En su discurso inaugural de las sesiones legislativas del pasado sábado 1, la presidenta Cristina Fernández realizó el tradicional balance de la gestión kirchnerista. En el se refirió duramente a las protestas sociales y cortes de ruta, para las que reclamó la aprobación de una "norma de respeto y convivencia urbana" , criticó a los docentes por sus demandas salariales y justificó la condena a los petroleros de Las Heras, entre otros temas polémicos que abordó, y que generaron duras respuestas de parte de toda la izquierda, que coincidió en calificar al discurso de "derechista" y "represor", y contra los derechos de los/as trabajadores/as.