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EE.UU. :: 06/05/2022

Ucrania como preámbulo: la derrota de Rusia es la antesala del ataque a China por Occidente

Alberto Cruz
Si Rusia vende su petróleo en rublos y Arabia Saudita en yuanes a China, la mitad o más del comercio petrolero no será en dólares. Y entonces sí será el el fin de la historia

La crisis de Ucrania, esa guerra que no es la guerra formalmente porque ni Rusia ha declarado la guerra a Ucrania ni este país al otro, nos proporciona el humo necesario para ocultar la que sí es una guerra en toda regla: la económica. Ucrania es solo un eslabón en esa lucha agónica por parte de Occidente de no perder su hegemonía, EEUU especialmente. Ya lo desarrollé en otro análisis (1), pero en el tiempo transcurrido desde entonces hay algunas otras cosas que lo amplían y aclaran. Por ejemplo, la constatación de que Ucrania no es más que el preámbulo de la gran historia, la final: la guerra contra China.

La hegemonía occidental del mundo está herida de muerte, y Ucrania no es más que la fase agónica de esta muerte anunciada. Por eso el apoyo, político, militar y económico, luchando “hasta el último ucraniano”, para lograr la “derrota” de Rusia. Así lo ha dicho expresamente EEUU, y tras él todos sus vasallos europeos en una frase que, dicha por el responsable de la política exterior de la UE, Josep Borrel, se resume en que “la guerra tendrá que decidirse en el campo de batalla”.

Se ha llegado hasta aquí después de comprobar cómo las sanciones, propagandizadas por Occidente como “del infierno” no han sido tan infernales, que Rusia las está esquivando con sus contramedidas económicas en las que ha hecho algo inaudito: vincular su moneda al oro. Es un golpe maestro al dólar, en primer lugar, y al euro en segundo lugar. Son las dos monedas globales más potentes en estos momentos, aunque hay una tercera que es más débil y la primera que se ha resentido de ese movimiento ruso: el yen japonés, que está en caída libre desde el anuncio ruso.

El anuncio ruso de fijar su moneda al oro es algo extraño porque es solo hasta el 28 de junio. El porqué de esta fecha es desconocido, así como si se mantendrá tras ella o no. En cualquier caso, ha provocado ya movimientos imporantes en el mercado del oro, que está subiendo a la espera de esa fecha, de si se mantiene o se finiquita.

Esto ha hecho que EEUU y la UE se coman sus palabras cuando anunciaron a bombo y platillo que el rublo se iba a desmoronar ( Biden dijo no hace mucho que se había "reducido a escombros") y que la economía rusa colapsaría. Pues no. El rublo no solo se ha equilibrado sino que está superando con creces al dólar y al euro. Estas dos monedas son solo papel; el rublo, ahora, es mineral, materia prima, algo contante y sonante: oro.

Lo de la fecha del 28 de junio es, como digo, un misterio, no se sabe si es la fecha en la que Rusia cree que estará completado su objetivo en Ucrania o por qué. En cualquier caso, voy a suponer que es el tiempo que se ha dado Rusia para ver si su estrategia con el rublo y el oro funciona. Si este es el caso, y parece que lo está siendo (tanto la cotización del dólar como la del euro en Rusia están al mismo nivel que en junio de 2020), ni que decir tiene que anunciará la venta del petróleo en rublos. Eso es importante porque Rusia no es un cualquiera, sino uno de los tres principales productores del mundo con lo que si Arabia Saudita finalmente vende su petróleo en yuanes a China, la mitad o más del comercio petrolero no será en dólares. Y entonces sí estaremos en el fin de la historia, pero no como decía Fukuyama sino al revés: el fin de Occidente, encabezado por EEUU, como hegemón.

La “Ley del dólar”

Es por eso que EEUU está acelerando los trámites para aprobar un proyecto de ley que se presentó el año pasado "Para apoyar el papel del dólar de los EEUU como principal moneda de reserva mundial y para otros fines" (2). Pomposamente, la denominan "Ley del dólar del siglo XXI" y lo más curioso es que en ella no hay ni una sola referencia a Rusia ni a Ucrania, pero sí a lo que realmente preocupa a EEUU: China. La internacionalización del renminbi/yuan es la gran bicha de EEUU, que ve cómo el dólar va descendiendo como moneda de reserva mundial mientras que el renminbi/yuan chino sigue subiendo (según el FMI, en este primer trimestre del año ha pasado del 2,66% al 2,79% y eso es consecuencia directa de la crisis ucraniana). Aunque la moneda china aún esté muy por debajo del euro (20,64%) y del dólar (58,81%) la tendencia es irreversible, y EEUU lo sabe.

