"Si la violación es inevitable, relajate y gozá"

Zoe tiene 16 años y fue víctima de una violación en diciembre del año pasado. Estaba en una plaza a pocas cuadras de su casa, en la localidad bonaerense de Moreno, cuando una de sus amigas le advirtió: “Vino Ariel y quiere hablar con vos”. Ella ya sabía quien era; un varón de 24 años que vivía a metros de su casa y que le insistía para que salieran juntos a pesar de estar casado y tener una hija. Él la apartó de su grupo de amigos y se sentaron a charlar. “Estoy enamorado de vos”, le dijo. La adolescente repitió que no sentía lo mismo, pidió que no la molestara más y amagó a irse. Ariel Maximiliano Roque no la dejó: le pegó varias veces y la llevó a una parte oscura del parque para violarla.    

Pasaron los días y Zoe calló por miedo. La primera que se dio cuenta de que algo le pasaba fue Florencia, su hermana. La notaba rara, como distraida. Por eso trató de acercarse, le preguntó si estaba bien y le dijo que confiara en ella. Zoe se largó a llorar y le contó. A las pocas horas se acercaron a la Comisaría de Paso del Rey para hacer la denuncia y un médico la revisó en el hospital: determinó que tenía signos de abuso sexual que coincidían con su relato.

“Mi hermana está mejor. No quiere que le pase a ninguna otra chica y tiene ganas de que se haga justicia”, dijo Florencia a El Furgón. Ella se animó a hablar con distintas organizaciones feministas para generar acciones para proteger a su hermana. Una de ellas fue no revelar su verdadero nombre para preservar su identidad. Apenas generó vínculos con otras mujeres, una amiga le mandó una captura de pantalla al whatsapp: el caso había salido en TN [canal de TV] y en varios diarios sin el consentimiento de la familia. Florencia se indignó. Sospechó que los medios llegaron a él a través de la policía, porque sólo lo sabía su círculo íntimo.

A la revictimización que sufrió Zoe por parte de los periodistas se sumó la de la fiscal María Gabriela Urrutia de la UFI N°8, donde recayó la causa. Dijo que lo que sucedió “era cosa de chicos”, “de noviecitos”, cuando en realidad la adolescente había rechazado las insinuaciones de Roque en varias oportunidades. “Una vez que Zoe declaró ante ella cambió su postura y le prometió justicia”, aseguró Florencia. Pero ante la falta de respuestas, distintas agrupaciones sociales y feministas organizaron un escrache a la fiscalía días antes del festejo de año nuevo. La consigna fue “Violencia ‘por amor’ nunca más”.

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En diciembre Zoe no pudo evitar el ataque. No pudo defenderse, ni huir y su miedo aún no se fue: ve pasar a su agresor, de vez en cuando, por la puerta de su casa con actitud desafiante y siente que los vecinos la miran con desprecio. Ayer se enteró de lo que dijo Humberto “Cacho” Castaña en el programa de América TV “Involucrados, aquí y ahora” conducido Mariano Iúdica y no disimuló su bronca. “Si la violación es inevitable, relajate y goza”, escupió el cantante al micrófono desde Mar del Plata, después hablar de las mujeres de una forma despectiva. Algo similar, también aberrante, había dicho Gustavo Cordera: que las mujeres histéricas “necesitaban ser violadas”. Ambos personajes tuvieron que salir con la cabeza gacha a pedir disculpas. “No es mi característica ofender a una mujer, sino todo lo contrario  […] lo único que quiero explicar es que dije un refrán viejo que, en mi época, era muy divertido”, se excusó Castaña, que tiempo atrás escribió la canción “Si te agarro con otro te mato”.

Al hacer uso de su fama para dar esas declaraciones olvidaron (o desconocían por completo) las cifras de la Unidad de Ejecución Penal de la Procuración acerca de los ataques sexuales registrados en 2016: hubo más de 50 denuncias por día, el 93 por ciento  fueron de mujeres y más de la mitad se correspondieron con víctimas menores de edad. Y siguieron amontonándose hasta hoy.

Lo dicho por Cacho Castaña en el programa de la tarde se viralizó en cuestión de minutos en las redes sociales con el hashtag #NoEsNo. Junto con el repudio masivo, dos mujeres famosas hicieron un descargo en sus perfiles de Facebook para denunciar situaciones de acoso por parte del cantante.

La artista Vicky Buchino lo acusó de haberse tocado los genitales frente a ella en su auto. El le había prometido ayudarla para que grabe su primer disco. “Nos despedimos ante la promesa de hablar un par de días después y de repente, cuando me iba a bajar, me dijiste que esperara. Comenzaste a decirme que yo ‘te volvía loco’, que ‘mi piel’ mi ‘boca’ y bla bla bla. Pero no te conformaste con eso, comenzaste a masturbarte. En mi ‘face’, mientras hablabas de mis ‘atributos’. Yo, como en las películas, no encontraba (seguramente por el pánico) la manija del auto. Cuando la encontré, te dije algo… no recuerdo. Y salí corriendo para despertar a mi mamá y contarle todo”, escribió. Otra de ellas fue la cantante Isabel De Sebastián. Aseguró que una vez la siguió con el auto mientras caminaba en la calle y la invitó a subirse. “Tarada, soy Cacho Castaña, vos te la perdés, idiota!”, le contestó él cuando ella dijo que no le interesaba la propuesta.

Los periodistas no detuvieron el móvil y el conductor justificó el comentario misógino. “¿Qué podía hacer? ¿Lo educo? ¿Lo saco del aire? No deja de ser Cacho Castaña”, dijo Iúdica en una entrevista radial horas después. Pero el aporte a la cultura de la violación no fue ingenuo. “Hay que dejarse de joder con que la sociedad está sensible y que cualquier cosa que decís es ‘me discriminás’, todo es discriminación, tenés que cuidarte con lo que decís porque es un quilombo”, se adelantó el cantante. Era conciente de lo que generarían sus palabras en una sociedad donde más de una mujer es asesinada cada día por algún hombre violento. No le importó.

“A mi me violaron cuando yo tenía ocho años, hasta el día de hoy me atormentan las imágenes. El dolor nunca se fue […] Quien diga “Relajate y goza” de una violación es porque alguna vez violó a alguien”, escribió una joven en su Twitter. Zoe se lo dijo a su hermana: que seamos mujeres no significa que tengamos que bancarnos vivir ese tipo de situaciones. Tampoco a los personajes públicos a los que se les “escapan” comentarios machistas.

El Furgón