En la textil Elemento, al igual que en centenares de talleres clandestinos, el maltrato, la falta de derechos, la súper explotación es la rutina diaria y escenario propicio para la tragedia.
Mientras el estado nacional, provincial y de la ciudad siguen siendo cómplices con su silencio y con sus “acciones”, (con ambas acepciones), los trabajadores sufren las peores condiciones laborales, mientras las burocracias sindicales, socias de estas patronales esclavistas, callan y apañan la condición de precarización y esclavitud.
Una trabajadora de la fábrica textil Elemento, ubicada en Gregorio Pomar 4049 (Buenos Aires), se prendió fuego, “ante la indignación e impotencia” por no ser escuchada en sus reclamos laborales, denunciaron sus compañeros.
“Denunciamos que estos no respetan nuestro convenio de trabajo, ya que nos hacen trabajar diez horas y media sin pagarnos las horas extras, incluyendo los días sábados”, expresa un comunicado.
“No nos dan permisos para ir al médico cuando nos sentimos físicamente mal, no tenemos representación sindical y somos suspendidos y despedidos indiscriminadamente cuando reclamamos nuestros derechos”, agrega.
Los obreros destacaron que una compañera, “ante la indignación e impotencia de no ser escuchada se prendió fuego y ahora está internada en el Hospital Pena custodiada por un gendarme, sin derivarla a su obra social”.