear este punto travistiéndolo de una serie de impuestos. Y LA LUCHA POR LA LEY DE HIDROCARBUROS DEBE CONTEMPLAR, FUNDAMENTALMENTE, LA VIGENCIA LEGAL DE LOS DERECHOS INDÍGENAS (sobre todo el derecho a la consulta libre y oportuna, ya que las riquezas petroleras y los ductos se encuentran en territorios indígenas) Y LEGALIZAR Y FACILITAR EL CONTROL SOCIAL SOBRE TODA LA ACTIVIDAD HIDROCARBURÍFERA.

En otras palabras: lo único que debemos esperar de una ley así, es que abra las compuertas a la fiscalización popular para, luego sí, pasar al control autogestionario de la actividad. Pero centrar la lucha solo en una ley de hidrocarburos y en sus aspectos técnico - tributarios, es un reduccionismo peligroso, ya que un 50% de regalías sin derechos indígenas y sin vigilancia social, es no entender dónde está el negocio de las corporaciones y dónde, nuestros objetivos sociales.

Y su negocio está en falsear los volúmenes de producción y fijar los precios de venta en boca de pozo. Los mejores precios (diferencia de costo - beneficio) se obtienen en los paraísos fiscales, donde las petroleras tienen asentadas legalmente a sus compañías trasportadoras, que compran los energéticos a precios irrisorios y los venden a precios internacionales SIN PAGAR UN CENTAVO DE IMPUESTOS, (por algo son "Paraísos Fiscales"), dejando magros saldos en los países productores, con 50% de regalías o sin 50% de regalías.

A partir de aquí, es indudable que se ha "pifiado" el objetivo de la lucha por los hidrocarburos: de parte de los "Corleones del Sindicalismo" viejo y amañado, por puro interés político de cara a las elecciones presidenciales (Evo Morales) y afanes de figuración personal (Solares, Quispe, De la Cruz, Loayza); de parte de los empresarios y políticos (o políticos - empresarios) por intereses monetarios (grandes coimas parlamentarias, participaciones en el negocio o por ser parte de la cadena de distribución de hidrocarburos) y de parte de los movimientos sociales, por defecto de acumulación de experiencia social y política.

EL ALTO: entre la empresa pública autogestionada y el escenario político derechizado

Es interesante observar el fenómeno registrado en El Alto, donde una lucha popular masiva acabó por torcerle el brazo a la francesa Suez Lyonnesse des Eaux (Aguas del Illimani), una empresa cuestionada en varias ciudades del mundo como, por ejemplo, Buenos Aires (Aguas Argentinas), donde el propio gobierno argentino estuvo a punto de expulsarla del país, por los mismos motivos que en El Alto y como ya le sucediera en otras 5 ciudades del mundo.

La política de la multinacional francesa es incumplir con las inversiones en agua potable y alcantarillado para ser expulsados y pleitear en tribunales comerciales internacionales, donde, gracias a los convenios firmados por gobiernos de someterse a los arbitrios de la OMC, siembran terror en los miserables Tesoros Nacionales de los países pobres. El Alto había logrado que la Suez se fuera sin mucho pataleo; sin embargo, con un proyecto de Empresa Pública Autogestionada bajo el brazo, se traba el comienzo de esta experiencia histórica para Bolivia, en un punto político: exigen la expulsión inmediata de esta corporación sin auditoria; auditoría en la que se debió participar como "vigilantes sociales" y que hubiera logrado otra conquista histórica: obligar a las corporaciones a la transparencia.

Sin embargo, encerrados en esa pequeña demanda política, casi se hecha por la borda la posibilidad de una experiencia social valiosísima (al escribir esta nota, El Alto ha aceptado un "cuarto intermedio" en sus bloqueos a cambio que se mantenga su demanda de empresa pública autogestionada).

Así, el tema político de la "salida de Aguas del Illimani" logró empañar que la verdadera lucha eran los objetivos sociales de la nueva empresa prestataria del servicio de aguas y alcantarillado y, peor aún, logró empañar los objetivos sociales de 17 / 10 / 03.

PRÁCTICA Y TEORÍA DE LOS BLOQUEOS: cuando el pan no está garantizado

P. Kropotkine, en "La Conquista del Pan" sostenía que durante una huelga general indefinida, era menester asegurar el pan a las familias de los huelguistas y a los obreros en general. Esta visión de una ética de la lucha y protesta social, es un principio que nunca se debe descuidar, simplemente porque toda lucha social es por la conquista del pan.

No obstante, los bloqueos de carreteras en la actualidad, se han convertido en monopraxis de protesta política (y no, social) y suele tener en su primera línea de afectados, la canasta familiar de los sectores más empobrecidos de pueblos y ciudades, al dar cabida a los especuladores de precios -intermediarios, mayoristas y minoristas- y la consecuente alza indiscriminada de los precios de los productos básicos, siendo que el 80% de la población vive al día y no tiene posibilidad alguna de acopiar alimentos para su subsistencia diaria mientras duran los bloqueos.

Este es uno de los factores de la impopularidad que muchas veces rodea estas medidas de presión política, que suelen ser acatadas, antes por "disciplina sindical" (matonaje o "renta militante") que por convicciones o ideas.

