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Estado español :: 10/05/2014

Crónica de la huelga de estudiantes en Burgos del 8 de mayo

Víctor Atobas / Burgos Dijital
En definitiva, la huelga del pasado 8 de mayo supuso la reafirmación de que hay que construir movimiento estudiantil.

El pasado 8 de mayo, una nueva convocatoria de huelga llegaba a las aulas de la ciudad. La denuncia de la mercantilización de una educación autoritaria, ordenada según las necesidades de la división del trabajo y no del conocimiento; junto con las dificultades presentadas a miles de estudiantes, que no pueden pagar las tasas, incrementadas de forma exponencial durante los últimos años, o que han dejado de recibir becas-recortadas, se encontraban entre los argumentos de la huelga.

A las 11:30h de la mañana había convocada una asamblea, que se suspendió debido a la escasa afluencia de manifestantes, que media hora más tarde salían en manifestación, recorriendo las calles céntricas de la ciudad.

Ante tal panorama, lo recomendable sería echar la vista atrás; el movimiento estudiantil de Burgos llegó a convocar, durante 2012 y 2013, manifestaciones con seguimientos de hasta 5.000 estudiantes, iniciativas de lucha como encierros o campañas contra la vigilancia y el control en la Facultad de Humanidades.

El proceso de burocratización de las organizaciones sindicales de los y las estudiantes, vinculadas en la mayoría de ocasiones a partidos políticos, se tradujo en la desmovilización y la pérdida de iniciativas, así como de convocatorias que, con el transcurso del tiempo, fueron “disgregándose”. Una convocatoria era lanzada en todo el Estado, y en Burgos, dependiendo de qué organización fuera la impulsora de la huelga a nivel estatal, se apoyaba o no.

Otra de las consecuencias del proceso fue que los sindicatos perdieron la conexión con el estudiantado, de modo que no había una militancia de base, y sí una “dirección” de unas poc@s militantes concienciados, más ocupados en los asunto de partido. Con el transcurso del tiempo, el movimiento fue fragmentándose en distintas organizaciones, de modo que incrementaron las dificultades de coordinarse y construir.

En este sentido, construir movimiento estudiantil es un trabajo que parte de los problemas cotidianos y concretos de la estudiante; tomando conciencia, formándose para contrarrestar la autoridad, fomentando el pensamiento crítico e independiente del estudiante así como la labor sindical, en las asambleas de base, junto con l@s compañer@s de clase; es entones cuando se puede movilizar un centro.

En este caso, las organizaciones actuarían como herramientas de la estudiante; para organizarse y luchar, compartiendo los problemas y experiencias; dotándose de herramientas.

En definitiva, la huelga del pasado 8 de mayo supuso la reafirmación de que hay que construir movimiento estudiantil.

 

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