
A los hechos de injusticia cotidiana que sufrimos los colombianos se suman otros que causan indignación, entre los que se cuentan las burlas y continuas mentiras de que somos víctimas y el arrodillamiento ante el imperio rapaz de los que tienen el poder.
Mientras que el gobierno no tiene respuestas y los problemas siguen olvidados en los planes, la miseria y el desempleo, los excluidos de la salud y educación, crecen en el país. En cambio abundan los afanes por enriquecer a los de siempre, por recortar la inversión social e imponer nuevos tributos para la guerra injusta de la oligarquía, por barrer obstáculos y otorgar ventajas al presidente para que prolongue, por cuatro años más, su mandato.
Esta situación refleja la lógica capitalista en que se mueve el país, donde se benefician unos cuantos en perjuicio y contra de todo el pueblo. El papel que cumple Uribe Vélez, quien defiende mejor los intereses del imperio y la oligarquía, es el que necesitan y por ello quieren que siga mandando.
Fuera de las realizaciones virtuales, producto de la imagen que proyectan los encuestadores de oficio, y las traiciones a la patria, no tiene qué mostrar como resultados a favor del país.
Lleva casi tres años de mandato y de triquiñuelas en el mercado de la corruptela parlamentaria, cambiando puestos, contratos y demás canonjías por votos. En el primer año los negociados fueron en pro del referendo que se hundió y en los dos últimos para su reelección en el 2006.
Tres años beneficiando los grandes gremios económicos con la destrucción de sindicatos, la reducción de salarios, el recorte de las pensiones y el despido de miles de trabajadores, mediante las privatizaciones y el cambio de razón social de empresas rentables del Estado.
Tres años de quiebra y cierre de los hospitales y universidades públicas mediante planes premeditados, en que se les asfixia financieramente para que sean ineficientes y así justificar el cierre o entrega a la voracidad de los inversionistas privados.
Tres años bajo la máscara de la "seguridad democrática", en que se han fortalecido la estructura terrorista del Estado y la guerra sucia para destruir el movimiento social y la oposición política, se ha aceitado la maquinaria electoral de los "señores de la motosierra", a la vez que pretende maquillar su imagen, perdonarle las penas y hacer que se olviden sus crímenes atroces.
Tres años prometiendo ganar la guerra interna, que por injusta no la gana sino que se profundiza extendiendo los sufrimientos y haciéndola más dolorosa e incierto su fin, sobre todo a partir del momento en que el conflicto colombiano sirve de pretexto en la estrategia de los Estados Unidos para destruir la Revolución Bolivariana de Venezuela.
Dentro de esa estrategia se entiende por qué niega la existencia del conflicto interno y por tanto la solución política está por fuera de la agenda del presidente. Tiene consistencia la afirmación de Bush cuando califica a Uribe Vélez como el Presidente amigo de Estados Unidos más leal del continente.
Por lo anterior hay que mirar el conflicto colombiano con un anteojo de largo alcance, pues bajo el pretexto de cooperación en la lucha contra la insurgencia y el narcotráfico, el gobierno de los Estados Unidos ha donado 3.000 millones de dólares en los últimos años, mantiene 2.000 agentes en la embajada de Bogotá, más de 1.500 soldados en bases militares estratégicas cercanas a la frontera y oficiales de alta graduación dirigiendo los planes militares y la reestructuración en los Comandos Unificados.
El Comando Unificado del Norte tiene adscritos 50 mil efectivos en la frontera con Venezuela, supuestamente para combatir al ELN y las FARC y el del Sur, con 18 mil soldados, supuestamente para capturar al Secretariado de las FARC.
Pero esos no son más que pretextos para afinar desde Colombia los planes contra la Revolución Bolivariana. La presencia en Cartagena, hace unas semanas, de Douglas Fleit, Subsecretario de Defensa de Estados Unidos, en la inauguración del Comando Unificado del Norte con el fin de evaluar supuestamente el "estado de la seguridad’, y la visita de Condoleeza Rice a Bogotá y otros países de la región presionando la condena al gobierno de Chávez son movimientos encaminados a estrechar el cerco y desestabilizar a Venezuela.
La reunión del General Bantz Cradoock, jefe del Comando Sur del ejército de EEUU, con la cúpula militar colombiana que está realizándose en estos días de mayo, confirma con toda claridad el creciente interés gringo por involucrarse más fondo en pos de sus intereses en la región, convirtiendo a Colombia en una cabeza de playa bajo su total control, con la venia del gobierno de su "mejor amigo".
Sería ingenuo pensar que los vientos de la guerra soplan en otra dirección y no tienen nada que ver con Caracas, que la presencia ilegal de tropas gringas en Colombia no es la avanzada y que los soldados colombianos no están incluidos en los planes agresivos del imperio contra el proceso revolucionario de los hermanos venezolanos.
Es muy grave lo que está ocurriendo, sin que el país conozca la verdad y alcance a entenderlo. Muy grave para Colombia y el continente, que terminará involucrado en el conflicto interno que el gobierno de los Estados Unidos tiene planificado llevar más allá de la frontera colombiana.
Los gobiernos de los demás países de América Latina, confundidos con la propaganda que reduce el conflicto interno a un problema de narcotráfico, violencia y "amenaza terrorista" de la guerrilla, se solidarizan con Uribe Vélez, sin visualizar los planes en que anda.
Esa es la ruta en que va el gobierno de Colombia. Contra ellos debemos juntar las fuerzas, levantar en lo más alto las banderas por un mundo mejor y gritar para que se oiga en todos los rincones de América Latina: Hasta aquí llegamos y ¡BASTA!
El ELN invita a que unamos las manos y las voluntades por la solución política al conflicto interno social y armado y en defensa del derecho de los hermanos venezolanos a construir su propio destino.
A rechazar la presencia de tropas gringas en el territorio colombiano y la intervención del gobierno de los Estados Unidos en los asuntos internos de nuestros países.
A que ningún colombiano se preste para la guerra de los Estados Unidos contra la Revolución Bolivariana. Son nuestros hermanos y estaremos al lado del pueblo venezolano con el espíritu de Bolívar.
A que nos sumemos contra la reelección de Uribe Vélez y contra la guerra interna y más allá de nuestras fronteras.