Cuando se presentó este proyecto de ley, antes de la crisis en Ucrania, el renminbi/yuan estaba estable. Desde finales de febrero su aumento es espectacular, superando al yen japonés y acercándose peligrosamente a la libra británica en las transacciones financieras internacionales. Especialmente desde el anuncio ruso (14 de marzo) de que iba a comenzar a pagar la deuda en yuanes. No ha sido así, aún, porque está pagando su deuda en rublos. Pero lo que sí está haciendo, y esto es tan o más imporatante que lo anterior, es usar el renminbi-yuan en la venta de carbón y petróleo a China. Es la primera vez que eso se anuncia en estos rubros, aunque ya se venía haciendo con el gas porque ya en febrero Gazprom anunció que comenzaba a facturar en yuanes en lugar de dólares o euros, y la cosa no es banal porque a principios de marzo se anunció un incremento de la venta de petróleo ruso hacia China.

Lo más sorprendente es que el anuncio del uso del renminbi/yuan en el comercio ruso-chino de petróleo y carbón lo han hecho los chinos y no los rusos, con lo que o bien tienen muy clara la cosa o están dando un serio aviso a EEUU, que está enredando otra vez con Taiwán y anunciando visitas de altos dirigentes a la isla. O las dos cosas. En cualquier caso, la desdolarización se acelera.

Rusia ya ha abierto la puerta de forma definitiva. Si se concreta algo similar con India (están en conversaciones para el pago del comercio bilateral en rublos y rupias) y lo de Arabia Saudita con China (la venta del petróleo en yuanes) no solo es un desafío muy serio al dólar, sino el fin del euro. No a corto plazo, evidentemente, pero el camino es irreversible.

El caso del pago en yuanes del carbón ruso es significativo. Esto es tan importante o más que lo del petróleo porque indica que Rusia ha suplido a Australia como el principal exportador de carbón a China, que lo importa para sus centrales eléctricas y, además, casi la mitad de esas importaciones son de carbón metalúrgico con lo que tiene implicaciones para el acero, y China es el principal productor de acero del mundo.

Esta es una de las razones por las que la UE dice ahora que va a sancionar al carbón ruso: actúa, como en todo, siguiendo las órdenes de su señor. Pero en el caso del uso de yuanes, es irrelevante que se sancione o no porque el mercado del carbón ruso ya está en otra parte y no en Europa.

Todo esto ha sido determinante para poner de los nervios a EEUU y acelerar a aprobación de la “Ley del dólar del siglo XXI” porque el movimiento ruso, así como la constatación de que Occidente no tiene ningún prejuicio a la hora de robar el dinero de los demás (porque no otra cosa es lo que se ha hecho con la mitad de las reservas rusas depositadas en bancos occidentales, al igual que antes se hizo con el dinero de Irán, con el de Afganistán o el oro de Venezuela), ha abierto los ojos a muchos países que han comenzado a ampliar sus reservas en yuanes a la vista de cómo se ha comportado Occidente con Rusia.

Al menos son dos, e importantes, quienes lo han hecho hasta el momento: India y Brasil. En el caso de India, EEUU ha amenazado explícitamente a este país para que no socave la hegemonía del dólar y recuerda que India es miembro del llamado Quad, por lo que si sigue su "asociación con Rusia", no será invitada a una reunión que estos países (EEUU, Japón, Australia e India) van a tener en junio. Las palabras textuales de la amenaza, en boca del asesor adjunto de seguridad nacional de EEUU para asuntos económicos internacionales, son estas: "Estoy aquí con un espíritu de amistad para explicar nuestro régimen de sanciones y la importancia de unirse a nosotros, expresando una resolución compartida y promoviendo el bien común. Y sí, hay consecuencias para aquellos países que intentan eludir o incumplir estas sanciones de forma activa. Tenemos muchas esperanzas de que todos los países, especialmente nuestros aliados y socios, no creen mecanismos para apoyar el rublo y no intenten socavar el sistema financiero basado en el dólar".

Que EEUU se atreva a amenazar sin sutileza alguna a un país como India, con casi 1.400 millones de habitantes, dice mucho del grado de desesperación actual de EEUU (y de sus vasallos, porque a esta visita fallida siguieron otras de representantes de la UE y de Gran Bretaña). Pero dice algo más: si EEUU hace y dice esto a un país como India es muy fácil imaginar cómo se comporta con cualquier otro. En la ONU, por ejemplo, amenazando si no se vota contra Rusia. Y, por cierto, ¿hace falta recordar que solo han votado para explusar a Rusia de la Comisión de DDHH los países occidentales, incluyendo en ellos a América Latina? Ni África, ni Asia ni los países árabes lo han hecho. Esto de los países árabes, sobre todo los del Golfo, tiene también una lectura interesante que hay que ligar con si se vende petróleo en yuanes o no, y nos enteraremos dentro de un par de meses puesto que hay una visita programada de Xi Jinping a Arabia Saudita.

El movimiento de los BRICS

El que India y Brasil hayan reducido sus reservas monetarias en dólares y las hayan aumentado en yuanes es crucial porque estos dos países, junto con Rusia, China y Sudáfrica, componen los BRICS, que están saliendo de su letargo y son quienes tienen todo en sus manos para dar el empujón final a la desdolarización de la economía mundial. Esta, y no otra, es la razón de las amenazas explícitas que EEUU ha hecho a India, que se niega a seguir a Occidente en las sanciones a Rusia.

