Principal |
Nacionales E.Herria :: 31/10/2013

[Video] Cyberguerra

Borroka Garaia
Diversos procesos ilegalizadores también servirían como excusa para cerrar innumerables webs de diversas agrupaciones a lo largo de los años en Euskal Herria
La policía pega, los banqueros nos roban. Años de universidad y me acabo de enterar. Eso dicen los lendakaris muertos, famoso grupo musical de centro y comercial de Iruñea, y eso es lo primero que me ha venido a la cabeza en estos momentos en que las redes están que arden de indignación al calor del escándalo desatado porque el centro nacional de inteligencia español (CNI) podría haber facilitado y colaborado con el masivo espionaje de la agencia de seguridad estadounidense (NSA) en el estado español. ¡Que sorpresa!. ¡Ni que el estado español estuviera insertado en la OTAN y EEUU fuera el país cúspide del imperialismo!. Por si fuera poco, esta misma semana también hackers destapaban al público una parte del sistema de control y seguimiento de redes sociales en internet que utiliza el gobierno autonómico español en Catalunya.

Ciertamente en Euskal Herria a pocos debería sorprender que los servicios de inteligencia tanto españoles, franceses así como los estadounidenses se muevan en internet como en casa y con total impunidad para hacer y deshacer. Y es que de entrada, el mismo sistema de internet surgió de un proyecto desarrollado en Estados Unidos para apoyar a sus fuerzas militares. En plena guerra fría, Estados Unidos creó una red exclusivamente militar, con el objetivo de que en el hipotético caso de un ataque de la URSS, se pudiera tener acceso a la información militar desde cualquier punto del país. Finalmente fue descartado “por motivos de seguridad”. A partir de ahí las universidades y el ámbito científico cogerían el testigo hasta llegar al internet que que conocemos hoy. Que básicamente es porno y la mayor fuente de datos existentes para las agencias de seguridad del imperialismo (y claro, también alguna que otra cosa más). Con el mismo despegue de internet como fenómeno social masivo se inició esta cyberguerra por el control de la información y por el intento de censura. Nada diferente en realidad al control social ya practicado en la calle y que en Euskal Herria lo conocemos hasta límites extremos. La otra cara de la invasión total de la privacidad y el espionaje en internet supone la coercción hacia la libertad de expresión. Y en esto en Euskal Herria la historia también viene de atrás: Antes de que la mayoría de la población vasca supiera siquiera que era eso de internet, los estados ya tenían muy claro la potencialidad que podía tener para un movimiento de liberación nacional como el vasco al que se le ha sometido a la máxima censura, marginación y silenciamiento. Los ataques no se hicieron esperar desde el mismo momento de la presencia vasca en el ciberespacio. Durante 1996 diversas páginas web sufrieron ataques menores. Sin embargo, en 1997 la web Euskal Herria Journal fue objetivo de una gran campaña mediática con el fin de sabotearla ya que contaba con el mayor contenido alternativo en inglés sobre el conflicto en Euskal Herria .Consiguieron tumbar el servidor junto a cientos de páginas que también estaban alojadas en el mismo lugar. Posiblemente este fue el primer ataque directo en la red y organizado por el estado usando de tapadera a “incontrolados”. En el 2000 otra página vasca se vio obligada a cerrar. La de la Asociación Contra la Tortura que publicaba informes sobre las denuncias por torturas contra funcionarios públicos. La Agencia de Protección de Datos española alegó ilegal tratamiento de la información en una maniobra para censurar las denuncias de torturas. Por esas fechas ya estaba en activo una profunda campaña criminalizadora contra medios alternativos vascos preparando el terreno de lo que iba a venir. En el 2002, al calor de la ilegalización de Batasuna, el entonces juez español Garzón quería cerrar todas las páginas relacionadas con la izquierda abertzale, pero al estar muchas de ellas alojadas fuera de Euskal Herria y del estado español ordenó a los proveedores de internet que tomaran las medidas técnicas necesarias para que estas no pudieran ser accesibles desde dentro del estado. Los proveedores empezaron a utilizar proxys, técnica para acelerar la carga y el flujo de los datos entre el estado y el extranjero en este caso, pero en el estado español se empezó a utilizar para filtrar el contenido accesible desde el estado. Algo que de hecho es ilegal. Una forma de guerra sucia estilo GAL cibernético. Poco tiempo después se legalizaron estas prácticas mediante la ley que permitiría la censura como la LSSI. Mediante esa ley se podría cerrar cualquier web alegando el artículo 8 y obligar a los proveedores a bloquear las páginas que están en el exterior. Llegarían de esta manera el cierre censurador de webs como la del partido político Batasuna, del periódico Egunkaria o la de Basque red net entre otras. Por ejemplo, la empresa canadiense Tera-byte alegó para proceder al cierre, el absurdo de que “Basque-Red Net está actualmente catalogada como una conocida organización terrorista por el Gobierno canadiense”. Con el tiempo, a los cierres de webs se añadirían detenciones y cárcel. En julio del 2009 la guardia civil entró en la sede de la página web alternativa de temática juvenil Gazte Sarea realizando tres detenciones. Nueve imputados quedaron para juicio. Esta situación de represión y persecución dificultó su tarea informativa y en el 2010 se vio forzada a abandonar el proyecto. En el 2011, la página web Apurtu, testigo incómoda de la violencia de estado, tras una operación policial con cuatro detenciones fue clausurada por orden de la audiencia nacional y llevando a la cárcel y a la dispersión a Miguel Angel Llamas, “Pitu” . Diversos procesos ilegalizadores también servirían como excusa para cerrar innumerables webs de diversas agrupaciones a lo largo de los años. Recientemente hemos conocido el ataque , cierre y amenazas a una web de la organización juvenil Ernai o el cierre de decenas de páginas web y perfiles en redes sociales enmarcado en el operativo realizado contra Herrira. Como se expresa en el Manual de Seguridad Informática para Activistas: En un mundo que se parece cada día más a aquella distopía orwelliana, donde la intimidad no existe y maderos, cámaras de videovigilancia y servidores de red almacenan y vigilan nuestros pasos y datos en la red y en la calle. (…) La mayoría de espacios web que la sociedad utiliza diariamente con total normalidad y frecuencia forman parte de un entramado corporativo orientado al control y etiquetado de las usuarias. En esta sociedad la información es poder, y por lo tanto una mercancía muy valiosa sujeta a una lógica de mercado. Entidades fantasma almacenan y venden nuestros datos personales, nuestros gustos, nuestros miedos y los de las personas con las que nos relacionamos, para crear más campañas de márqueting, y aprender a manipular nuestros deseos con más sutileza y eficacia. Es triste, pero hay computadoras que saben más de nosotrxs que muchxs de nuestrxs colegas. Además, brigadas policiales especializadas entran en nuestros correos electrónicos, en nuestros perfiles de redes sociales y en nuestras conversaciones de chat; Direcciones IP actúan como un geolocalizador delatándonos… Y nosotrxs nos convertimos en cifras atrapadas en la red. Lo cierto es que al menos de momento parece que hay limitadas posibilidades de revertir esta situación de control, espionaje y censura pero los y las de abajo siempre encontrarán medios y formas para abrirse paso.También en la red. Y es que al fin y al cabo, ganar esta cyberguerra también solo se hará con la derrota del capitalismo. En nuestro caso, añadido a eso, con la liberación nacional.
 

Enlace al artículo: https://www.lahaine.org/dY4I