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Estado español :: 01/08/2013

La clase trabajadora y la unidad de las izquierdas

Sebastián Ramírez Suárez
La mayoría de la clase trabajadora está alienada culturalmente, despolitizada como clase, sin conciencia política; aburguesada mentalmente

La mayoría de la clase trabajadora está alienada culturalmente, despolitizada como clase, sin conciencia política; aburguesada mentalmente, aunque le falte un plato de comida a una parte de la misma: Ni siquiera tiene conciencia sindical continuada, “se mueve” –mejor dicho, la mueven–, las centrales sindicales -a un sector minoritaria de la misma, especialmente a sectores minoritarios de trabajadores del sector público, en las movilizaciones para las huelgas generales de un día o para manifestaciones gremiales que afectan a todo el pueblo, como son la Sanidad y la Educación.

No tiene referentes políticos, y menos ideológicos claros –rectifico- , sí, los tiene: una parte importante de la misma vota a los “socioslistos”, a los “populares” y a las “coaliciones canallas”, debido a su alienación cultural desde 1936 y a la falta de memoria histórica. La enorme represión física e inmoral de la dictadura franquista y el nacionalcatolicismo dejó a las clases trabajadoras y populares sin memoria histórica y sin la cultura de su clase. Enfermaron de la cultura burguesa y pseureligiosa nacional católica que les impusieron las clases y sectores dominantes, los franquistas y fascistas, vencedoras de la guerra incivil (1936-1939), y los dirigentes de derechas y de los dirigentes y varones de las ”izquierdas” desde la llamada transición política a partir de 1975 (traición habría que denominarla). La última puntilla recibida ha sido la Reforma Laboral, primero la del PSOE (gobierno de Zapatero) y la más fuerte la del PP de Rajoy, sin contrar los desaguisados antisociales y laborales de los gobiernos de Felipe Gonzáles y de J.M. Aznar.

El “caciquismo menor” funciona en época de elecciones. Muchos curas de barrios y pueblos, y los “capataces” adulones de ciertos caciques, a través de sus adeptos de sacristías, tienen influencia para canalizar el voto de muchos de sus vecinos, y vecinas, hacia la derecha. Y todo esto ocurre porque no existe un gran referente de izquierda, unido y organizado, que le transmita a esa clase trabajadora en sí, cual es su representación política e ideológica, de acuerdo con sus intereses sociales, económicos y políticos.

Según Karl Marx lo que determina que una clase sea en sí o para sí, es la conciencia del individuo. La clase en sí, son los aborregados, los ignorantes, los esclavos, los que aceptan su condición de obreros y se someten al poder de la clase dominante y del partido de turno en el poder, sin darse cuenta que con ello perpetuán sus condiciones de explotación a favor de la clase dominante y del capital reclamándole solo mejores condiciones salariales y laborales.

En cambio, la clase es para sí porque toma posición de su clase, toma su condición de clase y se plantea tareas más allá de sus reivindicaciones gremiales y es capaz no solo de unir a los trabajadores, sino a otros sectores de la sociedad en búsqueda de lograr una mejor sociedad que amplíe la apropiación y distribución no solo de la plusvalía, sino del poder político. De esa manera, de mirar y aceptar su condición (clase en sí) a saltar a asumir los retos nacionales de un nuevo paradigma societal (clase para sí) es el paso al que ciertas centrales sindicales, y cierto partido, renunciaron hace mucho tiempo. La unidad de las izquierdas, y de las organizaciones progresistas, coordinadas y organizadas, es lo más urgente hoy por hoy.

O terminamos con las políticas de “tribus” o la derecha y sus aliados socioslistos coyunturales seguirán gobernando y aplicando sus políticas conservadoras y reaccionarias, de recortes sociales, económicos y derechos laborales en todo el Estado español. La unidad de las izquierdas –nacionalistas, socialistas consecuentes, comunistas, independentistas, republicanos, anarquistas, progresistas–, son la fuerza de las clases trabajadoras, la que las motivan, a unirse, a organizarse y participar en las luchas sindicales, sociles y políticas. Lo demás es paja sin trigo…

Sebastián Ramírez Suárez *

* Sebastián Ramírez Suárez fue militante de las organizaciones sindicales Sindicato Obrero Canario (S.O.C). y Unión de Trabajadores Canarios (UTC). Y de las organizaciones políticas Partido Comunista Canario (provisional), Pueblo Canario Unido (PCU), Partido de la Revolución Canaria (PRC) y Unión del Pueblo Canario (UPC). Todas ellas organizaciones nacionalistas canarias de izquierdas.

 

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