Porque junto con este anuncio se conoció que el 9 de abril los BRICS realizaron la quinta prueba de su mecanismo bancario alternativo al SWIFT para agrupar sus reservas de "moneda alternativa" (sic) y protegerlas de las sanciones occidentales. Si es la quinta prueba eso significa que los BRICS ya llevaban tiempo buscando su alternativa y la crisis de Ucrania solo ha acelerado los planes de muchos países para reducir su dependencia del dólar. No en vano hay que recordar que la famosa, e inexistente, "comunidad internacional" se circunscribe única y exclusivamente al 24% de la población mundial y que el resto tiene gobiernos que no están siguiendo la política occidental contra Rusia y otros países. Y todos, en mayor o menor grado, están viendo cómo actúa Occidente y cómo roba el dinero de otros (Irán, Venezuela, Afganistán y Rusia, por ahora).

Durante mucho tiempo, demasiado, Occidente ha humillado al mundo. Rusia nos ha puesto a todos en el nuevo mundo multilateral de un empujón, pero el camino es ya irreversible. Como ha dicho uno de los cerebros del Credit Suisse, "la crisis de Ucrania no es una lucha de armas, sino de divisas, y esto va a acelerar el proceso de debilitamiento de la hegemonía estadounidense, incluido el dólar".

La aceleración para que se apruebe la “Ley del dólar” intenta evitar lo inevitable porque todos los indicadores señalan la misma dirección: estamos en un nuevo orden mundial multilateral que va a traer consigo un nuevo sistema monetario.

La cuestión de China no es si se irá contra ella, sino cuándo

Junto a esto hay que añadir otra cosa: el convencimiento de que EEUU está utilizando las sanciones a Rusia como prueba de las sanciones a China. Porque la cuestión está en cuándo se imponen, no en si se van a imponer. Esto es un hecho, y a corto plazo, dado el declive estadounidense y occidental. Y ¿por qué? Pues porque la decadencia de EEUU es total, entre otras cosas porque su volumen de exportación mundial fue solo del 8% el año pasado (mientras que el de China le duplicó, con el 15%) y eso se traduce en la fuerza de la moneda de uno y de otro.

Para EEUU esa fuerza ya es via militari exclusivamente, de ahí su apuesta por la prolongación de la guerra en Ucrania (que supone una clara inyección a su economía por la venta de armas), las sanciones y su intento de no perder la hegemonía monetaria. Por eso China es la siguiente, por eso la cuestión es cuándo y no si se hará. Por eso la crisis de Ucrania es importante, porque la derrota (económica, y ahora también se quiere que sea militar) de Rusia será la señal contra China. Rusia es la prueba, y la sanción al Banco Central es la determinante.

Eso de la cuestión no es si, sino cuándo, es lo mismo que se dijo en la reunión de la OTAN de 2008 respecto a Georgia y Ucrania, que la cuestión no era si ambos países se iban a integrar en la OTAN, sino cuándo. En el primer caso, Rusia lo paró al intervenir en apoyo a Osetia del Sur y Abjasia. En el segundo, lo estamos viendo. En las dos ocasiones Rusia protestó sin que Occidente hiciese el menor caso, solo lo hizo cuando Rusia intervino. Igual ahora. Y los chinos lo vieron y lo ven, ven que EEUU, introduciendo leyes como la mencionada, tiene decidido que China es el siguiente. Y esta será, lo está siendo ya, la guerra total y definitiva.

De hecho, el Secretario de Estado de EEUU ya anunciado (26 de abril) en una audiencia ante el Comité de Relaciones Exteriores del Senado que “en las próximas semanas” se presentará una estrategia de seguridad nacional "para hacer frente al ascenso de China".

La militarización de la economía por parte de Occidente ha terminado con la globalización tal como la entendemos, esa que nos vendieron como la imposibilidad de un conflicto por la interconexión de los mercados. Occidente solo quiere que la globalización se sostenga en el dólar y en sus monedas (euro, libra esterlina, yen, franco suizo, dólar canadiense, dólar australiano), pero ya hay muchos que no están por la labor. Sobre todo porque ven que otra moneda, el renminbi/yuan chino, ya ha sobrepasado a cuatro de ellas: franco, dólar canadiense, dólar australiano y yen y se acerca peligrosamente a la libra.

Las sanciones, ilegales según el derecho internacional (aunque son el eje del “orden basado en reglas” por el que occidente viene apostando desde la primera gran crisis capitalista del 2008), no han provocado el derrumbe de Rusia y sí están provocando el derrumbe occidental, con la inflación desbordada y una crisis de suministros evidente. Y sus monedas en caída libre. El reforzamiento de la moneda china va en paralelo con el derrumbe occidental, por lo que para evitarlo hay que atacar a China antes de que sea demasiado tarde para Occidente. Y ya lo está siendo.

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Notas

(1) Alberto Cruz, “Ucrania, la lucha agónica de Occidente por no perder su hegemonía”, https://lahaine.org/fB1a

(2) https://www.congress.gov/bill/117th-congress/house-bill/3506/text?r=9&s=1

CEPRID

 

Enlace al artículo: https://www.lahaine.org/fF5O