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Nacionales E.Herria :: 11/03/2014

EHK ante las próximas elecciones europeas

Euskal Herriko Komunistak
Desde EHK creemos que toda esta cuestión es delicada y se debe mirar bajo el prisma de la dialéctica

Próximamente se celebrarán las elecciones al Parlamento Europeo en un clima de aparente “optimismo” sobre la supuesta e incipiente recuperación de la crisis capitalista. Digamos que se sueña con lo que se puede. No hace mucho las elites europeas ambicionaban, en el marco de la estrategia de Lisboa, convertir a la Unión Europea en “la economía del conocimiento más competitiva y más dinámica del mundo capaz de una mejora cuantitativa y cualitativa del empleo y de una mayor cohesión social”.

Como todo el mundo puede observar, la iniciativa de las decisiones políticas y económicas tiene su origen en Bruselas, lo que no deja de aumentar el abismo entre las medidas adoptadas a escala continental y la vida diaria de los trabajadoresy trabajadoras. Este abismo va a seguir aumentando. En este contexto de imposición es simplemente inconcebible la emergencia de una mayoría de izquierda ( ni tan siquiera eurokeynesiana) en ruptura con el neoliberalismo y las lineas generales por las que camina la UE.

Por todo lo anteriormente dicho y por otras razones varias, sobre la izquierda revolucionaria planea, una vez más, la cuestión de si se debe o no participar en los comicios o en su defecto, apoyar a otras formaciones que buscan ganar representación en las instituciones políticas democrático-burguesas de la UE. En este debate parece no existir un punto intermedio, ya que unas fuerzas, de forma mecanicista, arguyen que la participación electoral, por si sóla, ya genera una legitimación del sistema al que se pretende combatir y otras, las que participan, afirman que sólo desde dentro del entramado institucional burgués es posible transformarlo. Ambas posiciones acaban muchas de las veces en punto muerto, bajo parámetros idealistas de unos y el reformismo de los otros.

Desde nuestro punto de vista creemos que es un error dar semejante centralidad en los debates a esta cuestión al calor de cómo se encuentra actualmente la Izquierda revolucionaria en Europa. Sin embargo, la cuestión electoral y el parlamentarismo son quizá dos de las cuestiones que mayores complejidades encierran a la hora de trazar la linea en la lucha de cualquier movimiento u organización revolucionaria. El uso de las instituciones políticas democrático-burguesas con fines revolucionarios está lleno de potenciales peligros, unos peligros que pueden provocar la liquidación total de los movimientos y las organizaciones revolucionarias si no son previamente analizados y constantemente superados por la praxis, máxime si reconocemos además que la democracia parlamentaria burguesa se ha asentado con fuerza y ha echado raíces en la conciencia colectiva de la gran mayoría de la masa trabajadora del occidente europeo incluído Euskal Herria.

Desde EHK creemos que toda esta cuestión es delicada y se debe mirar bajo el prisma de la dialéctica, pues si bien la lucha institucional de una organización revolucionaria o su apoyo a ésta, puede conducirla a su fin, no es menos cierto que su utilización correcta tácticamente es un medio más para alcanzar los objetivos estratégicos planteados y una forma de no caer en un “aislamiento estrategista”.

En Euskal Herria

En lo que concierne a nuestro País, es imprescindible que los comunistas abertzales tengamos claro cuáles son los criterios, la naturaleza y la forma del apoyo a la participación electoral para las instituciones políticas en la estructura de la UE. Dicho lo anterior, para Euskal Herriko Komunistak (EHK) las elecciones europeas no son más que una cuestión táctica que no reviste mayor importancia y por lo tanto no ocupa ninguna centralidad en nuestros debates... por el momento. En este sentido los comunistas vascos debemos demostrar capacidad para conjugar la firmeza de principios en la estrategia de Independencia y Socialismo con la flexibilidad táctica acorde a dicha estrategia. Evidentemente, esta flexibilidad táctica debe de tener en cuenta las condiciones particulares de nuestra nación (respecto a la libertad nacional) y de las correlaciones de fuerzas entre clases (respecto a la liberación social) y que ambas cuestiones por tanto pueden ser logradas en distintos tiempos, siendo las dos caras de una misma moneda, pero que dependen también del curso de los acontecimientos a nivel internacional y de nuestra capacidad de mediatización en nuestro País. Mediatización, por otra parte que ha sido lograda por nuestra Izquierda Abertzale tanto en ámbitos españoles, franceses como autonómicos, y que ha hecho mucho daño tanto a la dominación hispano-gala como a la burguesía regionalista de PNV-UPN, y por esto, desde comienzos de la “transición” y hasta ahora mismo, una de las constantes de los sucesivos sistemas represivos ha sido la de debilitar o anular del todo su práctica en este campo, haya sido esta puntual o constante. Su punto culminante se alcanza con las ilegalizaciones a las que fue sometida el conjunto de la Izquierda Abertzale bajo el un estado de excepción encubierto y que hoy día sigue estando vigente. Sin embargo, hay quien plantea que en la actualidad, reinstaurada la Izquierda Abertzale en el sistema, desde Sortu (sobre todo) se está transmitiendo la idea de que la lucha institucional es más importante que el resto de frentes y que por lo tanto, esta decisión provocará la inevitable inclinación de la formación política hacia la asimilación sistémica cuya verificación es una cuestión de tiempo, lo cual es posible que se produzca en un futuro pero no necesariamente tiene por qué llegar a materializarse o ser cierto de antemano.

No se puede negar que en el contexto actual, Sortu se plantea la lucha institucional y las elecciones como medio de acumulación de fuerzas. Objetivamente desde EHK debemos añadir que, ir a unos comicios puede servir durante un período de tiempo para conquistar a grandes sectores de la clase trabajadora vasca, sin embargo sabemos que también existen otros que no se van a sumar a un movimiento político mediante la participación dentro de las instituciones burguesas. La Izquierda Abertzale posee esa dualidad. A estos sectores de trabajadores y trabajadoras hay que ofrecerles una alternativa estratégica para poder generar la tan ansiada hegemonía que necesita nuestro pueblo y conseguir desbancar a las fuerzas que nos tienen amarrados al actual status quo.

En conclusión, es verdad que hay una acumulación de fuerzas cuantitativa que se expresa en la vía institucional pero que existe otra acumulación cualitativa, de mayor poder emancipatorio y compromiso que se materializa en la “Vía vasca” mediante su experiencia en la gestión de su poder político a través de la confrontación frente al Estado, lo que genera una masa crítica que carga con todas las consecuencias y con los aspectos más duros y difíciles de la lucha emancipatoria en términos estratégicos. Creemos en definitiva que la experiencia histórica ha demostrado que el Estado burgués o las estructuras supranacionales capitalistas no pueden ser destruidos desde fuera exclusivamente sino que se requiere de una gran habilidad política para cercenarlas desde dentro acompañando todo el proceso con una masa crítica capaz por una parte, de empujar a la masa cuantitativa hacia posiciones revolucionarias y de otra, liquidar completamente el andamiaje capitalista autonómico, estatal o supranacional.

 

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