Sobre el FIT afirma que, si bien se ha instalado como una referencia nacional de izquierda, “hasta ahora no ha logrado actuar de manera hegemónica, no se propone liderar, asumir como propia las demandas y aspiraciones de amplios sectores que no están traducidos de manera automática al lenguaje de clase”. Asimismo, sobre las tradiciones revolucionarias en Nuestra América, sostiene que “el socialismo, el nacionalismo revolucionario, el ecologismo y feminismo consecuentes, la tradición del socialismo marxista, el indigenismo, el cristianismo tercermundista, son razones revolucionarias que se alimentan y entrecruzan y a su vez componentes claves en los procesos que hemos vivido en la historia latinoamericana”.