El diccionario de Oxford elegía el pasado noviembre el término “fake news” como la palabra el año 2017. Un aumento del 365% en su uso, según los responsables del diccionario, justificaba la elección tomando el relevo de “posverdad”, la ganadora de 2016. Su equivalente en español, “noticias falsas”, es también candidata. ¿Por qué de repente ese interés por un fenómeno que ha existido siempre? ¿Qué hay de nuevo cuando este año ni siquiera se han sacado de la manga una palabra nueva como “posverdad” para definir a la mentira? Cierto es que el número de emisores de información ha crecido con las posibilidades que, por ahora, ha abierto internet y, evidentemente, eso ha repercutido en que crezca el número de falsedades publicadas.