Sus ideas son bastante viejas. Tanto o más viejas que las ideas dizque “socializantes” o “comunizantes” que combaten. Aclaremos que, para los libertarios, cualquier praxis o intervención ajena al mercado, merece ser catalogada como socialista o comunista. Dicha exageración semántica se funda en el principio delirante que establece que el trabajo (y el Estado) “explotan” al capital.