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Europa :: 25/07/2022

Armas milagrosas

DonRF
Resulta que debería haber muchas más infantería, que necesita más radios, comandantes experimentados y suministros más que un puñado de armas milagrosas

Hace mucho tiempo existió un escritor, Viktor Suvorov, que ganó mucho dinero presentando la teoría sin sentido de que la Unión Soviética era más fuerte de la Alemania Nazi en 1941 porque tenía mejores tanques.

Muchos creyeron la teoría: los tanques realmente eran mejores. Pero, por algún motivo, eso no ayudó. Las personas que están lejos de las realidades del ejército generalmente suelen inclinarse a creer en súper armas, que pase lo que pase garantizan victorias. Simplemente hay que hacerse con esas armas. Y todo está hecho.

En este sentido, es interesante el caso de Ucrania, donde se ha creado un culto a las armas occidentales.
Primero fueron los Bayraktar. Arestovich [bloguero del régimen ucraniano] afirmó que conseguirían miles de Bayraktar y golpearían. No golpearon. Así que el tema de los bombardeos con drones pasó al olvido. De vez en cuando se ha recuperado, básicamente para levantar la moral. Y ya está.

¿Qué pasó? Nuestras defensas aéreas [las rusas] empezaron a disparar, no como se haría en los libros de texto, sino como se debe hacer. Y la guerra electrónica comenzó a trabajar no según las instrucciones, sino como se espera. Y las tropas aprendieron que puede haber peligro que viene del cielo. Así que resultó que este wunderwaffe ['armas milagrosas'] no era más que una aeronave de combate más débil.

Después fueron los Harpoon, que utilizaron dos veces. Y ya está. ¿Por qué? Porque las cabezas de la marina empezaron a trabajar. Sus tareas son básicamente dos: ataques con Kalibr y el bloqueo. Para ello, no es necesario ponerse a tiro de los Harpoon. Son suficientes los submarinos. En cuanto la flota dejó de jugar a preparar un desembarco (que es básicamente imposible allí), esta wunderwaffe se convirtió en calabaza.

Ahora son los HIMARS. Ucrania pide mil y hace propaganda en todos los canales, aunque ahora se ha relajado un poco. Para empezar, los utilizaron contra depósitos de armas y cuarteles generales. Tengo la sensación de que es hora de observar este nuevo objeto de culto desde el otro lado.

Por cierto, a este lado no estamos mejor, todo lo contrario. En primer lugar, no hay análogos y son limitados, las fuerzas terrestres y aéreas son limitadas y entonces surge la cuestión de “¿Cómo pasan estas cosas?”. Es por eso por lo que ha pasado, la palabra clave es limitado.

Hay que ver las cosas de forma diferente. Los factores que juegan un papel en una victoria militar son sencillos: efectivos, comunicaciones, logística, potencia de fuego, inteligencia militar. Por ejemplo, digamos que la OTAN ataca a Serbia (un gran felino capaz de devorar humanos luchando contra un gato). En ese caso, un número limitado de sistemas avanzados sería suficiente ahí. Cierto, al final la guerra se libró con un gris equipamiento absolutamente estándar y todo tipo de propaganda sigilosa.

Pero si no hay una ventaja crítica, es mejor no empezar sin una movilización. Si no, lo entenderás repentinamente después de haber disparado 3.000 misiles, que la infantería en tu territorio está al descubierto. Resulta que debería haber muchas más infantería, que necesita más radios, comandantes experimentados y suministros más que un puñado de armas milagrosas capaces de hacer daño, pero perder. El equipamiento no lo es todo, hacen falta cerebros y carácter.

En vistas de una nueva ronda de ataques, no me preocupan los HIMARS, los Harpoon, ni cualquier otra arma milagrosa que pueda caer en sus manos [las de Ucrania]. Me preocupan cuántas ametralladoras y conductores tenemos, cómo se organizan los suministros, qué pasa con las radios y cómo son los drones de reconocimiento. Me importa qué han aprendido los comandantes, cómo trabaja la inteligencia y la contrainteligencia. Y las wunderwaffe …los alemanas fueron quienes más las produjeron. Y perdieron dos guerras mundiales.

Es hora de comprender que armar al ejército de un millón de hombres con los estándares de la OTAN no va a funcionar por sí solo y no se podrá crear la logística para esas armas durante las batallas. Y nuestros fracasos no son debidos a las armas de la OTAN, sino a la complacencia. Con el equipamiento que hay ahora mismo, se puede acabar con tres ucranias, pero también se puede perder todo. Lo importante es cómo usarlo.

www.slavyangrad.es

 

Enlace al artículo: https://www.lahaine.org/fB70