Principal |
Europa :: 30/04/2025

A Europa se le apagó la luz

Guillermo Cieza
Los socialdemócratas se volvieron social liberales, y la vieja derecha, que incluye a partidos filonazis, gana terreno en países y conciencias

Eran las 12.33 del mediodía cuando 15 gigavatios de generación de electricidad, que representan mas del 60% de la demanda nacional, desaparecieron en el Estado español y el país quedó a oscuras. Algo parecido sucedió en Portugal y Francia. Todavía no se han puesto de acuerdo sobre si fue un ciberataque, los rusos, la cúpula de la Unión Europea, o el cambio climático. Finalmente habrá una “versión oficial” de lo sucedido, que será repetida por sus habitantes. Lo que es seguro, es que en cinco segundos, quedó evidente lo que desde hace tiempo, los europeos se niegan a reconocer. Hace muchos años que están a oscuras.

Corresponde a Enrique Dussel, en sus apreciaciones sobre el mito de la modernidad, precisar que cuando Colón llegó a nuestro continente, esa porción del mundo desde donde llegaron las naves invasoras era una civilización de cuarta categoría. Con algunas luces, en aquellas territorios cercanos a Africa y al sudoeste asiático, pero donde la barbarie crecía a cada paso que se daba hacia el Norte.

En esa invasión, la combinación de la superioridad militar impuesta por el uso del caballo y las armas de hierro y después de fuego, y la capacidad intrigante para utilizar a su favor los conflictos locales, permitieron asegurar la victoria, y la posterior apropiación y saqueo en muchos territorios. En otros, no mandaron hasta finales del siglo XIX. Fruto de esa invasión, con la mediación de usureros y traficantes de esclavos pudieron desarrollar el capitalismo industrial, apropiándose también de distintos inventos generados en otras civilizaciones.

Europa fue entonces el centro del mundo durante algunos siglos, tuvo su Renacimiento y su Revolución Francesa. Pero ya no lo fue, después de la segunda guerra mundial, cuando se limitó a acompañar el ascenso y las disputas entre EEUU y la Unión Soviética. Se convirtió entonces en un lugar en el mundo donde los frutos del librecambio y el aporte generoso de las semicolonias permitieron amortiguar la lucha de clases, alejando a sus trabajadoras y trabajadores de las ideas revolucionarias que agitaron la revolución rusa y china. Pero hoy ni siquiera les queda ese colchón que llamaron Estado de bienestar. Apenas les queda el orgullo por lo que fueron y ya no son, y el racismo que heredaron de sus aventuras coloniales.

Donald Trump humilla a Europa, poniendo en palabras lo que ya le hicieron. La metieron en una guerra absurda que solo interesaba a EEUU, y les volaron un gasoducto que los proveía de gas barato para que países como Alemania pudieran consolidarse como potencia industrial. Ahora les tiran el fardo de la OTAN para que la financien, y el acuerdo de rendición incondicional de Ucrania, para que lo justifiquen. Conspiraron para desindustrializarlos y hoy los amenazan si le compran a China.

Decia Mariategui, el más latinoamericanos de los marxistas, que se anticipó a Fidel, El Che y Chávez, que cuando viajó a Italia en 1919 desposó a una mujer y a algunas ideas. Ahora sigue siendo posible encontrar en Europa mujeres hermosas, pero ideas: muy pocas. Los socialdemócratas se volvieron social liberales, y la vieja derecha, que incluye a partidos filonazis, gana terreno en países y conciencias. Está tan a oscuras Europa que Jorge Bergoglio se convirtió en un papa progresista. A lo mejor por eso, en Argentina, el país más europeo de Nuestramérica, gobierna Javier Milei.

La falta de ideas se compensa con la ensordecedora difusión de disparates, a falta de evidencia hay posverdad, los incipientes esfuerzos por apelar a la reflexión crítica son aplastados por toneladas de troles y como música de fondo suenan tambores militares. Si no hay esperanza, que se organice una buena guerra y una prolija lista de los incómodos a eliminar. Cada país se convierte en una ficha a asegurar y se rompen todas las reglas. En Palestina se ejecuta un genocidio, trasmitido en vivo y en directo, y en la Argentina, la directora del FMI nos dice a quién hay que votar.

Es comprensible que viviendo a oscuras, el crecimiento de la barbarie vaya acompañada por la decepción y la melancolía. Pero no habría que cargar mochilas ajenas.

Vivimos en un mundo donde China, la nueva civilización dominante, no está apostando a la guerra y ha sido capaz de sacar en cuarenta años a 850 millones de la pobreza. Vivimos en un continente que sigue sorprendiéndonos con luchas populares, nuevas ideas, y una recuperación de saberes originarios que nos reconcilian con la Naturaleza.

En Nuestramerica hay apagones en Venezuela, en Cuba, en México, en Honduras, en Colombia y también en Buenos Aires, pero son circunstanciales. Todavía no se nos apagó la luz.

huellasdelsur.ar

 

Enlace al artículo: https://www.lahaine.org/dQ6C