La respuesta progre (lo que en los países anglosajones denominan en inglés liberal) consistiría en ignorar el fenómeno para no darle importancia y respetar la libertad de expresión, un derecho inalienable en una sociedad que se considere libre (algo nos suena por aquí del autobús del odio de Hazte Oír).
El derecho a la libertad de expresión ha sido esgrimido por el fenónemo de ultra derecha alt-right ("derecha alternativa"), que utilizándolo como escudo y con una estrategia de comunicación muy adaptadas a la juventud (su ámbito principal es internet), ha sido capaz de hacerse un público, principalmente de varones blancos jóvenes.
Frente a esta concepción, está la de quienes proponen responder al fascismo ahí donde intente tomar las calles, ya sea de forma pacífica, o respondiendo a la violencia que los fascistas siempre traen consigo.