Italia y Alemania están guerra no sólo contra Rusia, ya que apoyan activamente a Kiev, sino también contra Irán, ya que también apoyan activamente a Israel. Eso es lo que demuestran los hechos documentados y sin embargo ignorados por los medios mainstream.
Al menos un avión italiano B350ER –un aparato destinado a operaciones de espionaje, de reconocimiento de objetivos y de comunicación– opera actualmente en el Mar Negro junto a aviones estadounidenses similares espiando el territorio ruso y asistiendo a las fuerzas ucranianas en la realización de ataques contra objetivos rusos mediante el uso de drones aéreos y marítimos equipados con explosivos.
Por consiguiente, Italia no se limita a suministrar armas a Kiev sino que participa activamente, de esta y de otras maneras, en la guerra de la OTAN contra Rusia.
Más directa todavía es la participación de Alemania en esa guerra. Alemania ha desplegado en Lituania, de forma permanente, una brigada de la Bundeswehr, o sea 5 000 hombres equipados con tanques de asalto, entre otros vehículos militares. «Con esta brigada lista para el combate, asumimos una responsabilidad de liderazgo en el seno de la alianza, aquí en el flanco oriental de la OTAN», declaró el ministro de 'Defensa' de Alemania.
La OTAN despliega así sus propias fuerzas en las fronteras con el enclave ruso de Kaliningrado y con Bielorrusia, aliada de Rusia.
Al mismo tiempo, otros dos países miembros de la OTAN, Reino Unido y Canadá, también despliegan tropas, respectivamente, en Estonia y Letonia, igualmente limítrofes con Rusia. Esas tropas de Reino Unido y Canadá son como una cerilla en un polvorín. Si en un eventual enfrentamiento en la frontera con una fuerza rusa, esas tropas de países miembros de la OTAN sufriesen bajas, los demás miembros de la alianza atlántica –en virtud del Artículo 5 del Tratado del Atlántico Norte– tendrían que intervenir militarmente contra Rusia. Y sufrir la respuesta rusa.
Pero el papel de Trump es cada vez más ambiguo. Mientras dice querer alcanzar un acuerdo con Rusia sobre una solución diplomática que ponga fin a la guerra en Ucrania, ayuda Kiev a continuar esa guerra, tanto directamente –con operaciones militares como las del Mar Negro– como indirectamente, a través de la OTAN que acerca cada vez más sus fuerzas militares a las fronteras rusas.
En el marco de la misma estrategia, Alemania e Italia también desempeñan un papel de primera importancia en el Medio Oriente, en el respaldo al régimen de Netanyahu.
Alemania es, sólo después de EEUU, el mayor proveedor de armas de Israel. Hasta ahora ese régimen ha recibido de Alemania 6 submarinos de la clase Dolphin, construidos por la empresa alemana ThyssenKrupp Marine Systems. Esos submarinos construidos en Alemania han sido modificados para que puedan lanzar misiles nucleares. Basándose en un acuerdo concluido en 2022, Alemania suministrará a Israel otros 3 submarinos de la clase Drakon, más grandes que los anteriores y capaces de lanzar misiles nucleares todavía más poderosos.
No está de más recordar que Israel es el único país del Medio Oriente que posee armas nucleares y que, al no ser firmante del Tratado de No Proliferación, sus instalaciones nucleares no están sujetas a ningún tipo de control del Organismo Internacional de la Energía Atómica (OIEA).
Pero Irán, que sí es miembro del Tratado de No Proliferación, es objeto de múltiples controles por parte del OIEA, que emite pronunciamientos claramente políticos en su contra.
Italia, al igual que España, además de suministrar a Israel helicópteros, artillería naval y otros tipos de armamento, también le garantiza el suministro de componentes para sus aviones de guerra F-35, capaces de portar armas nucleares. Italia tiene firmado con Israel un memorándum de entendimiento para una estrecha cooperación no sólo entre sus fuerzas armadas respectivas sino también entre sus industrias de guerra.
La ratificación y ejecución de de ese memorándum están avaladas por el parlamento italiano mediante la Ley Nº 94 del 17 de mayo de 2005, adoptada por un voto esencialmente bipartidista. En vigor hasta el 12 de junio de este año, ese texto acaba de ser renovada de forma tácita.
Dicho claramente, Alemania e Italia están de hecho en guerra, no sólo contra Rusia, en apoyo a Kiev, sino también contra Irán, en apoyo al régimen genocida.
Grandangolo