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Asia :: 19/04/2017

La línea roja de China en Corea del Norte

Robert K. Tan
Los hechos son muy claro: la guerra y la paz en la península coreana dependen de EEUU, no de Corea del Norte, y mucho menos de China

A medida que nos adentrábamos en el largo fin de semana de Pascua, el grupo de ataque del portaviones Carl Vinson de la marina estadounidense navegaba hacia la península de Corea. La tensión en la península coreana ha crecido hasta un punto no visto desde el final de la Guerra de Corea en 1952. Las preguntas sobre la mesa son:

1) ¿Desafiará Kim Jong-un la intensa presión internacional y seguirá adelante con su sexta prueba nuclear?

2) ¿Atacará EE UU Corea del Norte si realiza la prueba?

3) ¿Qué tipo de ataque lanzará?: ¿un ataque quirúrgico contra las instalaciones nucleares de la RPDC?, ¿un ataque para acabar con Kim Jong-un, apostando a que un nuevo líder que emerja abandonará las pruebas nucleares?, ¿o un ataque a gran escala?

4) ¿Intervendrá China? ¿En qué circunstancias?

La tensión ha seguido creciendo tras la cumbre Trump-Xi, durante la que Trump ordenó un ataque con misiles contra una base aérea siria en Homs. Tal demostración de fuerza sin duda se hizo en parte para enviar un fuerte mensaje a Xi, en el sentido de que EEUU tomará medidas [unilaterales] contra Corea del Norte si insiste en realizar su sexta prueba nuclear.

Algunos medios corporativos y alternativos, tales como Zerohedge, en los últimos días, han sido un hervidero de especulaciones en el sentido de que China podría neutralizar las instalaciones nucleares de Corea del Norte para evitar otra guerra de Corea. También hay informes de que China habría desplegado 150.000 soldados en su frontera con Corea del Norte, ya sea para evitar un enorme flujo de refugiados norcoreanos en caso de guerra, o para defender Corea del Norte en caso de que fuera atacada, como en la primera guerra de Corea. También hubo informes de que China no reaccionaria ante un ataque estadounidense a Corea del Norte.

Frente a tal torrente de especulación salvaje, la posición de China sigue siendo la misma: que el problema de la península de Corea debe ser resuelto por medios diplomáticos, sin el uso de la fuerza. Un editorial del diario semioficial chino Global Times, publicado en inglés, del 5 de abril la resume así:

“EEUU debe asumir la principal responsabilidad por la desastrosa situación en el noreste de Asia, ya que ha sembrado demasiada desconfianza estratégica en la región. Para que Corea del Norte abandone sus ambiciones nucleares voluntariamente, debe ser convencida de que las grandes potencias pueden garantizar colectivamente su seguridad. Pero Pyongyang solo confía en la actualidad en sus armas nucleares. A pesar de las rondas de sanciones, siempre que el gobierno pueda aguantar, es poco probable que se rinda.

“Antes de Trump, cada administración estadounidense generalmente seguía el camino de escalar las sanciones y las amenazas militares sobre Pyongyang, al tiempo que fortalecía sus compromisos de seguridad con Seúl. Washington nunca ha tratado de comunicarse seriamente con Pyongyang ni ha tratado de que abandone su programa nuclear ofreciendo garantías de seguridad a Pyongyang.

“Cuando la vieja estrategia no funciona, Washington culpa a China de no cooperar con EEUU. De hecho, China ha impuesto sanciones muy severas contra Corea del Norte. Las acusaciones tienen como objetivo defender la fracasada política de Washington”.

Corea del Norte tiene todas las razones para desconfiar de EE UU como consecuencia de su larga serie de promesas internacionales o compromisos rotos, desde la expansión de la OTAN hacia el este y el acuerdo nuclear de Irán, hasta la ruptura por Bush Jr. del acuerdo de Bill Clinton con Corea del Norte para abastecer de agua ligera sus plantas de energía nuclear a cambio de la destrucción de una parte de sus instalaciones nucleares. EEUU ha agravado la desconfianza mediante la organización de ejercicios militares anuales cada vez más grandes y más beligerantes con Corea del Sur, cerca de Corea del Norte.

Los hechos son muy claro: la guerra y la paz en la península coreana dependen de EEUU, no de Corea del Norte, y mucho menos de China. China ha hecho todo lo posible para disuadir a Corea del Norte de continuar su programa nuclear. Tanto es así que ha apoyado y aplicado las sanciones de la ONU contra su otrora estrecho aliado, con el que aun tiene un tratado de defensa. ¿Qué país del mundo ha hecho eso a su aliado?

A pesar de que las conversaciones de las seis partes, lideradas por China,  continúan a trompicones, Corea del Norte y EEUU mantienen conversaciones directas por canales paralelos desde hace algunos años sin éxito. EEUU rechazó la exigencia de Corea del Norte de firmar un tratado de paz antes de que Corea del Norte abandone su programa nuclear. Pero es que EEUU debería haber firmado ese tratado de esa paz en el plazo de tres años tras el armisticio de la Guerra de Corea. Que EEUU se haya negado a cumplir con los términos del armisticio cuestiona para Corea del Norte [y para cualquiera] la buena fe de Washington.

El editorial de Global Times traza una línea roja en la cuestión de Corea del Norte: “China tiene una línea que no se puede traspasar. Salvaguardará la seguridad y la estabilidad de su área noreste a toda costa“. Diversos analistas chinos han elaborado sobre el significado de esa línea roja.:

1) No consentirá contaminación nuclear en el noreste de China proveniente de Corea del Norte.

2) No consentirá una afluencia masiva de refugiados norcoreanos a China.

3) No consentirá la aparición de un régimen hostil a China en Corea del Norte.

4) No consentirá presencia militar extranjera en la orilla opuesta del río Yalu.

Los puntos 1 y 4 están dirigidas tanto a EEUU como a Corea del Norte. Trump y los halcones del Pentágono ignoran las líneas rojas chinas inconscientes del riesgo, como McArthur hizo cuando cruzó el paralelo 38, desencadenando la intervención del EPL chino en la Guerra de Corea. Y como McArthur, ¡no podrían volver a casa para Navidad!

www.counterpunch.org. Traducción: Enrique García para Sinpermiso. Revisada por La Haine

 

Enlace al artículo: https://www.lahaine.org/fF4z