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Pensamiento :: 20/06/2016

El cambio político

Borroka garaia da!
En 1982 el PSOE ganó las elecciones españolas con el lema “por el cambio”.Desde entonces ese lema se ha convertido en tópico usado por todas las fuerzas políticas

Un cambio político es la transformación que se opera en un sistema político determinado y en todos sus componentes principales. Es por tanto el paso cualitativo de las bases de un sistema a otro diferente.

En 1982 el PSOE ganó las elecciones españolas con el lema “por el cambio”. Desde entonces y hasta hoy ese lema se ha convertido en tópico usado indistintamente por todas las fuerzas políticas y siempre con el mismo significado. No el del cambio político sino el cambio de sus gestores.

El proyecto socialdemócrata de aquel PSOE de los 80 nunca puso en cuestión las bases políticas que fueron diseñadas bajo la reforma franquista dirigida por la comunidad internacional de los de arriba controlada por EEUU con el objetivo de liberar a la oligarquía y burguesía española de las limitaciones de un régimen económico franquista que no rentabilizaba a fondo la explotación además de asegurarse que el estado español se integrara bajo su órbita de control directo a través de la OTAN y la Comunidad Económica Europea que pasaría a llamarse UE a principios de los 90. El papel del PSOE lejos del cambio político no fue más que apuntalar lo que las elites económicas tanto españolas como internacionales tenían reservado para el estado español, algo que en ese contexto de peligro de ruptura democrática e independencia vasca solo podía hacerlo un partido que tuviera las palabras socialista y obrero en sus siglas.

Desde entonces hasta la crisis económica de hoy  que se inició hace unos años no ha cambiado nada el estado español. No al menos en el sistema político y sus componentes principales. El régimen post-franquista sigue manteniendo  lo que Franco dejó “atado y bien atado”, la oligarquía y la burguesía están en pleno control del sistema, independientemente de quien lo gestione y nunca se ha salido de la influencia del capitalismo europeo a través de la UE y del imperialista brazo armado de EEUU.

Ningún conocido partido español que se presenta a las elecciones este 26 de junio tiene intención de ningún cambio político, ya que ninguno propone un cambio de sistema, ninguno propone dejar atrás el control de la oligarquía y la burguesía, ninguno propone salir de la OTAN ni de la UE, ninguno reconoce el derecho de autodeterminación como derecho legítimo de los pueblos por encima de legalidades externas e impuestas y todos se declaran patriotas españoles que por su agenda pasa por hacer lo posible para que ninguna nación se libere de la garra del estado. Y aunque fuera lo contrario, si de verdad existiera algún conocido partido español que promoviera un cambio político real, no pasaría de la retórica (al igual que las siglas del PSOE) y quedaría completamente inutilizado porque todos los partidos rechazan la ruptura democrática y defienden la legalidad y el orden español junto a todos sus cuerpos policiales y militares. Algo incompatible para quebrar con el régimen del 78. Y aunque también fuera lo contrario, ningún partido está en condiciones desde meramente las instituciones españolas operar un cambio político sin un proceso social de confrontación contra el régimen y precisamente contra las propias instituciones que nunca son neutras.

El estado español en el 2016 es un estado plenamente intervenido por el capital, y será éste y no ninguna otra fuerza el que dictará los pormenores de su recorrido en ausencia de un cambio político. El cambio político en el estado español tendrá opciones de éxito en el momento que surja un movimiento rupturista en el estado que se verá reforzado si se opera el cambio político tanto en Euskal Herria como en Catalunya mediante la culminación de procesos populares de autodeterminación y la expansión de la lucha de clases en estas naciones.

En ausencia de todos estos factores y teniendo en cuenta que todavía no se ha visto la verdadera extensión y consecuencias de la crisis, el futuro del estado español es Grecia con el falso añadido de “no hay alternativa” y el de las naciones oprimidas por el estado la asimilación nacional y la proletarización de todas sus capas medias y la lumpenización de las bajas.

Claro está, aquí es donde entra en juego la iniciativa de las clases populares para romper el bucle e ir tomando las medidas para un verdadero cambio político. En Euskal Herria eso pasa por la reactivación sin demora de toda la potencia del movimiento popular en clave de poder popular, el impulso de sujeto del pueblo trabajador vasco, el resurgimiento del movimiento revolucionario abertzale también en su plano organizativo, dejar atrás la trayectoria a la deriva y errática de los últimos años en la izquierda abertzale, y la suficiente inteligencia ideológica para salir de la trampa en la que han metido o se ha dejado meter Euskal Herria junto a la suficiente inteligencia para reagrupar a la izquierda abertzale aun desde la diferencia (precisamente por ello)  a través de una unidad popular real sin concentración de poder, agendas hegemonistas ni criminalizaciones (que son las que verdaderamente crean desafección junto a los fallos estratégicos y la burocracia)  haciendo para ello uso de la inteligencia colectiva.

 

Enlace al artículo: https://www.lahaine.org/eZ7A