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Mundo :: 11/12/2013

Por qué "ellos" lloran a Nelson Mandela

Jean Levy
Lo que celebran de Nelson Mandela es haber permitido a la minoría blanca y a las multinacionales extranjeras mantener el control sobre el aparato de producción sudafricano

La prensa, la radio, la televisión, están de luto: todos lloran la muerte de Nelson Mandela. ¿Celebran al hombre que luchó contra el apartheid y que pagó su lucha con 27 largos años de prisión? ¡No! El coro de plañideras evoca la resistencia del hombre, por supuesto, pero pasando rápido sobre este episodio. Lo que molesta a los medios de comunicación es el papel desempeñado por el líder sudafricano entre los que llaman a la "reconciliación" entre la burguesía blanca torturadora de todo un pueblo negro y sus víctimas, ayer consideradas como esclavos.

De hecho, lo que celebran de Nelson Mandela es haber permitido a la minoría blanca sudafricana y a las multinacionales extranjeras mantener el control sobre el aparato de producción sudafricano, no haber cambiado nada en las relaciones sociales entre explotados y explotadores: los esclavos al servicio del capital blanco se han convertido en trabajadores "libres" que continúan ferozmente explotados al servicio de ese mismo capital blanco.

Ciertamente, una franja reducida de la mayoría negra ha podido acceder marginalmente a fuentes de beneficios; en particular, por la corrupción.

Pero como algunos periodistas tuvieron que admitir, el fin del apartheid no ha cambiado nada en cuanto a la explotación, y la miseria en la República sudafricana sigue siendo tan grande hoy en día como ayer para la gran masa de la población negra.

Ciertamente, en términos de libertad individual, ya no son víctimas diarias de la brutalidad bestial y el desprecio de los blancos. Aunque socialmente, los negros siguen siendo objeto de una feroz represión de la policía, si se atreven a oponerse a la explotación económica de la que son objeto.

La reciente masacre de decenas de mineros africanos en huelga por las fuerzas "del orden capitalista" confirma que el final del apartheid no cambió nada en este sentido. Es el Mandela protector de la clase propietaria el que ahora es agasajado por los medios de comunicación. Y no el combatiente del sistema del apartheid.

De lo contrario, nuestros periodistas, nuestros llorones políticos, no llevarían en sus corazones el régimen de apartheid que existe hoy en tierras palestinas, donde la minoría judía discrimina día tras día a la población árabe, ejerciendo sobre ella una dictadura militar sobre un territorio robado, en abierta violación de todos los derechos naturales de ese pueblo y de las votaciones de las Naciones Unidas.

Nelson Mandela ha tenido mucho mérito por su acción y su valor, lo que le privó de su libertad durante 27 largos años. Pero cuando llegó el día de su liberación, en 1994, la pertenencia a la burguesía negra dominó su acción política.

No fue ese el caso de otros dirigentes de la Resistencia, combatientes del Congreso Nacional Africano y del Partido Comunista sudafricano, fieles a su pueblo y a sus convicciones, y que fueron eliminados físicamente, justamente después de la liberación de su país.

Para ellos, por supuesto, ho hubo memorial Guetta.

Comité Valmy

 

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