Los cinco integrantes de la agrupación ultraderechista Vente Venezuela no fueron extraídos ni escaparon en una operación tipo James Bond, sino que negociaron su salida de la residencia de la embajada argentina en Caracas, donde permanecieron más de un año.
Se trata de Claudia Macero, Pedro Urruchurtu, Magallí Meda, Humberto Villalobos y Omar González. Los cinco ingresaron a la embajada en la Semana Santa de 2024 para evadir una investigación de la fiscalía venezolana sobre un plan de desestabilización violenta previo a las elecciones presidenciales de julio pasado.
Después de esos comicios, Nicolás Maduro rompió relaciones diplomáticas con el gobierno de Javier Milei y la embajada y los asilados quedaron bajo supervisión de Brasil. Desde ese momento, medios cercanos a la ultra María Corina Machado y los propios asilados denunciaron cíclicamente, sin pruebas, un asedio sobre la residencia, que el gobierno venezolano siempre negó.
Desde hace semanas se comentaba en Caracas que los asilados buscaban dialogar directamente con el ministro del Interior y número dos del chavismo, Diosdado Cabello. El mismo Cabello lo deslizó ya en el enero de este año, en su programa televisivo semanal “Con el Mazo Dando”.
Una fuente con conocimiento del caso confirmó que todos estaban negociando su salida de la embajada desde hace varios meses. En tanto diplomáticos brasileños confirmaron también que existió una negociación, en la que Itamaraty no participó directamente.
Fuentes en Caracas aseguraron a Tiempo Argentino que los asilados dejaron la sede diplomática en distintos momentos, y no en grupo. Indicaron incluso que Claudia Macero, antes encargada de las comunicaciones de María Corina Machado estaría en Buenos Aires desde hace varias semanas.
Esto contradice la versión del secretario de Estado de EEUU, Marco Rubio, quien tuiteó en la noche del martes, cuando hacía horas circulaba el rumor que los cinco estaban en EEUU, “tras una precisa operación”, en lenguaje militar.
En la misma línea, el gobierno de Milei en Argentina fue más allá y difundió un comunicado en los mismos términos, saludando la «operación que permitió que los cinco venezolanos refugiados en la sede de la Embajada Argentina en Venezuela fueran extraídos exitosamente de Caracas y trasladados a suelo estadounidense”. Otro militarista.
En tanto la referente ultraderechista y jefa política de los asilados, María Corina Machado, reposteó a Rubio. Lo mismo hicieron cuatro de los cinco “liberados”. En Caracas llamó la atención tanta cautela. Corren las horas y ninguno de los cinco declara ni aporta una “fe de vida” para reforzar la versión del funcionario estadounidense. Ni siquiera se sabe a ciencia cierta dónde están (insistimos, varias fuentes ubican al menos a Macero en Buenos Aires, y no en el norte).
Otro elemento que no pasó inadvertido fue que tras el posteo de Rubio en X, varios periodistas cercanos a Machado cambiaron su versión inicial y pasaron hablar de “escape” cuando antes aseguraban que se trataba de una negociación. Las versiones febriles sobre "operativos comando de militares extranjeros" para "extraer" a los asilados también se desdibujaron con el correr de las horas y la falta de elementos nuevos más allá del tuit.
En la mañana del miércoles en Caracas, varios analistas aseguraban que la versión de Rubio buscaba embarrar la cancha y restarle atención al encuentro del presidente Maduro con Vladimir Putin en Moscú.
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