Si se puede. Fin del encierro en el colegio público Carlos Cano de Fuenlabrada

El proceso de escolarización 2014/2015 de Fuenlabrada se ha convertido en una mezcla de desinformación y recortes. Esto encendió la mecha de las comunidades educativas de dos centros públicos de la localidad y ha puesto en evidencia el proceso de privatización encubierta que supone la aplicación del decreto 29/2013 de libertad de elección de centro escolar.

CIDESPU (Ciud@d@nos En Defensa de la Escuela Pública) Ayer finalizó el encierro que empezaron el martes familias, alumnado y profesorado del CEIP Carlos Cano, de Fuenlabrada (Madrid). El origen de esta situación, que ha durado dos días y medio, está en la amenaza –por parte de la Consejería de Educación de la Zona Sur de Madrid- de reducir aulas para el curso que viene. En el que acaba (curso 2013-14) el Colegio Carlos Cano tenía un total de cinco grupos de 4º de Primaria y seis grupos de 5º de Primaria. La asignación para el curso 2014-15 iba a ser de cuatro grupos de 5º de Primaria -con un número de 29 alumnos por aula, con 8 alumnos con necesidades educativas especiales- y la asignación para 6º de Primaria de cinco grupos -con una ratio de 28 alumnos, con 13 alumnos con necesidades educativas especiales- suponiendo, para el próximo curso, una reducción de dos unidades de Primaria y la consiguiente masificación de dichas unidades y merma en la calidad educativa impartida por dicho centro público. Hoy, los encerrados han recibido la información de que la Consejería daba marcha atrás para no llevar a cabo el insensato proyecto. Con su solidaria lucha reivindicativa han conseguido la victoria que perseguían lo que puede servir de ejemplo a los estamentos del Colegio Arcipreste de Hita, también de la misma localidad. En la asamblea que ha tenido lugar esta tarde tras el encierro, han manifestado su apoyo y adhesión al Colegio Arcipreste de Hita. Por su parte, en el Colegio Público Arcipreste de Hita las familias cumplen hoy diez días de encierro, que no piensan abandonar hasta que consigan que se abra una segunda aula para los veinte niños y niñas que habiendo solicitado este centro, se quedan sin plaza con el agravio comparativo de que en el colegio concertado colindante, con menos matrículas, el próximo curso disfrutarán de dos aulas más por decisión de la Consejería de Educación de la Comunidad de Madrid, atentado así contra el derecho de las familias a elegir un centro público para la educación de sus hijos. La actitud de toda la comunidad educativa unida -familias, alumnos y profesores- ofrece una lección importante: con unidad y lucha, SÍ SE PUEDE.