Octubre de 2003, logró ser la contra-cara de esta descripción, merced a la solidaridad de todo el pueblo. Pero una cosa es apuntar a un masacrador de vidas humanas (Sánchez de Losada, ex - presidente renunciado) y otra, una lucha por una ley de hidrocarburos.

También es cierto que, por ejemplo, los piqueteros en Argentina han visto la necesidad de cambiar sus métodos de lucha (bloqueos) en aras de solidarizarse con los trabajadores y una clase media duramente golpeada y empobrecida por la crisis del 2000 / 2001.

Nadie en Bolivia (ni fascistas, ni corleones, ni la prensa) quiere ver que hasta el "alumno exitoso del modelo" (Chile) está en plena pelea parlamentaria en pos de aumentar las regalías o los impuestos a las corporaciones mineras, o que Argentina revisó todos los contratos petroleros de las transnacionales sin que estas dijeran "ni pío" y entonces, desde el presidente hasta el fascismo parlamentarista, satanizan a los movimientos sociales por sus "ideas inviables" respecto de estos temas.

Ha llegado la hora de encontrar metodologías más populares y efectivas como, por ejemplo, los "escraches" u otros hostigamientos a las corporaciones, centrados en exigencias de "servicios sociales gratuitos", de transparencia en sus actos y estados financieros y balances (al fin, los bolivianos por la ley de capitalización, somos dueños de un porcentaje de las acciones de las petroleras capitalizadas y debemos tener acceso a los libros contables, según el Código de Comercio), etc. Métodos de "Acción Social Directa" que traen mejores resultados que las "presiones políticas".

Porque, ¿de qué vale presionar con bloqueos (monopraxis política) a un Estado débil e inútil para negociar Derechos Indígenas y Fiscalización Social en una ley de hidrocarburos frente a aquellos monstruos corporativos?

¿Y para qué tener al estado como mediador entre los movimientos sociales y las petroleras? Si vamos hacia la autogestión, pues debemos estar ya en la autogestión; sin el Estado. Como aquel poema de Borges, "... vació su cantimplora y dijo: / si he de entrar al desierto / ya estoy en el desierto...". Entremos ya, entonces, a la autogestión...

Lo cierto es que los recientes bloqueos, desgastaron innecesariamente a sus protagonistas y los enfrentaron -mensaje presidencial mediante- a la clase media, con quienes, después de décadas y desde 17 / 10, se vivía un "pequeño romance" que dio un gran impulso y respaldo a las luchas populares.

DE LA ACCIóN SOCIAL A LA POLÍTICA: el tortuoso camino a la presidencia siembra "errores" en los movimientos sociales

Observemos el "Cuadro de Honor" de los actuales "dirigentes sociales":

Evo Morales: con buenos aportes económicos del chavismo y el pago por "protección" que realiza la Repsol -tiene ricos pozos petroleros en Chapare, bunker del líder cocalero, que no indígena- Evo solo piensa en la presidencia en 2007.

Cimar Victoria: este dirigente de campesinos colonizadores del oriente, declaró hace unos meses que no le interesaba el ministerio de asuntos campesinos, ya que era un ministerio pobre y el manejaba "8 millones de dólares al año como dirigente campesino" (sic).

Ángel Durán: dirigente de los "Sin Tierra"; posee "solo 500 has. de tierra" (sic) y está acusado por sus bases de haber vendido tierras destinadas a ellos.

Jaime Solares: soplón y torturador de la dictadura de García Mesa en los "80. ¿Algo más?

Felipe Quispe "Mallku": cadáver político desconocido por casi todas las comunidades aymaras en tierras altas (occidente del país)

Roberto de la Cruz: expulsado de la Central Obrera de El Alto por corrupto, obtuvo una concejalía en las últimas elecciones municipales (12 / 2004).

El paso de la lucha social a la lucha política ha postergado a los movimientos sociales y los ha desviado de los objetivos de octubre; y este paso de un escenario a otro fue realizado solapadamente con el solo fin de proyectar a Evo Morales a la presidencia en las elecciones de 2007. Ayudados por los medios de comunicación, que los han impuesto como líderes nacionales y hasta de la insurrección de octubre, estos "corleones" solo apuestan a ser los "patrones" de los movimientos sociales.

Por otra parte, los embates políticos que han desatado "Los Corleones" (incluido el reciente "Pacto Social") de cara a aquel fin electoralista inconfesable, ha generado, entre otros, una "represión selectiva" por parte del gobierno y no hacia estos "dirigentes", precisamente.

La actual crisis de Bolivia con su carga de xenofobia incluída, es una crisis en la que todos parecen sentirse a gusto: petroleras, fascistas parlamentarios, gobierno y "corleones", que aún no comprenden que 17 / 10 es la temperatura a la que arde Bolivia e incinera toda tentativa de corrupción, hambre y autoritarismo.

Mientras, ahora sí, los movimientos sociales buscan hacer coincidir las fuerzas de la acción con la de las ideas para aproximarse a un futuro de autogestión social que espera a la vuelta de cualquier esquina o recodo del camino. Y allí, toda inocencia será premiada.

¡¡Arriba los de Abajo!!

 

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