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Estado español :: 27/05/2016

¿Por qué podemos hace más daño a la revolución bolivariana que el Partido Popular?

Cristóbal García Vera
El diputado tinerfeño Alberto Rodríguez (Podemos) refuerza la campaña contra Venezuela

El lunes 3 de marzo de 2014, nuestro compañero de redacción Máximo Relti denunciaba públicamente, desde las páginas de Canarias-semanal, una actitud de Pablo Iglesias que por aquel entonces constituía una novedad.  Con su silencio, apenas dos días antes el líder dePodemos había otorgado la razón al periodista Eduardo Inda, cuando éste le echó en cara, durante un programa de La Sexta Noche, su"apoyo a la dictadura venezolana".

    Iglesias, por supuesto, disponía de argumentos suficientes para dejar en evidencia al tertuliano ultraderechista. Podría haber aprovechado la ocasión para aclarar a su multitudinaria audiencia  lo que realmente estaba sucediendo en Venezuela, donde las clases sociales dominantes, con el permanente apoyo de la injerencia externa, tratan de liquidar definitivamente un proceso emancipador que ha ofrecido esperanzas de cambio a toda Latinoamérica.  Sin embargo, prefirió callar de manera cómplice para evitar perder votos de su electorado transversal "ni de izquierdas ni derechas".

   Entonces, fueron muchos los que no entendieron la oportuna crítica de Relti. No obstante, muy pronto su tendencia a intercambiar supuestos principios por sufragios y la aceptación del establishment  también llevaría a Pablo Iglesias a asumir la Monarquía española, elEuro, la Unión Europea y hasta la permanencia del Estado español en la  OTAN, la mayor organización terrorista del planeta.

   En lo que respecta al caso venezolano, aquel silencio sería solo la primera de otras muchas traiciones. Los dirigentes de  Podemos, que en su día obtuvieron el reconocimiento en los ámbitos de la izquierda por su supuesta labor como "asesores" del chavismo, decidieron implementar una estrategia para distanciarse públicamente de una experiencia que suponían que  “no vendía en España”. Pensando solo en sus propios réditos electorales, comenzaron a callar, sistemáticamente, cuando en su presencia se denunciaba la "persecución y encarcelamiento de los disidentes en Venezuela" o se afirmaba que "Nicolás Maduro tenía las manos manchadas de sangre".

   Con dicha estrategia han hecho -y continúan haciendo- un daño al proceso bolivariano incluso superior al  provocado por los ataques de la derecha tradicional. Justo cuando este proceso se encuentra en su momento más delicado, y la campaña contra Venezuela arrecia, el hecho de que el grupo  político que se había identificado como "chavista" se muestre incapaz de defender al gobierno de Nicolás Maduro se ha convertido, para la opinión pública española, en una constatación irrefutable de la versión mediática oficial.

  "Efectivamente  -debe concluir la mayoría de la población sin otros referentes informativos ni políticos -  tiene que ser cierto que Maduro ha impuesto una dictadura que encarcela, mata opositores y hambrea a la población por pura maldad, porque  ni Podemos se atreve a negarlo".

   Y no solo no lo han negado, sino que, sumándose al coro mediático como se le reclamaba,  Pablo Iglesias llegaba a "criticar" que se haya encarcelado al golpista Leopoldo López, según él,  "solo por hacer política".

 EL DIPUTADO TINERFEÑO ALBERTO RODRÍGUEZ, DEL PCE E IU AL CORO CONTRA VENEZUELA

 En la misma línea se pronunciaba este jueves el diputado de Podemos por Sta. Cruz de Tenerife, Alberto Rodríguez.

 “A nosotros nos duele enormemente que se esté usando el sufrimiento de 25 millones de venezolanos. La situación es muy grave y este hecho se está utilizando como arma arrojadiza en la política interior de este país para atacarnos y difamarnos"- afirmaba Rodríguez a El Diario de Avisos, evitando también explicar la guerra abierta de la  burguesía venezolana y la injerencia extranjera que explican este sufrimiento. 

   Lejos de apuntar alguno de estos factores, que permiten entender la situación crítica que se vive en Venezuela, el diputado tomó la mayor distancia posible del Ejecutivo chavista, reforzando el discurso utilizado para justificar cualquier tipo de intervención en el país latinoamericano. 

  “Mi opinión es clara  -sostuvo-  en Venezuela se tiene que respetar la democracia y debe cumplirse la ley. La oposición ganó de forma abrumadora las últimas elecciones legislativas y eso es algo que debe ser respetado por el Gobierno de Maduro”.

  En realidad, las declaraciones de Rodríguez, en las que cuestiona la legitimidad democrática del gobierno bolivariano, no han sido muy  diferentes a las de sus compañeros de partido. Hay, en cualquier caso,  quienes podrían considerarlas incluso más rechazables que las de éstos, por la trayectoria política del “diputado de las rastas”.

   Y es que, según  informaba hace escasos meses el recomendable blog de “El viejo Topo", el hoy diputado por Sta. Cruz de Tenerife fue militante del Partido Comunista de España e Izquierda Unida hasta junio de 2015.

  De acuerdo a las informaciones de primera mano recogidas en ese digital, el político llegó incluso a presentarse a las elecciones primarias en IU para el Cabildo de Tenerife  y fue después de perderlas cuando comenzó a otear nuevos horizontes más propicios para su medro personal.

  Al parecer, aún acudió el día 22 de mayo de 2015 al  mitin final de IU en Santa Cruz de Tenerife, en los comicios autonómicos que se celebraron aquel año y, como un militante más, aplaudió fervorosamente a los  intervinientes. Pero hete aquí, que unos  40 días después de las elecciones comunicó por teléfono al Secretario del PCE de Canarias que se daba de baja de este partido y, por lo tanto, también de IU.

   Solo unos días después era designado  para encabezar la lista al congreso de Podemos por la provincia occidental canaria, por los"democráticos" dedos de la dirección madrileña.  Una secuencia de acontecimientos que indica, lógicamente, que Rodríguez debía haber entablado conversaciones secretas con los dirigentes de la formación morada cuando aún estaba en Izquierda Unida.

   Significativamente, hoy, aunque ambas formaciones reformistas han vuelto a confluir, Alberto Rodríguez se esfuerza también por establecer distancias con su inmediato pasado.

   “Izquierda Unida  tiene una ideología más marcada, Podemos es una  fuerza transversal, amplia y diversa. –concluye el político que reclama “democracia” para Venezuela, en una bochornosa manifestación de oportunismo político.

canarias-semanal.org

 

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